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Opinión - Ni liderazgo ni autoridad. Por Esther Palomera

El rompeolas de Castro Urdiales reabre al público tras la finalización de las obras de refuerzo de la primera fase

El rompeolas de Castro Urdiales ha reabierto al público este sábado después de año y medio en el que se han ejecutado labores para reforzar esta infraestructura. Tras la finalización de la primera fase, el Gobierno de Cantabria ha anunciado que el proyecto de la segunda fase ya está “prácticamente ultimado” por lo que se licitará este mismo año para iniciar su ejecución en el próximo ejercicio. Pero por lo pronto el dique ya está de nuevo abierto a vecinos y turistas tras haber sido inaugurada este sábado la primera parte del refuerzo, con una inversión de 2.635.530 euros.

Los trabajos acometidos en esta infraestructura permiten resolver el problema de seguridad que ocasionaban en esta zona los temporales y que, debido al cambio climático y su influencia en el nivel del mar, obligan a potenciar las labores de refuerzo que aporten seguridad a los ciudadanos que transitan por esta zona y a las embarcaciones que se resguardan en este puerto.

El presidente, Miguel Ángel Revilla (PRC), que ha acudido a la inauguración, ha mostrado su satisfacción por realizarse una actuación “muy demandada” y ha asegurado que el puerto de Castro Urdiales constituye una “seña de identidad” de esta localidad y de toda la costa de Cantabria. Ha destacado además que desde el Ejecutivo “no se ha parado de trabajar” a pesar de la pandemia y que, en estos momentos, en los que las vacunas “aportan un horizonte de seguridad”, el “reto” actual es “volver a recuperar la economía” y “generar empleo y riqueza”.

También ha estado en esta cita el consejero de Obras Públicas, José Luis Gochicoa (PRC), quien ha recordado que esta primera fase, que se ha ejecutado en 250 metros, se completará con otra segunda hasta alcanzar los 547 metros en total del espigón, con una inversión total de cinco millones.

A esta cantidad invertida en el puerto se le añaden dos millones que se destinarán a la mejora de la carretera de Santullán a Otañes y otro millón de euros que se destinará a las obras de acondicionamiento del mercado de abastos de Castro, “con lo que se da respuesta a algunas de las principales demandas del Consistorio y la ciudadanía” del municipio.

Por su parte, la alcaldesa, Susana Herrán (PSOE), ha puesto en valor las obras inauguradas, que ofrecen mayor seguridad tanto a la actividad marítima “tan vinculada a nuestro pueblo” como a los ciudadanos que podrán disfrutar de este paseo tan tradicional.

“No hace falta explicar lo que el rompeolas significa para Castro Urdiales y para los castreños y castreñas: un espigón que es seña de identidad de nuestro municipio”, ha resaltado. “Desde este sábado podemos volver a 'hacer las puntas' y disfrutar de este paseo tan tradicional, y podemos volver a 'dar la patada', un pequeño gesto muy típico, pero que supone mucho para todos nosotros”, ha subrayado la regidora socialista.

Tras la explicación de la obra, que ha corrido a cargo de los técnicos, y las palabras de las autoridades, se ha procedido al corte de la cinta para realizar posteriormente un recorrido por la obra. En el acto han estado también la directora general de Obras Hidraúlicas y Puertos, Sandra García, y diversos miembros de la Corporación local y numerosos vecinos.

Rompeolas

El dique norte, conocido popularmente como el rompeolas arranca de los acantilados de la peña de Santa Ana y se prolonga en dirección sureste a lo largo de 547,5 metros. Con esta configuración constituye el principal abrigo del puerto de Castro Urdiales.

Se trata de un dique mixto compuesto por tres partes: una banqueta de cimentación a base de escollera, una estructura vertical no monolítica compuesta por hiladas de bloques de hormigón prefabricados y un manto de protección en talud sobre la escollera de cimentación, los conocidos como 'bloques guardia'.

Esta configuración en dique mixto confiere una estética refinada integrada en el entramado urbano y permite su utilización por los paseantes, pero le hace vulnerable a la acción de los temporales del Cantábrico, siendo sus principales amenazas el arrastre de la escollera de la berma de cimentación, con el consiguiente deslizamiento de bloques de guarda apoyados en ella, y el levantamiento de los bloques de las hiladas superiores a causa de los fuertes oleajes que socavan y erosionan los huecos de la mampostería de relleno entre bloques.

Tal es así que desde su construcción a finales del siglo pasado se han efectuado numerosas intervenciones de reparación, sobre todo en las proximidades del arranque del dique, y se han acometido varios estudios en los que se ha analizado su seguridad y más en concreto el estado del hormigón, la relevancia de las cavidades detectadas y su repercusión en la estabilidad del dique.

Las obras ejecutadas persiguen mejorar la estabilidad del dique al deslizamiento y al vuelco y mejorar la estabilidad de la losa de coronación. Subsidiariamente se conseguirá mayor seguridad para los paseantes.

Se ha tratado, en definitiva, de aumentar la estabilidad del dique y mejorar su falta de monolitismo motivada por su composición mixta de bloques adosados apenas unidos por mortero, para lo que se ha optado por el ensanchamiento con hormigón ligeramente armado y conectado a los bloques existentes y por la reconstrucción de la superficie de andén con una losa de hormigón armado. Ambas actuaciones proporcionan un comportamiento más compacto del dique.

Los trabajos

La solución adoptada ha consistido en el recrecido del muro vertical, que constituye el cuerpo del dique, desde el arranque del mismo en la peña de Santa Ana, hacia el morro. A continuación, se ha procedido a la demolición parcial de la losa de coronación actual y ejecución de una nueva solera sobre ella de mayor espesor. Al objeto de garantizar la correcta cimentación del dique se ha ensanchado la escollera de cimiento actual.

En esta primera fase, se ha actuado sobre la zona que tiene un mayor número de cavidades y conductos y presenta un mayor deterioro. De este modo se ha logrado reducir la probabilidad de fallo del dique vertical y aumentar la anchura y el peso del mismo, además de mejorar su integridad reforzando el exterior con hormigón armado. Se ha procedido al recrecimiento del dique de 2,50 metros de anchura, llegando en alguna zona a 3,50 metros, con lo que la anchura final del muro asciende ahora a 13,5 metros.

Con el objetivo de reducir las presiones acuáticas en la losa de coronación, se han dispuesto tubos dren en cada metro de longitud para dar salida al agua de un modo ordenado y, para garantizar la correcta cimentación del dique, se ha recrecido la escollera hasta un ancho de 5 metros y un peso de 300 kilos.