Sara Escudero (Ávila, 1981) se caracteriza por tener un humor blanco difícil de imitar. Su agudeza, su destreza encima del escenario y haberle puesto muchas ganas “y mucho trabajo”, la convirtieron en poco tiempo en una de las caras más reconocibles dentro de la comedia española. Y, precisamente, gracias al empujón que le dieron los monólogos pudo desarrollar su creatividad y dirigirla también hacia la interpretación, la dirección e incluso la escritura.
Así, esta aspirante a médica que decidió cambiar su rumbo en el tercer año de carrera para irse a Madrid a estudiar Artes Escénicas, confiesa que lo que realmente le gusta es comunicar en todas sus formas y que eso es justo lo que le ha llevado a verse tan pluriempleada: “Son aristas del mismo cubo”, puntualiza. El próximo 24 de febrero estará en el Teatro Municipal Concha Espina de Torrelavega presentando su monólogo 'Tiempo al tiempo' dentro del Festival de Invierno que organiza cada año este emblemático espacio cultural cántabro.
Empezó a estudiar Medicina y después decidió cambiar su futuro e irse a estudiar Interpretación a Madrid pero, ¿cómo se convierte una cómica?
Los cómicos nos hacemos, es decir: tienes que trabajar mucho. Hay que escribir mucho, probar mucho, borrar mucho, fallar mucho… para poder acertar e ir cogiendo tablas, como en casi todas las profesiones, vamos. Lo que pasa es que, en mi caso, nací con vis cómica y eso facilita la emoción que rodea al abordaje de mi profesión.
Ahora van apareciendo más mujeres en la comedia, pero cuando empezó supongo que se viese muy rodeada de hombres. ¿Se ha notado el cambio?
Esta pregunta es que da para tres tiradas íntegras de elDiario.es [ríe]. El resumen es que queda mucho por recorrer, pero no es algo exclusivo de mi profesión, claro, pasa en el 99%, creo. Pero por supuesto que se va notando el cambio, para muy bien. Yo llevo 15 años y antes éramos muy pocas, y hay mil anécdotas muy desagradables de aquellos primeros seis u ocho años, sobre todo. Ahora cada vez somos más chicas, pero bueno… Todavía en el inconsciente colectivo hay cositas que se deben ir puliendo.
¿A sus shows van más mujeres que hombres? ¿Es de las que cree que existe el humor masculino y el femenino?
Yo creo que van al 50%, la verdad. Y no: para mí el humor es actitud y la actitud no entiende de género. Es querer entrar al buen humor o no querer, otra cosa ya son los gustos que, como en cualquier arte, tiene que haber humor de todos los colores y tipos para todos los gustos.
Soy actriz y monologuista, que no es lo mismo porque como actriz interpretas otros personajes y como humorista eres tú
Es directora de tres cortometrajes y la interpretación es una parte importante de su vida. ¿Alguna vez se ha planteado si el hecho de que ahora mismo lo que predomine en su carrera sea la comedia le puede encasillar?
Es normal que pase, conmigo y con miles de casos. La gente te descubre en un campo y su cabeza te coloca ahí con contrato indefinido [ríe]. Yo soy actriz y monologuista, que no es lo mismo porque como actriz interpretas otros personajes y como humorista haces tus propios monólogos y eres tú, es decir, sale al escenario tu voz cómica. Pero cuando me empezó a conocer el público fue en la faceta de entretenimiento al aparecer en tele así que, poco a poco, tengo y quiero ir diciéndole al mundo que también soy actriz porque amo las dos facetas y me gustaría poder compaginar las dos.
En la comedia española apenas se ve a mujeres cómicas de más de 50 años, a diferencia de lo que ocurre con los hombres. ¿Da miedo envejecer en esta profesión?
¿Miedo? ¡No! Lo que pasa es que no nos ha dado tiempo a hacernos mayores a las que integramos el grupo de cómicas porque, claro, si antes no había apenas… pues todavía nos quedan diez o 15 años para, ojalá, llegar a esa edad en activo y felices todas.
Además de la dirección, la interpretación o la comedia, ha escrito cuatro libros. ¿Lo de tocar tantos palos ha sido algo meditado para asegurarse un futuro, o ha sido más casual?
[Ríe] Son aristas del mismo cubo: comunicar con tu manera de ser y de hablar, ya sea de voz o por escrito. Y, además, es que cuando la mente de un ser humano es creativa hay que darle rienda suelta o se atasca… Escribo mis monólogos pero es que desde niña escribo teatro, relatos… Historias, vaya. Y he plasmado varias en libros porque, por lo que cuento en ellas, quiero que sea cada uno el que tenga esa historia en sus manos con su propia voz. Tal y como ocurre con 'El CaNino De Santiago' que es mi proyecto y mi libro más personal.
Es vegetariana, se preocupa por el medio ambiente, es feminista… Lo que quiere decir que para ciertos sectores es un poco el 'anticristo'. ¿Pesa a la hora de trabajar que la puedan juzgar?
La gente que juzga suele ser porque, sobre todo, prejuzga. Y que se deje de hacer solo depende de uno mismo. Soy vegetariana desde mil años porque no me gusta la carne, pero también porque emocionalmente no puedo comerla. Me preocupa el planeta porque es nuestra casa y nos la estamos cargando (esto es un hecho, no es algo emocional). Y soy feminista porque para mí el feminismo es igualdad: en derechos, deberes y obligaciones. La vida no es un “quítate tú para ponerme yo” ni por ser mujer ni por ser hombre.
Los humoristas hacemos el humor que saca nuestra manera de ser, de ver y de vivir la vida, así que los temas que ni me motivan ni me mueven el alma no los subo al escenario
¿Hay algún tema que prefiera no sacar a la hora de hacer chistes? ¿Alguna línea roja?
Mi humor es blanco porque es el que me nace, porque soy así. Los humoristas hacemos el humor que saca nuestra manera de ser, de ver y de vivir la vida, así que los temas que ni me motivan ni me mueven el alma no los subo al escenario. Esas son mis líneas rojas, las que no están para mí, que decían las abuelas.
¿Y tiene la sensación de que las mujeres nos preocupamos más por esas líneas rojas que ellos?
Pues, honestamente, creo que las líneas rojas no entienden de género sino del ente individual.
¿Es mejor resignarse y no hablar por miedo? ¿O es preferible expresarse a pesar de la cancelación?
Creo que, como todo y en cualquier ámbito de la vida tanto personal como profesional de cualquier trabajo, lo que hay que saber es dónde hablas, de qué, con quién y con qué base.
¿Cree que la cultura está politizada?
Creo que la cultura está 'lobbytizada' más que politizada…
Usted que es intérprete, ¿cree que lo que se ve por redes sociales es pura interpretación?
[Ríe] Sí. Hay gente que vive dos vidas: la virtual y la real, y yo es que soy más de la real y sin filtros.
¿Sigue haciendo castings? ¿O hay un momento en el que ya la llaman directamente para que actúe o presente un programa? ¿Cómo se vive ese cambio?
Pues, efectivamente, es un cambio y es bonito. Yo hice casting para presentar 'CosmoNews' en 2010, para entrar en mi querido 'Zapeando', presentar 'Sígueme El Rollo' en Ten Tv o para ser Theresa en la serie de Disney Channel 'Flipante Noa'. Pero es cierto que los últimos proyectos de estos años vinieron porque ya piensan en ti y no necesitan verte y eso emociona.