La cloaca que gobierna España

Las cloacas de este país no son sólo las cloacas del Estado. Son las cloacas del Poder. En ellas chapotea todo el que manda algo. Una mafia de empresarios conspira junto a políticos con la ayuda de periodistas comprados y comisarios corruptos para decidir quién gobierna en España y sobre todo quién no puede gobernar de ningún modo: Podemos. Nada que no se huela cada día pero sólo a veces rebosa la alcantarilla y deja al descubierto la burda pero efectiva manipulación. No es una democracia, es simulacro, apariencia de democracia.

Las últimas revelaciones del caso Villarejo en la Audiencia confirman que el PP de Rajoy, a través de Fernández Díaz, organizó con nuestro dinero una policía política que inventaba informes contra el independentismo y contra el partido de Pablo Iglesias para evitar su asalto a los cielos cuando las encuestas les daban cerca de conseguirlo. Periodistas como Alfonso Rojo o Eduardo Inda esparcían la basura con el ventilador de sus panfletos y de las tertulias de La Sexta, colocados a dedo allí por el Grupo Planeta que primero apoyó a Podemos para hundir al PSOE y después no ha dejado de hacerles la guerra sucia para evitar un gobierno con los socialistas.

La policía de Villarejo y compañía llegó a robarle el móvil a una colaboradora de Pablo Iglesias para darle a Ok Diario conversaciones privadas que le perjudicaban. Son los mismos que enviaron a la casa de Bárcenas a un sicario medio enajenado, vestido de cura, que secuestró a la familia del ex tesorero mientras buscaba documentos que incriminasen al PP. El gobierno de Rajoy enviándole un pistolero a su amigo Luis para robarle. Así se las gastan.

No es nuevo, ya se había publicado, pero sorprende que no pase nada cuando se judicializa. Ahí sigue Inda en la cadena que dirige García Ferreras, hablando del tema como si tal cosa, en calidad de analista, no en calidad de implicado en la publicación de mentiras y manipulación de la opinión pública. Ahí está también el Partido Popular sin asumir responsabilidad alguna, como si fuera lo más normal del mundo que un gobierno destruya pruebas y las fabrique. Lo es en su mundo y hay millones de votantes que se lo autorizan.

Pero inquieta más el silencio estruendoso de PSOE y Ciudadanos que no han salido en tromba a criticar este secuestro de la democracia. Los primeros tienen también larga experiencia en fontanería de bajos fondos, sin ir más lejos la ministra de Justicia era de las que se reunía con Villarejo. Los segundos son el partido mimado por las mismas élites del IBEX 35 que están detrás de estas maniobras y de la mayoría de los grandes medios. Por eso unos y otros callan.

En Estados Unidos el Watergate hizo caer al presidente, aquí las Aguas Podridas no dan ni para un comentario de político, una portada de periódico o una apertura de telediario. Todos los que callan parece que algo ocultan. En este país es muy difícil que nada cambie. Cuando parecía posible, se movilizó en contra todo el aparato, desde el entonces muy derechizado Grupo PRISA hasta Mediaset y Atresmedia, que controlan más de la mitad de la audiencia de tele y blanquean cada día a la ultraderecha. En esa dirección vamos.

No me parece casual que Cuatro, cadena de Berlusconi, fulminara la única tertulia progresista que tenía justo cuando el PP perdió el poder. Acabaremos teniendo un gobierno ultra de las tres derechas porque así lo han decidido en la cloaca que gobierna España.

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