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ENTREVISTA Pole, cantante

“La industria musical es un monstruo y un peligro porque tiene una parte muy bonita pero hay mucho tiburón”

Andrés López Lancha, conocido musicalmente como Pole.

Celia Álvarez

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Andrés López Lancha (Toledo, 1999) es consciente del momento de su vida en el que se encuentra y tiene claro a dónde quiere llegar, pero no se olvida de dónde viene. Andrés y Pole son dos facetas de una misma persona y hay un poco de cada uno en el otro. El artista vive ahora mismo en un constante 'jaleo' que todavía está aprendiendo a digerir. Para él, su nueva vida “no es normal ni aburrida” y eso “hay que disfrutarlo”. No obstante, Pole considera que “no es todo tan bonito como te lo pueden pintar” en ese mundo en el que está arrasando como una de las voces más destacadas de la nueva hornada de jóvenes artistas de la escena pop nacional: “La industria musical es un monstruo y un peligro porque tiene una parte muy bonita y una parte en la que tienes que tener mucho cuidado porque hay mucho tiburón y muchos intereses”.

Tras diversas y exitosas colaboraciones con artistas como Aitana ('Menos'), Estopa ('Rumbapop'), Dani Martín ('Piratas de ciudad') o Pablo Alborán ('Los domingos no se toman decisiones') y el lanzamiento de su primer álbum de estudio, 'Esta vida es un jaleo', Pole aterriza este domingo 13 de agosto en el festival Vive la Feria de Torrelavega, donde compartirá jornada con Lali Espósito y Funzo & Baby Loud.

Va a hacer un año desde el lanzamiento de su primer álbum de estudio ‘Esta vida es un jaleo’. ¿Qué balance hace?

El objetivo está cumplido: es un disco con un montón de estilos y sonidos diferentes y quería que a la gente le gustase. Haciendo un balance de los comentarios, de los números, y cuando hablo con el público a la salida de los conciertos, estamos muy orgullosos. Queríamos colaboraciones potentes y también lo hemos conseguido. Estamos muy contentos.

El disco incluye varias colaboraciones con otros artistas pero, ¿cuál es su colaboración soñada?

Sé que nunca va a pasar, pero sería con Dellafuente.

¿Nunca por qué?

Creo que no coincidiremos en los caminos para hacer una canción. Ojalá. Sería uno de mis sueños en la música.

¿Quiénes diría que han sido sus principales influencias artísticas?

Creo que hay otros artistas que lo tienen mucho más definido, pero yo creo que la música en general. No creo que haya tenido uno. Desde canciones de rap, que me llamaron a escribir yo, hasta las que mis padres ponían en el coche de Queen, Maná, El Canto del Loco, Pignoise, Pereza…

Ahora mismo, ¿su vida es un jaleo?

Sí, sí. Creía que después del disco íbamos a parar un poco y organizarme un poco más. Puse este título al disco porque era lo que representaba mi vida desde que empecé a dedicarme a la música. Ahora estoy en el proceso del segundo disco y sigue así. Creo que cuando tenga 40 seguiré así, la verdad. También tiene su parte bonita y especial porque no es una vida normal ni aburrida. Hay que disfrutarlo.

¿Quién era Andrés antes de ser Pole?

Siempre he sido Pole también. Pole es una faceta de Andrés, no es un personaje. Andrés era una persona normal a la que no se le daban mal los estudios pero que no quería seguir estudiando porque no tenía ningún sueño de ninguna carrera. Mi sueño y mi objetivo era la música. Puede sonar a flipado, pero es algo que tenía muy claro. Sí o sí tengo que comer de esto, con más o menos números. Creo que siempre he sido una persona que intenta ser humilde y currante. Dejé lo que estaba haciendo para ponerme a trabajar aunque fueran trabajos muy mal pagados y alternando varios para poder invertir en la música y seguir. Andrés es una persona que depende mucho de su familia y sus amigos y que intenta cuidar a los suyos.

