La escritora estadounidense Siri Hustvedt ha expresado este miércoles en Santander su “rechazo” a “la idea de la pureza moral en la literatura” porque si se retiran libros que hablan de misoginia, racismo o xenofobia “estaremos perdiendo gran parte de nuestra biblioteca”.
“Así que supongo que rechazo la idea de la pureza moral en la literatura, doy apoyo a libros terribles como el 'Mein Kampf' de Hitler, todo ese material es importante a la hora de hacer cambios significativos en la historia del mundo”, ha expuesto.
Así lo ha afirmado Hustvedt este miércoles en Santander, en una rueda de prensa previa a su investidura este jueves como doctora honoris causa por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en un acto en el que tendrá como madrina a la catedrática de Literatura Norteamericana de la Universidad Complutense de Madrid, Isabel Durán.
Esa defensa de libros que transmiten mensajes de odio le ha conducido a hablar de libertad de expresión. Porque para escritora, de padres noruegos y galardonada en 2019 con el Premio Princesa de Asturias de las Letras por toda una obra sustentada en el feminismo, arte y ciencia, la igualdad es “prerrequisito” de una libertad de expresión verdadera. En su opinión, este hecho creará una situación en la que la libertad para expresarse “sea posible”.
Hustvedt ha reconocido que está en contra de la censura “en la mayor parte de los casos”, pero “si la gente esta gritando y mintiendo sobre asesinatos y decapitaciones y esto viene de muchas fuentes, creo que entonces es una forma de expresarse peligrosa”.
La esposa de Paul Auster ha señalado que Estados Unidos tiene una política de libertad de expresión “bastante extrema”, si bien, por otro lado, “no tenemos libertad completa: de hecho nadie en el mundo la tiene, ningún país”.
En este sentido, la pregunta “más profunda” que hay que hacerse en su opinión es “qué queremos decir con libertad de expresión, quien es libre y quien no es libre”.
Según ha relatado, en su país la derecha “usa la libertad de expresión como una especie de arma y al mismo tiempo coge libros de las bibliotecas y los retira. Así que podríamos decir que es un arma de doble filo”.
Pero ha advertido que hay otras formas de limitar la libertad de expresión, por ejemplo una larga opresión. “En Estados Unidos una persona negra no ha tenido la misma libertad de expresión que una blanca; las mujeres no tienen la misma libertad de expresión porque muchas veces no se les ha escuchado, se les ha dejado de lado, así que tienen esa limitación en cuanto a la libertad de expresión”, por lo que ha reclamado la igualdad como requisito previo.
Respecto a si sus últimos ensayos, como 'Madres, padres y demás', son una forma de responder a la “condescendencia” que ha sentido por ser mujer, Hustvedt ha contado la anécdota que vivió en un festival literario de Australia cuando una periodista se sentó entre su marido y ella y le dijo a él “supongo que podríamos decir que tu trabajo es intelectual” y a ella “supongo que podríamos decir que tu trabajo es doméstico”. Una “caracterización muy extraña de dos personas pero me ha pasado de forma frecuente al viajar como escritora”, ha señalado.
La escritora ha explicado que lo que entonces sintió como “una especie de ataque sobre mi dignidad” realmente “no tiene nada que ver conmigo” sino con la jerarquía; con el pensamiento de que una mujer con autoridad puede convertirse en una amenaza. “No es algo personal”.
Por otra parte, en relación a lo que la también 'honoris causa' por las universidades de Oslo, la Stendhal-Grenoble y la de Gutenberg-Mainz, define como crisis del canon literario, ha apuntado que los cánones han estado cambiando desde que llegó la literatura en masa. “Lo que vemos como el canon de Occidente, sobre todo desde los griegos, ha ido cambiando, así que la idea de una lista realmente es algo que nunca se va a dar”.
Lo que interesa a Hustvedt es que escritores muy importantes en su día, como las novelistas del siglo XVIII, “fueron eliminadas completamente de las listas de lectura y los cánones; fueron importantes en su momento pero luego fueron borradas”. Un hecho que se extiende a la historia del arte.
Y frente a quienes tienen “demasiadas ganas a la hora de cambiar el canon”, la norteamericana ha advertido que ninguna lista de lectura para alumnos va a ser 100% pura se retiran todos los libros que hablan de misoginia, racismo, xenofobia, prejuicios contra discapacitados... “Realmente perderíamos gran parte de nuestra biblioteca”.
Al hilo ha expresado su “apoyo” a libros que se pueden considerar “terribles”, como el 'Mein Kampf' de Hitler. A su juicio, “deberíamos tener disponible todo ese material histórico que es importante a la hora de hacer cambios significativos en la historia del mundo. Pero al mismo tiempo debemos ser muy conscientes de que no hay una única lista”.
Porque Hustvedt considera que el canon “siempre esta fluyendo, que distintos momentos demandan textos distintos, no hay una visión objetiva de lo que es un gran libro. Al final es una relación entre el texto y la persona que lo lee en cada momento”.
Respecto a su próximos trabajos, la escritora está trabajando sobre la empatía a través de clases interdisciplinares que abordan esta cuestión desde la neurociencia, pero también la filosofía. De todo ello hablará Siri Hustvedt esta tarde en el ciclo 'En contexto', a las 19.00 horas en el Paraninfo de la Magdalena, donde mantendrá un diálogo con Isabel Durán.