Más formados pero con peores condiciones laborales y salarios más bajos. Los jóvenes españoles se enfrentan a una época especialmente complicada para conseguir un trabajo de calidad con el que puedan comenzar su desarrollo vital. Los motivos, según cuenta Kiara Brambilla, portavoz de la Organización Juvenil de UGT en Cantabria (OJUCA), son variados, pero las estadísticas lo dejan claro: hasta los 35 años esa precariedad abunda de forma genérica, lo que influye en que los jóvenes retrasen la hora de independizarse o incluso en que sean menos reivindicativos debido a la falta de un trabajo estable por el que luchar. Ahora, en plena celebración por el Día Internacional de la Juventud, Brambilla analiza la presión social y laboral a la que se ven sometidos estos jóvenes.
¿Qué ocurre con el empleo y los jóvenes?
Creo que somos la primera generación que vive peor que nuestros padres y madres. Hay estadísticas que lo afirman. Las condiciones laborales han ido empeorando en toda esta época, y eso hace que la juventud de ahora viva peor que en el pasado. De hecho, el Consejo de la Juventud ha sacado una estadística en la que cuentan que las personas jóvenes cobran 400 euros menos que en 2008. Es decir, de 2008 a 2022 se han rebajado los sueldos 400 euros mientras el coste de la vida ha aumentado un 17%.
Pero, aparte de los sueldos ¿se están perdiendo derechos?
Sí, un ejemplo sería la antigüedad. Antes había una antigüedad más o menos estabilizada, lo que te daba una estabilidad en tu vida. Hoy en día los jóvenes tenemos que lidiar con una precariedad absoluta en la que vamos cambiando de puesto de trabajo cada seis meses, y al final eso ni es estabilidad para tu vida, ni siquiera tampoco a tema de futuro para una posible indemnización porque, claro, como no hay estabilidad la precariedad aumenta.
¿Los jóvenes entienden el abuso como normal?
Sí. Creo que está interiorizado en mucha gente joven, lo que hace que sean menos reivindicativos y al final no exijan sus propios derechos. Pero esto también tiene mucho que ver con la estabilidad: cuando estás en un puesto de trabajo durante mucho tiempo, haces mucha más piña con tus compañeros y compañeras y reclamas mucho más lo que es tuyo. Sin embargo, cuando estás cambiando de trabajo cada cuatro meses, ¿Qué vas a reclamar si sabes que te vas a ir a otro lado en poco tiempo? Es una rueda en la que te mete el sistema capitalista y es muy difícil salir. ¿Para qué voy a reclamarte si sé que en tres meses me voy? Es un sistema que está muy bien montado para seguir manteniendo la precariedad.
Cantabria está en el top de jóvenes peor pagados de España. ¿Por qué?¿Qué situación especial se da?
Es multifactorial y es muy difícil ver el origen pero, por ejemplo, la turistificación es algo evidente porque lo que potencia son empleos muy temporales que no te dan estabilidad para tu vida. Y la juventud tiene que lidiar con empleos temporales y con mucha parcialidad. Parcialidad no deseada, por cierto. Hay un informe que habla de que más del 90% de la parcialidad es no deseada, lo que termina generando pluriempleo porque con un trabajo no me da para vivir. Aunque también hay que añadir que la temporalidad se está revirtiendo un poco gracias a la reforma laboral y, al haber más contratación indefinida, esta también está llegando a la juventud. Pero claro, ¿de qué me sirve ser indefinida si trabajo 20 horas a la semana? Me da estabilidad pero sigo sin tener un sueldo digno con el que pueda desarrollar mi vida normativamente.
Y llama especialmente la atención que lo salarios de las mujeres cántabras menores de 25 años sea el más bajo de España...
Somos la única comunidad que no supera los 18.000 euros brutos anuales para estas mujeres. Es que dentro de la juventud hay brecha de género también, y si eres joven sufres una discriminación, pero si encima eres mujer joven tienes el doble. También hay machismo en el terreno laboral aunque se hable poco y hay muchísimos trabajos feminizados. El motivo es la cultura patriarcal en la que vivimos y claro, están muchísimo peor pagados y tienen peores condiciones extrasalariales. La precariedad tiene rostro de mujer, y yo añadiría que la precariedad tiene rostro de mujer joven. Todos los sectores feminizados, incluso los cualificados, están muchísimo peor pagados.
¿Por qué se cobra más cuando se es más mayor?
Está establecido que la juventud tiene que cargar con la injusticia de aceptar trabajos muy precarios para sobrevivir mientras les dicen que ya les llegará algo mejor cuando sean mayores. Es como: “Ahora no te quejes ni exijas porque tienes 23 años, cuando tengas 35 ya te llegará el momento”. Es muy injusto para la juventud porque lo que antes se sufría hasta los 25 ahora se sufre hasta los 35. Además, toda esa precariedad hace que mucha gente siga estudiando para poder obtener puestos mejores que conlleven unas condiciones mejores , y eso también influye en que la precariedad siga subiendo de edad.
¿Cuáles son las consecuencias de estos salarios tan bajos?
No poder tener un desarrollo vital normativo. Los datos de vivienda son muy interesantes y es un debate muy paralelo al que estamos teniendo porque, si no tengo unas condiciones laborales dignas, no puedo hacer un desarrollo normativo de mi vida como puede ser independizarme. Así que el acceso a la vivienda se pospone, también porque el mercado de la vivienda está como está pero, claro, si no tengo condiciones salariales ni me lo planteo. Ocurre lo mismo con tener familia, que es una complicación. A los jóvenes a veces se nos exige tener hijos, e incluso se nos falta el respeto tachándonos de egoístas, cuando realmente hay mucha gente que quiere tener familia pero no puede económicamente. Resaltando el respeto a todas las personas que no quieren, que también hay que visibilizarlo, pero hay gente que lo quiere llevar a cabo y sus condiciones laborales son lo que se lo está impidiendo. Si tú no tienes unas condiciones dignas, ¿cómo te vas a poder permitir traer una criatura al mundo o independizarte? Al final lo que haces es paralizar tu vida hasta que llegas a un puesto digno, y todo ese retraso social se va palpando en cómo la gente empieza a tener hijos a los 40. Sin embargo, nadie analiza la precariedad que hay detrás de esa circunstancia.
