Cantabria registra una brecha salarial de género de un 22,56 por ciento y una media de 5.179 euros brutos anuales menos percibidos por las mujeres en comparación a los hombres (19.630 euros el salario femenino y 22.555 el masculino), la menor registrada desde el año 2009, según el informe anual que elabora la Secretaría Confederal de Igualdad de UGT con motivo de la celebración del Día de la Igualdad Salarial el próximo 22 de febrero.
El informe del sindicato, que recopila las últimas estadísticas disponibles de la Encuesta Anual de Estructura Salarial del Instituto Nacional de Estadística correspondiente al año 2018, precisa que la brecha salarial de género se reduce en Cantabria por tercer año consecutivo y baja de los 6.000 euros anuales brutos por primera vez en nueve años.
De todos modos, la brecha salarial de género registrada en Cantabria sigue por encima de la media nacional, que se sitúa en un 21,42 por ciento y una media anual de 5.726 euros menos en las retribuciones de las mujeres en comparación a las de los hombres, ha informado el sindicato en un comunicado.
Según UGT, esta diferencia entre las remuneraciones brutas anuales de mujeres y hombres en Cantabria varía según los conceptos salariales analizados; ya que la brecha salarial de género en el salario base se sitúa en un 19,7%; en el salario ordinario, en un 20,6%; y en los complementos salariales, en un 21,41%, mientras que asciende hasta un 81,51% en las horas extraordinarias y en casi un 64% en las pagas extraordinarias.
El sindicato agrega que en Cantabria la brecha salarial de género en los empleos con un contrato indefinido, un 24,82% y 6.727 euros anuales menos en las mujeres, cuadruplica la registrada en los asalariados y asalariadas con un contrato temporal, que baja a un 9,20% y 1.710 euros de diferencia.
Una cuestión de ocupación profesional
La secretaria de Igualdad de UGT en Cantabria, Asunción Villalba, ha señalado que la ocupación profesional “sigue siendo una de las variables que más influyen en las diferencias salariales entre mujeres y hombres y no es casualidad que en las mejor remuneradas, como en los directores y gerentes, apenas haya un 2% de mujeres y que en el caso concreto de Cantabria ni siquiera aparezcan estadísticas por el escaso número de mujeres en estas ocupaciones más altas”.
Lo propio se puede decir de los técnicos y profesionales científicos e intelectuales o los profesionales de apoyo, con brechas que oscilan entre al 16 y casi el 26% en Cantabria, ha señalado Villalba, quien ha puntualizado que “en las ocupaciones peor remuneradas también hay una fuerte presencia de mujeres y la brecha entre las trabajadoras no cualificadas asciende a más de un 37% y 7.152 euros anuales”.
Según la secretaria de Igualdad de UGT, “muchas de estas ocupaciones tan mal remuneradas y que tienen las mayores brechas salariales de género han sido fundamentales durante la pandemia de la Covid-19; han sido actividades esenciales y con mayoritaria presencia de mujeres, que han ayudado a toda la sociedad aunque por desgracia no tienen la valoración que merecen en términos económicos”.
Nuevo reglamento de igualdad retributiva
Por otro lado, UGT señala en su informe que el próximo 14 de abril entrará en vigor el Reglamento de Igualdad Retributiva, aprobado en octubre del año pasado por el Gobierno español tras el consenso alcanzado en el diálogo social.
Este nuevo reglamento, según Villalba, plantea las directrices de cómo llevar a cabo el registro salarial y la auditoría salarial en las empresas. “Esto conlleva la revisión de todos los convenios colectivos para adaptarlos a ello y la revisión de los planes de igualdad en las empresas de más de un centenar de trabajadores a partir de marzo de 2021”, ha señalado.
A su juicio, si se aplica el nuevo reglamento en todas las empresas españolas “estaríamos muy próximos a reducir y eliminar de una vez por todas las brechas salariales que están manifestando la discriminación en el empleo que sufren las mujeres”.
“Es evidente que si mujeres y hombres percibieran salarios más equitativos, aumentarían las cotizaciones a la Seguridad Social y las contribuciones a la Hacienda pública porque la brecha salarial encubre una discriminación económica hacia las mujeres en las que todos salimos perjudicados”, ha concluido.