La organización conservacionista WWF ha puesto en duda el “supuesto incremento del 92%” que recoge el censo de lobos ofrecido por el Gobierno de Cantabria, al que ha reclamado un mayor impulso a las medidas preventivas contra los ataques en lugar de ofrecer “cantos de sirena” a los ganaderos. En este sentido, ha criticado que insista en la caza del lobo cuando “es inviable a nivel legal” porque “la obligación del Gobierno regional es mantener la especie en un estado de conservación favorable, algo incompatible con reducir la población de manera sistemática”.
“En lugar de seguir reclamando permisos para matar lobos, Cantabria debe trabajar de forma decidida en la reducción de daños a través de las correspondientes medidas”, ha advertido la organización, que ha presentado comentarios en la consulta pública previa para la redacción del nuevo Plan del lobo en Cantabria.
Además, WWF ha cuestionado ese incremento del 92% en el número de manadas en la última década (desde el último conteo de 2012-2013), respecto a lo que señala que “es un animal de comportamiento territorial, que evita las lindes de su propio territorio para no tener encuentros con otras manadas”.
“La densidad máxima conocida de manadas de lobos hasta la fecha se encuentra en algunos territorios de Castilla y León, con alrededor de cuatro manadas por cada 1.000 kilómetros cuadrados. Por ello, un territorio de unos 4.082 km2, que es el área de la región Cantábrica en la que se ha registrado el lobo según los datos que el propio Gobierno regional ha difundido en prensa, difícilmente podría albergar 23 manadas”, ha argumentado.
“Es un aumento sorprendente, y mucho más teniendo en cuenta que hasta hace tres años se cazaba de forma intensa al lobo en la región, con alrededor de una veintena de ejemplares abatidos al año”, ha asegurado el coordinador de conservación de WWF, Luis Suárez.
Por ello, WWF ha pedido al Gobierno de Cantabria que comparta los datos del censo de lobo y que explique “con total transparencia” la metodología que se ha utilizado para cuantificar las manadas. En cuanto al contenido del futuro Plan de Gestión, ha trasladado al Ejecutivo la necesidad de que refleje “un verdadero cambio de filosofía y de modelo de gestión, que apueste por la coexistencia del lobo con las actividades del medio rural”.
También reclama que primen las medidas preventivas, que se financie tanto la compra como el mantenimiento de estas medidas, que se ponga en marcha un sistema de asesoramiento a los ganaderos sobre ellas y que se incorporen métodos no letales de disuasión y deshabituación para evitar daños al ganado. Además, pide que se refuercen los mecanismos para la detección, investigación y persecución de todas las causas de mortalidad ilegal.