O sea, que la gente joven no se independiza porque no puede..
Mira, en cuanto a datos de emancipación solo el 12,2% de la población menor de 30 años está emancipada. Hace poco hemos presentado ese dato y otros en el Observatorio de la Emancipación que maneja cifras de 2020, y ahí vimos que el salario percibido por una persona joven en Cantabria es de 12.445 euros netos. Pero claro, si miras cuánto cuesta un alquiler en Cantabria alucinas: la renta media de vivienda libre en alquiler en Cantabria es de 664 euros. O sea, que el salario neto al mes nos da 1.037 euros al mes con las pagas extra prorrateadas. Nos quedan libres 375 euros con lo que hay que pagar, agua, luz, comida, transporte, dentista… ¿Qué hace la juventud ante esta situación? Vivimos con la soga al cuello constantemente y además de aguantar todas estas condiciones tenemos que soportar la culpabilidad, y que se nos acuse y se nos discrimine todavía más. Todas las personas prefieren autonomía e independencia, y cuando no se van es porque no pueden acceder a ello. No tiene nada que ver con que los jóvenes vivan genial y prefieran vivir con sus padres, es que no quieren vivir con la soga al cuello o incluso enfrentarse a tener que volver a casa. La cuestión es que marcan un camino de vida que se supone que tienes que cumplir pero al que no puedes acceder y lo hacen sin entender que el contexto de ahora no es el de antes.
¿Y qué deben hacer los jóvenes para evitarlo? ¿Rechazar empleos? ¿Irse de España?
La responsabilidad no recae en la juventud porque no se puede responsabilizar a la víctima. Los jóvenes no son los culpables de sufrir esa precariedad y la solución debe pasar por arriba y no por abajo. Tiene que haber medidas específicas para afrontar la precariedad juvenil y tiene que haber muchas más inspecciones de trabajo porque eso es clave para cuando se incumplan normas en las que solo pueden actuar ellos. Pero, respondiendo a la pregunta, dentro de la juventud y quizá como sociedad, deberíamos aumentar la conciencia obrera para reclamar lo que es nuestro, aunque jamás culpándoos. Jamás culpando al que, por las circunstancias que sea, no lo hace. Las medidas tienen que ser políticas para tener un mercado de trabajo con buenas condiciones. Y que sepamos que si hay un trabajo de mierda la culpa siempre será del que lo ofrece y nunca del que lo coge.
¿Qué respondería a que los jóvenes de hoy en día no quieren trabajar?
Es una pregunta a la que la gran mayoría de jóvenes hemos tenido que contestar en algún momento, y es terrible. Sí que es verdad que no hay nada más histórico que culpar a la juventud, y simplemente por ser jóvenes cargamos con culpas sociales que ya nos vienen dadas. Pero lo que hay que hacer es mirar muchísimo mas allá y ver qué condiciones se están ofreciendo en el mercado laboral para que haya gente que igual no quiere optar a esos puestos de trabajo, lo que tampoco quiere decir que no quieran trabajar. Muchas veces hay condiciones ocultas que se dan por hecho en este sistema precario, y todos las conocemos, pero nadie las visibiliza. Hay cosas que se dan por hecho como hacer horas extras y que no te las paguen o no tener un día libre, la cosa es que mucha gente rechaza puestos de trabajo por tener unas condiciones indignas, no porque no quieran trabajar. Y con los trabajos de verano en el sector servicios ocurre lo mismo, igual no hay que pensar que la persona no quiera trabajar sino que no quiere sufrir la pérdida de sus derechos laborales por un trabajo de dos meses. Aunque te paguen 2.000 euros porque es que igual prefieres cobrar menos pero en algo que te dé estabilidad durante todo el año. Hay que ver mucho más allá aparte de las condiciones salariales.
Se habla mucho de que la Formación Profesional es la solución a los problemas...
Volvemos a focalizar el problema en que la gente estudia demasiado o en que estudia muy poco. El problema es lo que hacemos los jóvenes, nunca las condiciones que se están ofreciendo. No podemos caer en esa trampa.
¿Y qué es exactamente OJUCA? ¿Hace falta una organización específica para los jóvenes?
Todas las personas trabajadoras tenemos que estar unidas porque, cuanto más unidas estemos, mejores condiciones podremos reclamar y más conciencia habrá. Pero dentro de las personas trabajadoras también hay diferenciaciones específicas: la juventud por ser joven sufre más precariedad, igual que las mujeres por ser mujeres también sufren más precariedad. Y dentro de que todos somos clase obrera, hay especificaciones que tenemos que reivindicar. De ahí nace OJUCA, que es la Organización Juvenil de UGT Cantabria. Como trabajadores y trabajadoras jóvenes tenemos unas demandas específicas para visibilizar, y OJUCA lo que hace son campañas específicas para visibilizar la precariedad juvenil, o unir jóvenes que tienen muchas reivindicaciones, dudas o que simplemente están en busca de apoyo… Es una asociación de reivindicación pero también de unión y de hermandad, y es interesante crear esa conciencia de clase también en la juventud, porque la verdad es que se está perdiendo.