¿Había un plan B?

No. Sé que de alguna manera no me iba a quedar en esos trabajos. Lo tenía claro. Iba a remontar por cualquier lado porque me considero una persona muy ambiciosa y me sé desenvolver en situaciones límite. El plan A, B y C era la música, y así sucesivamente. No había otra opción.

Cuando me llegó el boom ya estaba empezando la pandemia. Yo estaba comiendo un menú de empleado cuando trabajaba en una cadena de comida rápida y de repente aparecía un chaval para pedirme una foto. Era un contraste muy gracioso

¿Cómo está viviendo la popularidad de los últimos años?

Bien. Ha sido poco a poco. Cuando me llegó el boom ya estaba empezando la pandemia. Yo estaba comiendo un menú de empleado cuando trabajaba en una cadena de comida rápida y de repente aparecía un chaval para pedirme una foto. Yo allí hecho una mierda, con un chándal 'marronero' y cansado, pero me la hacía igualmente. Era un contraste muy gracioso. Ibas a comprar o a un bar y te pedían una foto. Lo llevo bien. Soy una persona muy introvertida, aunque en el escenario no lo parezca, así que a veces tienes que sacar esa faceta de Pole para creértelo un poco más. Me intento portar con todo el mundo que me pide una foto o un vídeo.

¿Qué cambia de trabajar solo en su habitación a hacerlo con un equipo de profesionales?

Eso me hace estar muy contento. Ha sido progresivo. Yo soy muy mío, y un montón de canciones que ahora se pueden considerar éxitos igual las he hecho yo solo en mi casa, pero poco a poco vas conociendo a gente y te dejas aconsejar. Agradeces tener la opinión de terceras personas. Hay gente que trabaja conmigo que ya no son compañías, son personas que se preocupan por mí y no solo por Pole, sino que también me llaman y me preguntan: “¿Qué tal, Andrés?”. Eso también importa mucho. Y luego estoy mano a mano con mi manager Manu y mi productor J Heras, que estamos juntos todo el día y todo queda en familia.

¿Qué le ha aportado la industria musical?

La industria es un término muy subjetivo. Respecto a las multis, en mi caso firmar con Sony me ha venido muy bien. Todo se ha estudiado antes de firmar, se han valorado las distintas opciones… Es decir, respeto máximo a todo el que no quiera firmar porque cada uno tiene un contrato y una propuesta diferente. Yo he firmado con personas, no con Sony. Son mi equipo a día de hoy, me transmiten mucha confianza e incluso a nivel personal somos amigos. Lo mismo ocurre a nivel editorial y con los conciertos. Luego, la industria musical es un monstruo y un peligro porque tiene una parte muy bonita y una parte en la que tienes que tener mucho cuidado porque hay mucho tiburón y muchos intereses. Te puedes perder en ese mundo. La clave es intentar todo el rato tener los pies en la tierra y volver a casa.

Por contra, ¿qué le ha quitado?

Con el tema de la fama hay diferentes planes o cosas que no puedes hacer o que ya no son tan cómodos. También está la presión. Cuando empiezas a comer de la música o, como en mi caso, quieres tener una carrera muy larga, intentar darlo todo por el público y dejar huella en la música de este país, que es mi objetivo, hay una presión que se acumula y un estrés que tienes que saber llevar. No es todo tan bonito como te lo pueden pintar. Yo por ahora no sé llevarlo muy bien, me las apaño como puedo y me apoyo en los míos, pero poco a poco se puede conseguir. La clave es ser tú mismo todo el rato, estés en una reunión hablando de no sé cuántas cifras, haciéndote una foto con un fan o estar comiendo en casa de tus padres.

Compone sus propias letras. ¿Dónde o en quién se inspira?

