Se trata de la muestra 'Ours', que se inaugurará este jueves 29 de marzo en el Museo Arqueológico Le Laténium de Neuchâtel.
Según ha informado el Gobierno de Cantabria en un comunicado, se trata del museo arqueológico más grande de este país y su nombre evoca el sitio de La Tène, referencia para la fase más avanzada de la cultura celta en Europa. Inaugurado en 2001, cuenta con una museografía muy moderna que le coronó Mejor Museo Europeo del Consejo de Europa en 2003.
La muestra está organizada por la Réunion des Musées Nationaux-Grand Palais y Le Laténium, parc et musée d'archéologie Hauterive-Neuchâtel, asociados con el Musée d'Archéologie Nationale, Domaine National de Saint-Germain-en-Laye. Son comisarias Catherine Schwab, conservadora de esta última institución, y Elena Man-Estier, conservadora del Ministerio de Cultura de Francia.
La pieza que se expondrá en Suiza proviene de la zona IV de la Galería Inferior de La Garma y tiene una antigüedad aproximada de 16.000 años, correspondiente al periodo Magdaleniense Medio.
En una costilla, probablemente de ciervo, seccionada de forma longitudinal, se recortó la figura de un oso de perfil en la que se grabaron, además, numerosos detalles como un ojo, oreja, boca y pelaje. Este objeto también se perforó con el fin de llevarlo colgado o prendido a la ropa.
El oso era un animal temible que ocupaba las cuevas durante los periodos invernales, por lo que condicionó la vida de nuestros antepasados prehistóricos que acostumbraban, también, a utilizar las cavernas como viviendas.
A pesar de esta incómoda coexistencia con el oso pardo y el oso de las cavernas, y del perfecto conocimiento que las comunidades humanas tuvieron de ambas especies de plantígrados, el arte paleolítico no refleja suficientemente esta relación, puesto que las representaciones de osos, tanto parietales como mobiliares, son muy escasas.
De hecho, la pieza de La Garma es una de las pocas representaciones paleolíticas del animal, lo que le confiere una gran importancia.
Este préstamo temporal se enmarca en uno de los objetivos clave del museo, el de la difusión del patrimonio arqueológico, la puesta a disposición para disfrute de la sociedad y, en este caso, la proyección internacional del patrimonio cántabro en colaboración con otras instituciones.