Carta con respuesta es un blog del escritor Rafael Reig. Dejad vuestros comentarios en este blog sobre vuestras preocupaciones políticas, sociales, económicas, teológicas o de cualquier índole, y él os responderá cada martes.
A Juan Carlos Monedero
Amigo Juan Carlos Monedero, quizá no te acuerdes de mí, pero una vez dimos juntos una charla sobre la Transición, a propósito de un ensayo tuyo ('La Transición contada a nuestros padres') y de una novela mía ('Todo está perdonado'), en la sede de IU de Chamberí, y lo pasamos muy bien, con amigos como Hugo Martínez Abarca y Rafael Escudero. Por eso me ha hecho tan poca gracia tener que ver la grabación en la que dices que notas a Rivera sobreexcitado, y te tocas elocuentemente la nariz, y por si alguien (aunque sobrado obtuso tendría que ser) no lo hubiera pillado, incluso hablas de no ponerse “de tiro largo”, también con un gesto elocuente. En fin, que no queda ninguna duda de que aludes al consumo de cocaína. Se te advirtió que cortaras, con un gesto de tijeras hecho con dos dedos, pero preferiste remachar el clavo y quedarte a gusto.
Vaya por delante que la reacción de Rivera es más que nada torpe y poco proporcionada, casi histérica. Todos estamos expuestos a que se chismorree sobre nosotros y no tiene la más mínima importancia, porque esto, creo yo, no llega ni a injuria ni a calumnia, se queda en simple chiste, por cierto que sin ninguna gracia (pero eso es irrelevante). Denuncias, tribunales, vestiduras rasgadas y todo lo demás están fuera de lugar, aunque dicen mucho de la clase de persona que es Rivera. En mi opinión, habría bastado con que no te hiciera caso o se lo tomara a broma.
De igual modo, en mi opinión, a ti te habría bastado con disculparte, como sugiere Pablo Iglesias: “No creo que Albert Rivera tenga ningún problema con la cocaína ni con ninguna droga, Monedero hace esa broma en la presentación de una revista satírica que no deja títere con cabeza, yo no hubiera hecho esa broma y creo que cuando alguien ha ofendido está bien que se disculpe”.
Pero no, tú te empeñas en negar la evidencia con lo que de toda la vida se ha llamado un comportamiento jesuítico. La Academia lo define como “hipócrita, disimulado”, al menos de momento, porque ya anunciaron que lo corregirán, al parecer para no ofender a los jesuitas. El uso con el que yo lo he visto siempre es el de la doblez de quien miente diciendo la verdad, que es exactamente lo que tú has hecho: negar que aquello saliera de tu boca. Eso es verdad, pero callas que tus gestos lo dejaron clarísimo. Mi pregunta es: ¿tanta rabia te da tener que disculparte?
Pensaba que habías estudiado en los Sagrados Corazones, pero tu conducta ha sido la propia de un jesuita, es decir, según la Academia, “hipócrita, taimado”.
Quizá digas lo que digo de Rivera: que mi reacción no es proporcionada y es torpe, que no tiene mayor importancia que niegues algo evidente con hipocresía de jesuita. Puede ser, pero pienso que la testarudez de no disculparse y el cinismo de mentir diciendo la verdad son cosas que deben censurarse. El jesuitismo, primo hermano del fariseísmo, es en mi opinión la marca indeleble de la debilidad de carácter y de la ética acomodaticia y complaciente con uno mismo.
Amigo Juan Carlos Monedero, quizá no te acuerdes de mí, pero una vez dimos juntos una charla sobre la Transición, a propósito de un ensayo tuyo ('La Transición contada a nuestros padres') y de una novela mía ('Todo está perdonado'), en la sede de IU de Chamberí, y lo pasamos muy bien, con amigos como Hugo Martínez Abarca y Rafael Escudero. Por eso me ha hecho tan poca gracia tener que ver la grabación en la que dices que notas a Rivera sobreexcitado, y te tocas elocuentemente la nariz, y por si alguien (aunque sobrado obtuso tendría que ser) no lo hubiera pillado, incluso hablas de no ponerse “de tiro largo”, también con un gesto elocuente. En fin, que no queda ninguna duda de que aludes al consumo de cocaína. Se te advirtió que cortaras, con un gesto de tijeras hecho con dos dedos, pero preferiste remachar el clavo y quedarte a gusto.