El PP se blindó en el Ayuntamiento de Santander tras la polémica expulsión de Antonio Mantecón

El Partido Popular en el Ayuntamiento de Santander, pese a gobernar en minoría, está blindado ante una hipotética moción de censura. La polémica salida del concejal Antonio Mantecón de Ganemos impide poder desalojar a los populares de la 'Casona', incluso aunque el resto de la oposición se uniera y votara de forma conjunta.

El motivo radica en los cambios introducidos en 2011 en la Ley Electoral para evitar casos de transfuguismo. Según la norma, “cuando alguno de los concejales proponentes de la moción de censura haya dejado de pertenecer, por cualquier causa, al grupo político municipal al que se adscribió al inicio de su mandato”, es necesario que la iniciativa sea respaldada por la mayoría más uno de la Corporación -en lugar de mayoría simple-.

De este modo, las matemáticas impiden que en Santander, con 13 concejales del PP de los 27 que forman la Corporación, pueda producirse un cambio de gobierno durante esta legislatura, a menos que uno de ediles populares votara en contra de su propio partido, un hecho prácticamente imposible de producirse.

Aunque la expulsión de Antonio Mantecón, que según denunció el afectado contó con las “maniobras” y el aliento del entonces alcalde, hoy ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, se produjo en abril de 2016, ha sido ahora cuando se ha puesto de manifiesto el blindaje práctico que ello supone para los populares.

Ha sido el diputado nacional de Ciudadanos por Cantabria, Félix Álvarez, quien ha hecho el apunte durante la tertulia radiofónica celebrada este viernes en el programa 'El Faradio de la Mañana' (Arco FM).

Para justificar que su partido ha sido el único de la oposición que no ha pedido la dimisión de la alcaldesa de Santander, Gema Igual (PP), por falsear su currículum durante 14 años -revelado por este diario-, 'Felisuco' ha dicho que “lo fácil” para C's hubiera sido reclamar su cese y “subirse al carro” de una hipotética moción de censura que, según ha explicado, no podría salir adelante, tal y como ha verificado este medio.

La polémica expulsión

En marzo del año pasado, el Ayuntamiento de Santander, a propuesta del equipo de Gobierno del PP, modificó el Reglamento del Pleno para permitir a los partidos con dos concejales formar grupo propio, frente a los tres que se exigían anteriormente.

Los populares, encabezados por De la Serna, justificaron este cambio a las discrepancias internas que había dentro del Grupo Mixto -formado por dos concejales de Ganemos, dos Ciudadanos y uno de IU-. El resultado es que el Consistorio pasó a tener seis grupos (PP, PSOE, PRC, C's, Ganemos y el mixto, integrado solo por IU).

Sin embargo, un mes después el portavoz y cabeza de lista de Ganemos, Antonio Mantecón, fue expulsado del partido por el propietario de la marca Juliá de Fabiá. Mantecón asegura que Fabiá le había estado extorsionando desde el inicio de la legislatura para que le ingresase parte del dinero público que percibía la formación, a lo cual se negó y, según su versión, desembocó en su expulsión. Consecuencia de ello, el edil pasó a tener la condición actual de no adscrito.

Mantecón y su equipo mantienen que ambos hechos -el cambio de Reglamento y su expulsión de Ganemos, que se produjeron con apenas 30 días de diferencia- fueron una maniobra urdida por el exalcalde y por Fabiá para benefeciarse ambos en sus respectivos intereses: uno político, mermando a la oposición y principalmente otorgando a los dos representantes de Ciudadanos que habían permitido su investidura grupo propio -con lo que ella conlleva de incremento de recursos y sueldos-, y el otro, monetario.

Además, llaman la atención sobre el hecho de que aquella maniobra también coincide en el tiempo con las negociaciones que habían emprendido en el mes de febrero el PSOE de Pedro Sánchez y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, para alcanzar un pacto entre ambas formaciones, lo que podría tener sus consecuencias en el resto de administraciones.

Una oportunidad histórica

Las elecciones municipales de 2015 depararon un resultado inesperado en la capital de Cantabria, bastión inexpugnable del PP. Santander es la única capital de provincia en España en la que nunca ha habido un cambio de gobierno.

Además, en los últimos 20 años, los populares habían gozado de mayoría absoluta y en los últimos comicios -los de 2011- venían de lograr el mejor resultado de su historia. Sin embargo, en 2015 los populares perdieron cinco concejales -bajaron de 18 a 13-, quedándose a uno de lo mayoría. Se abrió entonces una oportunidad histórica de cambio.

Pero poco tardó en desvanecerse. El alcalde amarró pronto un acuerdo con los dos concejales de Ciudadanos, que en estos casi dos años de legislatura se han mantenido como muletilla para que el PP lleve a cabo su gestión sin dificultad alguna. Incluso, en el Pleno los representantes de C's han llegado a votar en contra de mociones que habían firmado y pactado con el resto de la oposición. O también se echaron atrás en una medida que habían apoyado para dejar de subvencionar con dinero público las corridas de toros en la ciudad.

Su llamativa trayectoria política en el Ayuntamiento y su fidelidad al PP ha despertado todo tipo de suspicacias, y la posibilidad de un pacto oculto, del que no existen pruebas, se presenta casi como un secreto a voces.