A unos días de que 2021 concluya, parece que la firma de los convenios colectivos de algunos sectores como el lácteo y el conservero se han vuelto una cuestión aún más imperiosa. Este motivo es el que ha hecho al responsable nacional de la Unión General de Trabajadores (UGT) del Sector de Alimentación, Sebastián Serena, acudir a Cantabria para explicar cuáles son los pasos que dará el sindicato para precipitar que se firmen ya unos acuerdos que no pueden seguir demorándose. Por este motivo, elDiario.es habló con Serena en una entrevista telefónica en la que desgrana, entre otras cosas, cuáles son los motivos reales de la necesidad del convenio colectivo o por qué motivo UGT no acudió a la manifestación del pasado 18 de octubre en Santoña.
¿Cuál es la situación de los trabajadores del sector conservero desde que se caducó el convenio colectivo en 2020?
Pues es una situación que afecta a las personas que trabajan en el sector de conservas en toda España, no solo en Cantabria. No obstante, Cantabria es una comunidad autónoma que tiene una parte muy importante de las personas que trabajan en todo el sector. La cuestión es que estamos en un IPC interanual del 5,6% en el mes de noviembre, y la gente está soportando un coste por encima de lo que está ganando. Sabemos que es un año malo para todo el mundo, pero en el caso de este sector esta situación se mantiene durante todo el año... Además, 2021 está prácticamente acabado y no tenemos acuerdo, ni vislumbramos una posibilidad de que lo haya, pero es que puede ocurrir que empecemos 2022 y sigamos sin convenio colectivo. Como nosotros no estamos dispuestos a que esto ocurra, vamos a intentar pelear y luchar para persuadir a la organización empresarial de que necesitamos llegar a un acuerdo lo antes posible y antes de que acabe el año. Y si no, no nos quedará más remedio que la movilización.
¿Por qué siempre se habla de este sector como un sector precario?
No me atrevo a decir que el sector alimentario sea un sector donde la precariedad esté más instalada que en otros, pero sí que es cierto que el sector de conservas tiene otras particularidades. Me refiero, por ejemplo, a que alrededor del 80% de estos trabajos son fijos discontinuos, y llevan así muchísimos años. Este es un tipo de contrato que, de una manera u otra, viene bien al sector porque se trabaja en campañas, y así se pueden cubrir las necesidades de las empresas y de las personas que trabajan, ya que estas empresas suelen estar situadas en zonas rurales. Así todo, las conservas, más que precariedad, lo que tienen es desigualdad, y estamos peleando desde hace muchísimo tiempo por reivindicar la igualdad en materia salarial. La realidad es que hay una discriminación física dentro del convenio colectivo, aunque no se matiza, no se concreta y no se puede ver, pero hay una desigualdad salarial entre el grupo quinto y el grupo sexto de las categorías profesionales del convenio colectivo. Ahí, la mayoría de las personas que trabajan son mujeres, y la mayoría son auxiliares de producción. Y aquí se produce una diferencia salarial entre el quinto grupo y el sexto que va desde los cuatro euros diarios que ganaría el maestro, hasta los dos euros diarios en el tema de auxiliares. Esto significa, que entre estos dos grupos, estamos hablando de una diferencia de 1.700 euros aproximadamente en el caso del maestro y de 850 euros en el caso de las auxiliares. Evidentemente, no se indica en el convenio colectivo que las auxiliares son mujeres y por eso cobran menos, pero en la práctica es así. Y creemos que es la hora de solucionar este problema y tenemos que encontrar una fórmula para corregir esto de manera definitiva. Así que más que precariedad hay una discriminación salarial, que sufren las mujeres más porque son las que más emplean estos grupos de profesionales.
¿Qué se pide en el nuevo convenio colectivo, ahora que se está en negociación?
