Proyecto Hombre atendió un 27% más de personas en 2019 en Cantabria y advierte que la tendencia de este año es creciente, sobre todo tras el confinamiento
Proyecto Hombre Cantabria atendió en 2019 a 2.725 personas por distintas causas y adicciones, un 27% más que el año anterior, y relacionadas, sobre todo, por problemas con la cocaína (29%), el alcohol (23%) o el juego (17%), ámbito este último donde se ha experimentado un crecimiento de 4 puntos porcentuales respecto a 2018. Además, en lo que va de este año, y sobre todo tras el periodo de confinamiento, se ha apreciado un incremento en la demanda de asistencia.
Del conjunto de cántabros asistidos por esta entidad el año pasado, más del 60% -1.638- fueron personas que participaron en sesiones de prevención y sensibilización, mientras que 560 --24 más que en 2018-- recibieron tratamiento por sus adicciones (8 de ellos reclusos en El Dueso), 480 fueron familiares, y 47 fueron menores y jóvenes con conductas de riesgo que participaron en el programa 'Teen' de prevención.
Estos y otros datos se corresponden con la memoria de actuaciones llevadas a cabo por Proyecto Hombre en 2019, de la que ha informado este miércoles su directora, Eloísa Velarde, en una rueda de prensa que ha ofrecido acompañada por el presidente de la Fundación CESCAN y obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge. Tras la cocaína, el alcohol o el juego, también hay un 6% de personas que acudieron por problemas con el cannabis y un 3% con los opiáceos.
Además, según ha explicado Velarde, “muchas” de las personas que acuden a Proyecto Hombre tienen no solo una sino varias adicciones. Así, por ejemplo, un 10% de las personas a las que se atendió tiene un problema con la cocaína y el alcohol; un 6% es adicto a la cocaína y el cannabis y un 2% al alcohol y al juego.
También ha indicado que hay personas que acuden por primera vez a Proyecto Hombre por una determinada adicción pero, tras profundizar en su caso, se aprecia que luego tienen detrás otros problemas.
Perfil “muy variado”
En cuanto al perfil de las personas atendidas es “muy variado” lo que, según Velarde, muestra que el problema de la adicción es “transversal” y puede darse en cualquier familia o individuo sin ningún tipo de distinción.
“La realidad de las adicciones está más cerca de lo que pensamos de todos nosotros. Las personas que tienen una adicción son más parecidas a nosotros de lo que nos gustaría”, ha advertido Velarde.
En cuanto al género, Velarde ha explicado que el 76% de las personas atendidas fueron hombre y un 24% mujeres, porcentaje este último que se ha incrementado un punto respecto a 2018. Entre las mujeres tratados, el 75% tenían problema con el alcohol, un 15% con la cocaína y un 10% tenían adicción a varias sustancias. Por ejemplo, de las 34 personas que en 2019 realizaron tratamiento en Proyecto Hombre, 19 --el 66%-- fueron mujeres.
Sin embargo, en el caso de los tratamientos por ludopatía, en los que participaron 36 personas, solo un 17% fueron mujeres. Respecto a este incremento del porcentaje de mujeres atendidas, Velarde ha indicado que ello es “gratificante” para Proyecto Hombre porque “para la mujer que tiene un problema de adicción es más difícil el acceso al tratamiento porque está ”más estigmatizada“ y tiene ”más dificultades para reconocerlo y para ponerse en tratamiento“.
Proyecto 'Teen'
En cuanto al proyecto 'Teen' de prevención para menores y jóvenes (de 12 a 25 años) con conducta de riesgo, el 72% eran hombres. En este sentido, el perfil de los participantes en el programa es también muy variado. En cuanto a las adicciones más presentes en estos menores y jóvenes, el cannabis era el principal problema en el 31% de los casos (un 12% lo combinaba además con otras sustancias).
Otro 15% acudieron por poblemas de juego con apuesta y al absuso de las TIC, como el móvil o los videojuegos. Con motivo de esta iniciativa también se presta asistencia ante problemas de conducta o diversos conflictos en el seno familiar.
Resultados de los programas
Los tratamientos de Proyecto Hombre vienen a duran, según Velarde, en torno al año y medio, a lo que luego hay que sumar la posibilidad de dos años de seguimiento. En 2019, un 30% de las personas que entró en el programa de ludopatías tuvo un final exitoso y 27% en el caso del destinado al alcohol.
En cuanto a 2020, durante el estado de alarma, Proyecto Hombre continúo los programas de tratamiento a sus usuarios sin detectar un mayor incremento en el número de recaídas durante el confinamiento.
Incremento de las atenciones en 2020
En cuanto a lo que va de 2020, un año marcado por el COVID-19, se ha detectado un incremento de personas que acuden a Proyecto Hombre para ser atendidas, sobre todo, a partir de junio, tras el confinamiento. Y es que, según ha indicado, la “soledad” ha hecho que muchas personas caigan en adicciones en este periodo.
Memoria económica
Por su parte, el obispo de Santander ha dado cuenta de los resultados de la Memoria Económica de 2019 de Proyecto Hombre en 2019, entidad que tuvo casi 439.000 euros en gastos, de los cuales 331.000 fueron en personal y 108.000 en programas, actividades y mantenimiento.
El ejercicio se saldó casi en equilibro ya que se recibieron 439.135 euros en ingresos --casi 262.000 de instituciones públicas, 70.000 de privadas y 77.000 de socios y donaciones, a lo que se ha añadido otros ingresos extraordinarios por valor de casi 4.850 euros y 25.550 del año anterior-- lo que ha permitido cubrir las necesidades, dejando las cuentas casi en equilibrio con un pequeño excedente de unos 370 euros.
El obispo ha llamado la atención sobre la alta dependencia que hay de las instituciones públicas, a las que ha demandado un mayor apoyo, sobre todo en el caso de los ayuntamientos. Una gran parte de las aportaciones públicas proceden del Gobierno de Cantabria, que destinó en 2019, casi 222.000 euros, seguido del Ayuntamiento de Santander, con casi 31.000.
Sánchez Monge ha lamentado que la aportación de otros ayuntamientos sumen únicamente 400 euros y ha señalado que Proyecto Hombre no solo atiende a los santanderinos. El obispo ha lamentado también que muchas de estas aportaciones públicas llegan con retraso, lo que, por ejemplo, ha hecho que Proyecto Hombre tuviera que pedir a finales de 2019 un préstamo de 50.000 euros para hacer frente al pago de la nómina del último mes del año y de la paga extra.
Ha demandado una mayor aportación de las instituciones privadas, ya que, según ha dicho, solo colaboran con Proyecto Hombre la Fundación Botín, con 34.000 euros en 2019, y el Obispado, con 36.000.
0