Cantabria adecuará progresivamente su calendario escolar en la búsqueda de un mejor rendimiento académico de los alumnos y una mejor distribución de los tiempos de descanso. La adaptación del curso escolar a través de criterios puramente pedagógicos provocará que la organización de la comunidad educativa no dependa tanto, como viene ocurriendo históricamente, de las fiestas religiosas y facilitará que se alterne, aproximadamente, una semana de descanso cada dos meses.
Así lo recoge el principio de acuerdo al que han llegado la Junta de Personal Docente y la Consejería de Educación de Cantabria, una propuesta para el calendario escolar del año que viene que se consensuará con padres y profesores antes de ser aprobado definitivamente, y que alcanzará los 175 días de clase modificando el inicio y la finalización del curso académico.
Así lo han confirmado este miércoles todas las partes implicadas en la negociación, que han afirmado que este principio de acuerdo que se alcanzó el martes, y cuya negociación continúa en marcha, permitiría establecer un calendario escolar “marcado por criterios pedagógicos, a la manera de la mayoría de los países europeos”.
Por ejemplo, en Primaria el curso comenzará el jueves 8 de septiembre y finalizará el viernes 23 de junio, mientras en Secundaria el inicio será el lunes 12 de septiembre y terminará el martes 27 de junio. Los bloques de vacaciones se fijarán para la semana del 31 de octubre al 4 de noviembre; las Navidades entre el 23 de diciembre por la tarde y el 8 de enero; del 27 de febrero al 3 de marzo; y, coincidiendo con Semana Santa, del 7 al 17 de abril.
Según la Junta de Personal Docente, “la mayor parte de los países europeos gozan de esta distribución lectiva, que otorga más importancia a las actividades de tiempo libre desarrolladas por los centros y favorece los intercambios extraescolares y el asociacionismo, además de las evidentes ventajas pedagógicas para el alumnado”. Según explican, con este calendario se potencia también la participación en programas internacionales, como Erasmus+, que posibilita, entre otras iniciativas, los intercambios juveniles durante los bloques libres del curso.
En España, en cambio, el calendario escolar “sigue anclado en tradiciones y festividades religiosas, algunas de ellas movibles en sus fechas”, ha denunciado la Junta.
En definitiva, el planteamiento ahora es, respetando los mismos días lectivos de este curso y anteriores (175 al año), basar el calendario en la “racionalidad pedagógica, alternando adecuadamente periodos lectivos más cortos con semanas de descanso”, con lo que se espera conseguir “una mejora en la calidad de los procesos de enseñanza-aprendizaje”.
Búsqueda del consenso
Según ha anunciado la Consejería de Educación, Cultura y Deporte en un comunicado, la propuesta será trasladada a la Federación de Padres de Alumnos (FAPA) y a los directores de los centros antes de su aprobación y de cara a “consensuar” todos los detalles por cerrar. El consejero, Ramón Ruiz, ha manifestado, tras la reunión con los representantes sindicales, que “faltan flecos para un acuerdo definitivo”.
“No hemos llegado a un acuerdo definitivo porque nosotros pensamos que las familias y los directores de los centros tienen que estar informados antes de su aprobación”, ha apostillado.
El titular de Educación considera que el calendario escolar “es un problema” que afecta al personal laboral y por lo tanto la Junta de Personal “tiene mucho que decir”, pero “estamos en un servicio público de educación y las familias y los gestores del sistema, que son los directores de los centros, recibirán la propuesta y puede haber algunos ajustes, pero las grandes líneas están definidas”, ha insistido.
Ruiz ha valorado que “por primera vez se haya alcanzado una propuesta conjunta y consensuada con la Junta de Personal Docente, que perfila un calendario de corte más europeo”, si bien en el comunicado del Gobierno no se especifica en qué consiste.