Estamos pidiendo la equiparación salarial y estamos dispuestos a encontrar fórmulas para que esto deje de suceder en el menor tiempo posible. También un incremento salarial lo más cerca posible al IPC real, pero lo que no podemos es estar a favor de la última propuesta de la patronal porque nos propusieron subir el salario un porcentaje fijo anual con una cláusula de revisión salarial que no garantizaba ganancia. Todo esto cuando en la reunión anterior nos plantearon un incremento del 7% acumulado en cinco años... No tiene sentido, porque después nos dijeron que sería un incremento sin concretar. Por lo tanto, si lo primero no lo aceptamos porque nos parecía insuficiente -estamos en el 5,6% ya-, imagínate lo segundo... Queremos que el incremento pactado dé unas garantías mínimas de que no se va a perder poder adquisitivo. Se trata de encontrar un incremento salarial razonable, pero también de encontrar una fórmula de cláusulas de revisión salarial que nos garantice que las personas que van a trabajar en el sector no van a perder poder adquisitivo.
De no solucionarse próximamente, ¿se baraja una huelga para presionar?
Tendremos una reunión entre CCOO, UGT y la CIG y ahí plantearemos algunas otras cuestiones a otras acciones más contundentes sin descartar una huelga en el sector. Esto se tiene que resolver ya.
¿Por qué UGT no participó en la manifestación del pasado 14 de octubre en Santoña?
UGT no participó porque no fue invitada. Nosotros no conocimos ni nos propusieron nada. Los objetivos de los sindicatos suelen ser los mismos prácticamente... Solemos coincidir aunque la estrategia puede ser diferente, pero este sindicato convocante hace ya tiempo que inició una campaña en solitario en este sector, y la han desarrollado así. Por eso, como no nos invitaron no acudimos. Sin embargo, ahora se ha visto que esas campañas que se inician en solitario no suelen tener ningún fin desde el punto de vista de conseguir el objetivo que se persigue. Y eso se ve porque las propuestas de la patronal no se han mejorado con esas iniciativas individuales... Así que no queda otra que acordar desde el punto de vista de la acción sindical de verdad, es decir, de las tres organizaciones sindicales que estamos en el convenio, convocar algunas acciones, y nos vamos a ver para concretar algunas más.
Y hablando de reivindicaciones, también se habla de una posible huelga en el sector de los lácteos. ¿Cuál es la situación en este momento?
Desde UGT estamos planteando que este convenio también se tiene que firmar ya. Y lo que está planteando a la patronal es que haga todos los esfuerzos posibles para evitar el conflicto en el sector lácteo, pero me refiero al conflicto laboral, porque el conflicto económico ya lo tienen con los ganaderos. Aunque posiblemente no nos quede más remedio que sumarnos también a ese conflicto ganadero porque además llevan razón. Es decir, nosotros apoyamos a los ganaderos que exigen un precio de la leche justo porque no se puede estar produciendo por debajo de los costes de producción, evidentemente es una reivindicación justa y que defendemos. Pero quizá la patronal del sector lácteo si no se pone las pilas se va a encontrar con otra movilización que va a ser de las personas trabajadoras del sector, y nosotros así lo hemos planteado ya. Lo hemos hecho públicamente y no descartamos tampoco ninguna movilización a nivel nacional en este sector. Los motivos son prácticamente los mismos, todos los convenios colectivos que se están negociando este año tienen el mismo problema: entendemos la situación económica de las empresas, entendemos que han aumentado los costes de producción, los costes energéticos, la materia prima… Y que todo esto tiene una repercusión importante, pero estos costes también los sufren las personas que trabajan. Y si no hay un equilibrio en asumir estos costes nosotros no estamos dispuestos a que lo carguen en su espalda las personas que trabajan. El sector lácteo tiene incrementos salariales muy por debajo del IPC que se prevé, y unas cláusulas de modificación salarial que para nada nos dan garantía de que no haya pérdidas de poder adquisitivo. Además, luego no hay ni propuestas de la Patronal de que haya algunas mejoras sociales que pudieran ser compensadas por ese esfuerzo que se hace. No hay ningún reconocimiento a personas que han trabajado durante la pandemia, que sufrieron y se esforzaron mucho para que este país se pudiese alimentar... Parece que esto se ha olvidado rápidamente.