Me inspiro en muchas cosas, depende del momento de mi vida. Hay canciones para las que me he inspirado en ciertas personas, hay otras que parece que son una carta de amor a alguien y a lo mejor ese alguien en concreto no existe sino que aprovechas diferentes sentimientos para escribir algo bonito. También me inspiro mucho en el estrés, los bajones, las depresiones… Movidas que puedo tener y que a veces son culpa de este ritmo de vida. Poetizo mucho la noche… Me puedo inspirar en cualquier cosa, si voy por la calle y veo algo o si se me ocurre una palabra que me llama la atención, hago un juego de palabras con ella y empiezo ahí una canción.

¿Qué cree que buscan las nuevas generaciones en la música?

Los de mi quinta hemos destacado mucho por la sinceridad o la normalidad. A lo mejor hay otros géneros de los que te puede gustar o puedes bailar la canción, pero nunca te vas a sentir identificado. También tiene que haber música así. En la nuestra creo que tenemos diferentes canciones con las que todo el mundo se puede sentir identificado. Al final, yo hago una canción pensando en una cosa y cuando una persona lo escucha, se lo lleva a su vida y piensa en cosas suyas, en una persona, en una situación… A mí me gusta mucho escuchar canciones en las que me siento identificado. Pienso en algo mío y te ayudan, te animan o te ponen más triste, pero que te hagan sentir algo.

La clave es adaptarse pero hacer lo que te salga a ti, no porque el público te pida otra canción tienes que sacarla al día siguiente. Hay que darle a cada canción el respeto que se merece

En su caso, ¿ha notado esa necesidad del público de disfrutar de nuevos temas de forma constante?

Sí, sí, sí. Lo entiendo porque igual que en las redes sociales, como TikTok, tienes un vídeo y otro video y así sin parar. Puedes estar un día entero sin que pare de salir contenido. Pero hay que recalcar que cuando nosotros hacemos un tema, la canción sale un día pero se lleva trabajando dos meses o un año porque quieres dejarla perfecta. A mí me hace gracia cuando saco una canción y la misma cuenta de Instagram que me dice que es un temazo a las dos horas me pregunta que cuándo música nueva, pero tendré que respirar un poco y que la gente disfrute de esa canción y ya luego sacar la siguiente [Ríe]. Al final estamos en una sociedad en la que el consumo cada vez es más rápido y todo el mundo necesita estímulos, por eso también lo de sacar un disco a veces es tan complicado y que la gente lo entienda. Hay que currarse el doble el marketing y la forma de sacarlo. Es una dificultad de ahora, hace diez años había otra y dentro de diez años habrá otra. La clave es adaptarse pero hacer lo que te salga a ti, no porque el público te pida otra canción tienes que sacarla al día siguiente. Hay que darle a cada canción el respeto que se merece.

¿Qué le diría a sus seguidores al respecto?

Que tengan paciencia. Que yo sé que lo saben valorar pero que el ansia de querer más música es lo que les llama a pedirla y ya está. También te digo que yo prefiero que me pidan música a que no me la pidan. Entonces, que me pidan toda la música que quieran. Lo malo sería que saques una canción y que ni siquiera te digan si es un temazo o si quieren otra. Eso a lo mejor es que ni les ha gustado ni te van a escuchar más.

Pensaba concluir aquí la entrevista, pero tengo que preguntarle por la fecha de ese nuevo disco...

Lo único que puedo decir es que va a ser el año que viene. Este año no nos da tiempo porque queremos hacerlo bien, con paciencia, con mucho cariño. A partir de septiembre, que acabo los festivales, empezaré también a hacer balance de todas las canciones que tenemos. Lo que sí va a haber son más adelantos y más pronto que tarde.

¿Va a seguir la línea de ‘Esta vida es un jaleo’?

Cambia totalmente. No va a ser lo mismo. A lo mejor tiene un poco de jaleo, de estilos, pero este es un concepto más cerrado. Creo que es otra faceta. Jaleo a lo mejor era mucho más personal y en este experimento otro tipo de canciones.

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