La Navidad, periodo del año asociado a las celebraciones, a las reuniones familiares y a las grandes comilonas, es una época gris para aquellas personas que por distintas razones tienen que pasarla en soledad. Por desgracia, uno de los colectivos más propensos a verse en esta situación es el de la tercera edad, nuestros mayores.
Ante esta situación, Castro Urdiales trata de poner los medios para que estas fechas también sean especiales para ellos. Situada en el 27 de la calle Silvestre Ochoa, junto a una de las dos entradas del municipio, se encuentra la Residencia Municipal que alberga a nada menos que a 93 ancianos, el máximo de su capacidad.
Batirtze Quintana es la directora de este centro y cuenta como a lo largo de estas semanas numerosos colectivos castreños se han acercado de forma altruista con el objetivo de que los residentes disfruten de sus actuaciones, actividades y regalos. Es el caso del Coro de Voces Graves 'Los Templarios', del cuentacuentos Julianín, de la Agrupación Coral de Santa María o de las peñas 'Los Mezclados' y 'Castro Peña', entre otros.
Durante las fechas más señaladas, algunos de los residentes se marcharon con sus familiares y otros permanecieron en el centro. Además, Asuntos Sociales puso en marcha un programa conocido como 'Navidad en compañía' para todas aquellas personas mayores de 65 años que, ajenas a la Residencia, se quisiesen apuntar a cenar o comer.
“Creemos que cualquier esfuerzo, por pequeño que sea, es bueno y necesario para hacer la vida más fácil y feliz a las personas mayores, que por circunstancias de la vida, vivan solas”, recalcan desde esta Concejalía.
Juan, además de veterano residente, colabora en las labores de coordinación de las actividades que se desarrollan y, en este caso, fue el encargado de recibir y atender a las dos personas que se apuntaron a comer en Nochebuena y Navidad. Señala que su acogida fue buena, que se les trató como al resto y que todo se desarrolló “con total normalidad”.
Explica que después de cenar algunos se sientan un rato a ver la tele del comedor y otros se marchan a sus habitaciones. “Aquí, discotecas y eso, nada”, afirma entre risas. Asegura que lo “pasa muy bien” y está “muy a gusto” colaborando con la Residencia. “Me quita de estar ahora de bar en bar y mientras mi cuerpo me lo permita seguiré”, concluye. “Es una pieza fundamental”, apunta la directora presente en la conversación.
Langostinos, merluza a la romana con espárragos, muslos de pollo rellenos con guarnición de patatas panaderas y salsa de manzana o lengua de ternera en salsa con ciruelas y pasas son algunos de los platos que estos comensales disfrutaron en las cenas y comidas especiales.
Además, Quintana detalla que en Nochevieja también tuvieron percebes donados por la Guardia Civil de sus incautaciones. “¿Qué tal los percebes?”, pregunta la directora a los residentes que se encuentran frente al televisor. “La Guardia Civil se queda con los grandes y a nosotros nos da los pequeños”, bromea uno de ellos.
Haciendo un recorrido por algunas de las estancias más destacadas del centro, en la sala donde habitualmente realizan las actividades conjuntas, se encuentran dos ancianas haciendo punto junto a una de las auxiliares. Una de ellas, sin detener su agitado ritmo en su cometido de elaborar un pompón, sonríe y relata su experiencia personal.
“Llegué hace 11 o 12 meses para curar mi cadera y de aquí no me voy”, sentencia firmemente. Manifiesta y evidencia su satisfacción durante su alojamiento y destaca “las buenas amigas” que tiene allí. Por otro lado, señala que en las cenas y comidas de Navidad se fue con su familia. “Yo me quería quedar, pero me llevaron”, afirma entre risas.
“Para mañana (víspera del día de Reyes) ya les he dicho que vengan a última hora a buscarme”, concluye mientras continua enfrascada en su tarea. Quintana explica que lo dice porque quiere quedarse a la visita de los Reyes Magos y sus regalos durante la mañana.
Todas estas actividades son especiales por tratarse de estas fechas, pero no eclipsan las llevadas a cabo el resto del año, -como la tradicional chocolatada acompañada de música y baile que realizan cada mes para celebrar los cumpleaños-, que hacen de este centro un verdadero hogar para los residentes.