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Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.

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¿Hay que quedarse en X?

Elon Musk, junto a Donald Trump, en.la reciente campaña electoral.

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Desde la victoria de Trump, favorecido por Elon Musk, se ha extendido la deserción del antiguo Twitter y la pregunta: ¿hay que quedarse en X? El creador de Tesla no solo ha invertido millones de dólares en la campaña de Trump, además manipuló los algoritmos para que sus mensajes de apoyo al trumpismo y las ideas ultraconservadoras tuvieran más alcance en su red, mientras limitaba la visibilidad de los demócratas y favorecía los bulos contra Harris, según investigaciones del Washington Post, Wall Street Journal y la Universidad Tecnológica de Queensland. Su propia herramienta de Inteligencia Artificial, Grok, le ha señalado como “uno de los mayores difusores de desinformación de X”. Sería gracioso si no fuera tan dramático. Sería gracioso si no estuviera destruyendo la democracia. 

Musk es un Goebbels de mercadillo pero con herramientas del mercado. Tiene un arma de manipulación masiva a la que ha deteriorado hasta convertirla en una cloaca irrespirable donde los discursos de odio y las noticias falsas alientan la polarización. Ha hecho inservibles la verificación de información y el bloqueo de mensajes que disminuían la intoxicación. Dice haberlo hecho por la verdad y la libertad, esas dos palabras que cuanto más usan más ensucian, pero la verdadera razón no ha tardado en conocerse: para sorpresa de nadie, Trump le ha nombrado responsable de eficiencia de la Administración con la que tiene contratos millonarios. Trump y Musk riéndose de la gente, eso sí que no tiene precio. 

No tiene precio leer a los defensores de la libertad defendiendo que la libertad está en X mientras Elon Musk les manipula para sus propios intereses. El Guardian y La Vanguardia se han marchado porque se ha convertido en una red de desinformación. Millones de usuarios han migrado a Bluesky en las últimas semanas porque se parece a como era Twitter cuando Twitter molaba. elDiario.es y quien esto escribe hemos abierto cuenta aunque mantenemos la antigua. La respuesta a la pregunta es que hay que quedarse a dar la batalla. Hay que pelear esta guerra cultural en todos los foros. Aunque la estemos perdiendo. Porque la estamos perdiendo. 

Estamos perdiendo espacio. Hemos visto a voces de izquierdas abandonar las redes cansadas de linchamientos y amenazas de los trolls de la fachosfera. Negacionistas del cambio climático atacando a científicos y ecologistas. Negacionistas de la violencia machista persiguiendo a feministas. Pero los que dicen que no pueden hablar porque los cancelan son ellos. Estamos perdiendo espacios. Hoy anunciaban Facu Díaz y Miguel Maldonado que cancelaban sus funciones en el Teatro Pavón, donde llevan años actuando, porque habían dado cabida a Terra Ignota, una plataforma de jóvenes aunque sobradamente franquistas. En el mismo barrio de Lavapiés de Madrid, un lugar de encuentro habitual de las izquierdas, el Achuri, anunciaba en redes que están sufriendo cada vez más agresiones fascistas. En un barrio hasta ahora libre de nazis. 

El PP ha dado cabida en el Senado a un cónclave internacional de fanáticos antiabortistas y defensores de las terapias de conversión de homosexuales prohibidas en España. Una cámara de nuestro Parlamento ha servido para atacar derechos conquistados y difundir discursos de odio. ¿Pero si hasta las feministas del PSOE en su congreso han eliminado la Q+ del acrónimo LGTBIQ+? No solo estamos cediendo espacios, los estamos regalando. Ocurrió en la Alemania de la República de Weimar, la derecha es la que dio entrada al  nazismo en el poder gracias a una izquierda rota y dividida en la que los socialistas entregaron las armas. Hay que quedarse a dar la batalla. 

Donde sea, cuando sea, como sea. La izquierda ha dado la guerra por perdida allí donde es más viral y virulenta, en las redes que dominó cuando las redes empezaban. Cuando Twitter molaba. Ahora Alvise obtiene 800 mil votos con un canal de Telegram y el candidato ultra está a punto de dar la sorpresa en Rumanía haciendo campaña en TikTok. Se investiga si ha habido manipulación de China para favorecerle. Las redes están trucadas. Las cartas, marcadas. Pero no podemos levantarnos de la partida. Tenemos que seguir jugándola ahí mientras ampliamos el campo de batalla. Es tan importante dar soluciones como saber comunicarlas. Por todos los medios y de todas las maneras. La democracia también se gana con memecracia. 

Necesitamos la ayuda de los gobiernos. Necesitamos que se persiga la desinformación y se controle a las plataformas. Necesitamos que las izquierdas no retrocedan cuando las ultraderechas intentan impedirlo. Corre más riesgo la democracia por la desinformación que por los mecanismos para evitarla. Brasil ha bloqueado X precisamente porque es una amenaza. No podemos estar en manos de sociópatas que van a destruirla mientras dicen que vienen a salvarla. “Tú eres los medios”, escribió el hombre más rico del mundo en su red. Los medios mienten, repite Trump, recordman global de la mentira. La verdad eres tú, no te dejes engañar por los periodistas, por los políticos. No confíes en ellos, confía en nosotros. La verdad te la cuentan Iker Jiménez y Joe Rogan, que creen en fantasmas y dragones. ¿Y queríais marcharos? Sacad el acero valyrio. Hay que ganar esta batalla. Hay que quedarse en X hasta mandar a X a la mierda. 

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Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.

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