Restos de tejado de uralita, quema sistemática de cableado, tierra calcinada y muchos residuos de todo tipo acumulándose. Este es el paisaje que ofrece parte de la costa norte de Santander y que ha sido denunciada sin consecuencias por organizaciones de voluntarios como Centinelas Coast Watching, que monitorizan continuamente el litoral, en un territorio que recientemente ha sido declarado como Geoparque Mundial de la Unesco de Costa Quebrada.
El entorno de La Maruca, aunque el deterioro se extiende por una franja que llega hasta la Virgen del Mar, mantiene sin que sea retirado un vertedero incontrolado, pese a las denuncias periódicas que se hacen ante las instituciones públicas. Tampoco las llamadas reiteradas a Bomberos, Policía Local y Guardia Civil, ante situaciones como incendios de reducidas dimensiones o hechos puntuales, llevan aparejadas un control del lugar sistemático ni actuaciones en profundidad como la eliminación de puntos negros.
Centinelas es un programa de voluntariado ambiental costero. Cada voluntario o centinela se convierte en vigilante de un tramo de la costa durante la campaña de inspección, en la que completa una encuesta sobre el estado ambiental del tramo. Con estos datos se elabora un informe medioambiental de la costa que se envía a Coastwatch España y Europa.
Según ha declarado un voluntario de la zona de Monte, “se hace una vigilancia, incluida análisis de aguas, así como denuncias de puntos negros, con el objetivo de que la zona costera de Cantabria esté vigilada y cuidada”, máxime cuando acaba de declararse Geoparque Mundial de Costa Quebrada el litoral de ocho municipios. “Hacemos campañas de observación de cualquier agresión que pudiera sufrir la zona costera y aledaños”, ha insistido explicado. Un punto especialmente negro es el de la zona de Monte, en el municipio de Santander, según puede comprobarse en las imágenes tomadas hace tan solo unos días.
Se trata de un vertedero que se lleva años denunciando al Ayuntamiento de Santander, pero que tampoco parece preocupar a los responsables de Salud y de Medio Ambiente, según han declarado a elDiario.es desde Centinelas, ya no solo por la imagen que puede ofrecer el Geoparque, cuya declaración como tal por la Unesco es revisable periódicamente, sino porque acumula residuos que son tóxicos como puede ser el amianto que contiene la uralita acumulada y que requeriría de un tratamiento especial para su vertido en un centro autorizado.
“Llevo 11 años haciendo esto y la denuncia de esta escombrera al Ayuntamiento queda registrada, pero no vemos que hagan nada. Sigue la basura y es grave que haya basura tóxica como chapas de uralita. No es cuestión de que sea geoparque, porque aunque no lo fuera debiera de ser retirada”, ha comentado este voluntario. “Esperamos que la figura del geoparque obligue a los políticos a hacer algo, a tomar medidas”, ha insistido.