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Cariño, no es lo que parece

12 de febrero de 2025 21:58 h

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Este Gobierno es especialista en convertir las buenas noticias en malas noticias. Tenía la oportunidad de presumir, en el mismo día, de subir el salario mínimo y aprobar un escudo social con aumento de las pensiones, torciendo el brazo a la derecha, pero la mitad socialista de la coalición se ha empeñado en aplicar el IRPF a los que, después de la subida, superen el mínimo exento de pagar impuesto sobre la renta, por lo que la subida del SMI no será tanta para algunos. Para colmo, el PSOE no le comunicó a Sumar la aplicación que había prometido discutir más adelante y Yolanda Díaz no encontró mejor momento para expresar su descontento que la rueda de prensa del Gobierno, con lo que se armó el pitote entre los socios, la buena noticia resultó no ser tan buena y la derecha aprovechó para hacer leña del árbol medio caído.   

La noticia es esta: la nueva subida del salario mínimo hace que algunas personas ganen por encima del tramo exento de tributar, por lo que tendrán que pagar impuestos que se comerán parte de la subida. No es que el gobierno haya decidido ahora de pronto gravar el SMI, como dicen la oposición y la prensa de derechas, es que Hacienda, en manos del PSOE, no ha querido subir el límite para evitar el mordisco, como sí hizo en otra ocasión, por cierto. Ese bocado afectará al 20% de los beneficiados, alrededor de medio millón de personas, sobre todo solteros sin exenciones por hijos u otros motivos: es decir, jóvenes precarios principalmente. Los socialistas aducen que este Gobierno (en realidad, ha sido el socio minoritario, primero UP y ahora Sumar) ha subido el salario mínimo un 61% desde 2018 y que en Alemania y Francia tributa, pero obvian que en Alemania y Francia el SMI tiene mucho mayor poder adquisitivo. 

“Hay que hacer pedagogía”, repiten. “Hacer pedagogía” es el “cariño, no es lo que parece” de la política, un eufemismo para intentar hacer pasar una cosa por lo que no es. Pero es lo que parece, cariño: un recorte de la ministra de Hacienda a la subida de la ministra de Trabajo. Un mal recorte en el que el PSOE ha tropezado y ha perdido el balón. Al final tendrá que renunciar a hacerlo porque se ha quedado solo en el Congreso sin su socio de gobierno ni los socios de investidura. Hasta PP y Vox le han dado la razón a Sumar. El Gobierno tenía una ocasión de marcar a puerta vacía y el PSOE le ha dado la pelota a la oposición para que le meta un gol. El PP ha tirado tan fuerte que se le ha ido por encima del larguero. Escuchar a Feijóo ir de progre y decir que esta medida no es “justicia social”, cuando su partido está en contra de cualquier subida, es de aurora boreal. 

Los pedagogos socialistas se han pasado el día explicándonos que pagar impuestos es de izquierdas porque lo que se recauda se invierte en política social. De izquierdas es pagar impuestos, pero más de izquierdas es que paguen más lo que más tienen y que no paguen los que apenas tienen. De izquierdas es que las rentas del capital devuelvan a las rentas del trabajo parte de la plusvalía. De izquierdas es que el escudo social no lo paguen quienes lo necesitan sino los que nunca lo van a necesitar. Eso es política social al cuadrado, mientras que lo otro es política social a la mitad. Curiosamente, lo que perdería Hacienda si no aplicara esta el IRPF al SMI serían unos 1.500 millones de euros que es lo mismo que acaban de ahorrarse las eléctricas al quitarles el impuesto. ¿Casualidad? No lo creo. De izquierdas no es que medio millón de mileuristas a los que les subes el salario mínimo paguen lo que le has perdonado a las empresas multimillonarias.

Cariño, es lo que parece. En España, los que más tienen pagan menos porque el impuesto sobre la renta deja de ser progresivo para los más ricos: el IRPF es más bajo para las rentas del capital que para las rentas del trabajo. En España, la que más tributa es la clase trabajadora. En España, el 20% de las familias más ricas reciben el 30% de las ayudas públicas y el 20% más pobre apenas recibe el 12%, según la OCDE. Si el Gobierno quiere convertir las malas noticias en buenas noticias para la mayoría social lo que tiene que hacer es una reforma fiscal realmente progresista y progresiva. No cargar a los más débiles con el peso que le quitas a los más fuertes. Ya verías cómo esa pedagogía sí que la entendemos. 

Este Gobierno es especialista en convertir las buenas noticias en malas noticias. Tenía la oportunidad de presumir, en el mismo día, de subir el salario mínimo y aprobar un escudo social con aumento de las pensiones, torciendo el brazo a la derecha, pero la mitad socialista de la coalición se ha empeñado en aplicar el IRPF a los que, después de la subida, superen el mínimo exento de pagar impuesto sobre la renta, por lo que la subida del SMI no será tanta para algunos. Para colmo, el PSOE no le comunicó a Sumar la aplicación que había prometido discutir más adelante y Yolanda Díaz no encontró mejor momento para expresar su descontento que la rueda de prensa del Gobierno, con lo que se armó el pitote entre los socios, la buena noticia resultó no ser tan buena y la derecha aprovechó para hacer leña del árbol medio caído.   

La noticia es esta: la nueva subida del salario mínimo hace que algunas personas ganen por encima del tramo exento de tributar, por lo que tendrán que pagar impuestos que se comerán parte de la subida. No es que el gobierno haya decidido ahora de pronto gravar el SMI, como dicen la oposición y la prensa de derechas, es que Hacienda, en manos del PSOE, no ha querido subir el límite para evitar el mordisco, como sí hizo en otra ocasión, por cierto. Ese bocado afectará al 20% de los beneficiados, alrededor de medio millón de personas, sobre todo solteros sin exenciones por hijos u otros motivos: es decir, jóvenes precarios principalmente. Los socialistas aducen que este Gobierno (en realidad, ha sido el socio minoritario, primero UP y ahora Sumar) ha subido el salario mínimo un 61% desde 2018 y que en Alemania y Francia tributa, pero obvian que en Alemania y Francia el SMI tiene mucho mayor poder adquisitivo.