El PSOE ha vuelto a ser el partido más votado en Cantabria 25 después en unas elecciones generales en las que el Partido Regionalista (PRC) de Miguel Ángel Revilla ha hecho historia al lograr por primera vez un representante en el Congreso de los diputados. El PP ha sido el gran perjudicado de este 28 de abril, ya que ha perdido cerca de 70.000 votos y 20 puntos con respecto a los comicios de 2016, además de haber cedido el primer puesto en esta comunidad autónoma, hecho que no sucedía desde 1993.
Los populares han contabilizado la mitad de los votos que sumaron en el último paso por las urnas y se han quedado solo con uno de los tres diputados que habían logrado, uno menos que los socialistas de Pedro Sánchez, que han pasado a ser la primera fuerza en Cantabria y se llevan dos escaños. Ciudadanos ha conseguido revalidar el diputado que cosechó en 2016 y 2015, cosa que no ha hecho Unidas Podemos, que también ha perdido un importante número de votos -aproximadamente un 38%-.
Otra formación que no ha conseguido representante en Cantabria es la extremaderecha de VOX, que se ha quedado muy por debajo de las expectativas en una comunidad autónoma que se autodenomina conservadora, si bien los de Santiago Abascal han logrado sumar más votos que el partido de Pablo Iglesias.
Así, con el recuento finalizado, el resultado ha sido el siguiente: gana el PSOE con el 25,19% de los votos (90.144 papeletas), seguido del PP, con el 21,71% (77.668); Ciudadanos, con el 15,14% (54.161) y PRC, con el 14,59% (52.197). Ya fuera del Congreso, VOX ha quedado relegado a la quinta plaza con el 11,16% del electorado (39.945) y Unidas Podemos ha obtenido el 10,22% (36.555).
De este modo, los cinco diputados por Cantabria serán: los socialistas Luis Santos Clemente y María Jesús Calva, ex alcaldesa de Camargo; el popular y ex alcalde de Camargo, Diego Movellán; el ex portavoz de Ciudadanos en el Parlamento autonómico, Rubén Gómez, y el dirigente regionalista y ex consejero de Obras Públicas y Vivienda, José María Mazón.
En total, en Cantabria han votado 361.567 personas, el 78% del censo, lo que supone diez puntos más que en las últimas elecciones generales. En el Senado el PSOE ha dado la vuelta a la moneda y se lleva tres representantes (Isabel Fernández, Gustavo García y Rocío Rábago) por uno del PP (Javier Puente, ex fundador del partido contra el aborto 'Adelante').
Alegrías y penas
Frente al vértigo que ha imperado durante la campaña electoral al ver cómo todas las encuestas les dejaban fuera del Congreso, a medida que ha ido avanzando el escrutinio la alegría ha estallado en la sede del PRC, donde se ha cantando a pleno pulmón 'Santander la marinera' como himno de celebración. Y es que a la tercera ha ido la vencida y los regionalistas cántabros por fin han conseguido traspasar fronteras, enviando a Madrid al ex consejero de Obras Públicas y Vivienda, José María Mazón, hombre de la máxima confianza de Miguel Ángel Revilla.
En sus cuarenta años de historia, el Partido Regionalista ha ido creciendo cita a cita con las urnas y ya puede tachar uno de los pocos retos que le quedaba por conseguir: tener representación en el Congreso; el otro es ser ganar las elecciones en Cantabria. Sin embargo, el resultado cosechado este domingo está muy lejos del listón puesto por su propio secretario general y presidente del Gobierno regional. Han quedado en una modesta cuarta posición, justo por detrás de Ciudadanos, cuando se supone que estaban “rozando” el segundo diputado y se veían como vencedores.
Cómo influirá este resultado en las elecciones autonómicas y municipales que se celebran en apenas un mes es una de las grandes incógnitas que se abren ahora. El PSOE cántabro es el otro partido que se ve claramente reforzado de cara al próximo 26 de mayo. Los socialistas viven uno de sus momentos más dulces de los últimos años después de la renovación emprendida por Pedro Sánchez a nivel nacional y por Pablo Zuloaga en Cantabria. Han sumado 10.000 votos más que hace tres años y miran con optimismo y entusiasmo a la próxima cita con las urnas.
Donde no están tan contentos es en Joaquín Costa. La sede del PP de Cantabria ha sido casi un funeral. Sus dirigentes no han podido esconder sus caras de preocupación después de haber perdido nada más y nada menos que casi la mitad de los votos, al haber pasado de 140.000 a 77.000 papeletas, lo que supone el 45% del apoyo. Si al partido del puño y la rosa la renovación de su dirección ha sido un acicate, para el PP se ha convertido en un réquiem y Pablo Casado queda muy tocado. Incluso los populares creen que todavía no han tocado fondo y afrontan el 26-M con más temor que otra cosa. Como mal menor, siempre les quedará el consuelo de que VOX no ha conseguido ningún diputado por Cantabria.