La reciente investigación arqueológica llevada a cabo en La Garma, en el municipio cántabro de Ribamontán al Monte, ha desvelado la presencia de tres lugares sepulcrales “perfectamente conservados” y los restos óseos de una veintena de individuos en una galería ubicada en el nivel basal de la cueva -el más bajo de la cavidad-. Asimismo, se han hallado diversos objetos asociados a estos individuos, tales como un hacha de combate, el broche de un cinturón y una pequeña cadena, los cuales aportan una valiosa información sobre el uso de dichos enseres.
La consejera de Cultura, Turismo, y Deporte de Cantabria, Eva Guillermina Fernández, ha presentado este jueves en el Palacio de Festivales de Santander la campaña arqueológica sobre las excavaciones que han tenido lugar este verano en La Garma en el marco del proyecto Garma XXI. Junto a la titular del departamento han intervenido los directores del complejo arqueológico, el catedrático de la Universidad de Cantabria, Pablo Arias, y el director del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC), Roberto Ontañón, que han dado cuenta de los hallazgos más relevantes que se han detectado en los últimos meses.
Entre los trabajos llevados a cabo en los últimos meses, Pablo Arias ha destacado una nueva zona de la cueva “descubierta hace pocos años, el nivel basal”, a la que se accede tras una larga travesía y el “complicado” descenso de cuatro niveles distintos en el interior de la cavidad. Una vez en ese punto, Arias ha desvelado que se puede observar un “paisaje alucinante”, puesto que se trata de una “galería cruzada por el río, el cual tiene un nivel variable” y, en consecuencia, el espacio es de color negro.
Según ha detallado Arias, en el río “hay restos de individuos dispersos”, mientras que en la galería existen “una veintena de individuos documentados” y tres lugares sepulcrales “bien definidos que hemos podido estudiar y que están perfectamente conservados”. El catedrático también ha explicado que el proceso de documentación se ha hecho “in situ, con toda meticulosidad, a pesar de las difíciles condiciones en las que estábamos trabajando”.
Respecto a los objetos hallados -un hacha de combate, el broche de un cinturón, un gancho de uso telar y una pequeña cadena-, relacionados con la vida cotidiana de estos individuos, Roberto Ontañón ha añadido que facilitarán la ejecución de análisis de ADN, llegando a conocer así el origen de los individuos, su alimentación u otros detalles como el parentesco existente entre los mismos. “Esta información nos dará las claves de la explicación de porqué los encontramos allí”, ha sentenciado.
También se ha documentado otro contexto funerario asociado a dos individuos, una mujer adulta y un individuo juvenil cuyo sexo está aún por determinar. Se trata de un conjunto “excepcional” que “tiene la particularidad de estar ubicado en un sitio totalmente atípico” para la época, “casi rozando los inicios de la Reconquista”, según ha datado Arias.
Por su parte, Roberto Ontañón ha aclarado que La Garma es un monte que alberga un “complejo arqueológico” homónimo en el que se han encontrado once yacimientos arqueológicos y un poblado de la Edad de Hierro ubicado en la cima. Así, la campaña de este año se ha desarrollado en cuatro de estos yacimientos.
La consejera de Cultura ha puesto en valor el “patrimonio artístico, cultural y paisajístico” de Cantabria, del que ha destacado el patrimonio prehistórico, ya que la comunidad alberga una “concentración de yacimientos arqueológicos y cuevas con pinturas rupestres” que “nos diferencia de cualquier otra región española y nos hace únicos en el resto del mundo”.
Así pues, Fernández ha incidido en que el hallazgo de La Garma “hace ahora casi 30 años” supuso “un punto de inflexión”, puesto que se trata de un yacimiento “extensísimo” que “abarca distintas épocas desde el Paleolítico inferior” y que ha dado “muchas y gratas sorpresas” a lo largo de estos años.
En esta línea, Pablo Arias ha subrayado que La Garma “acoge restos de todas las épocas del pasado” en una secuencia desde los 400.000 años hasta el siglo XII d.C., lo que le convierte en “una de las más completas de toda Europa y de todo el mundo” al estar representados todos los periodos.