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A Pedro Sánchez, el solidario

Estamos tan conmovidos por la foto de un niño ahogado y por las imágenes de los refugiados a los que se impide el paso, que hemos decidido dar la bienvenida a los refugiados, quizá hasta aplaudirles, como han hecho en Alemania. Y me parece muy bien, pero quiero aprovechar para recordar la existencia en nuestro país de Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE), que se han vuelto de nuevo visibles gracias a un motín en el de Valencia, sofocado por la policía con material antidisturbios.

¿Qué son? Pues en esencia campos de concentración en los que se hacinan inmigrantes en situación irregular, es decir, personas que no han cometido delito alguno, pero que son encarceladas en los CIE mientras se tramita su expulsión, lo que constituye una clara violación de los derechos humanos.

Encontrarse en un país extranjero sin los papeles en regla es una infracción administrativa, semejante a una multa de tráfico, pero no es un delito ni en modo alguno justifica el encarcelamiento en unos centros que ni siquiera están sometidos a reglamento penitenciario, sino que están a cargo de la policía. Se puede expulsar a un inmigrante en situación irregular, pero ¿qué da derecho a internarle en un campo de concentración?

La ley establecía que el periodo máximo durante el que se podía internar a extranjeros fuera de 60 días. Naturalmente a la derecha no le parecía suficiente y la Eurocámara, en 2008, votó la prolongación a 18 meses, ¡un año y medio!

¿Quién voto que sí a esta infamia? El Partido Popular, por supuesto.

¿Alguien más? El PSOE, por supuesto, Otros partidos socialistas, como el francés, votaron en contra, pero el PSOE español votó a favor. Y conviene recordárselo.

Mi pregunta para Pedro Sánchez es: ¿cómo no le da vergüenza? ¿Por qué ahora se llena la boca ofreciendo ayuda a los refugiados? Ustedes, que consideran que se debe encarcelar a extranjeros que no han cometido ningún delito, en cárceles opacas y sin reglamento, durante año y medio, ¿qué autoridad tienen para sacar pecho ahora a costa de los refugiados o los inmigrantes? ¿Quiere acoger con aplausos a los refugiados y meter en campos de concentración a los sin papeles?

Le recomiendo, señor Sánchez, que lea este informe de la campaña por el cierre de los centros de internamiento, titulado “¿Cuál es el delito?”.

El lema es: No cerremos los ojos, cerremos los CIE.

Aquí podrá comprobar cuál es el alcance de la solidaridad de España y de su partido con los extranjeros que buscan ayuda en nuestro país.

Ahora que todos nos sentimos con tan buen corazón es el momento de exigirnos más a nosotros mismos y exigirselo también a estos políticos que afirman representarnos.

¿O preferiremos de nuevo cerrar los ojos?

Estamos tan conmovidos por la foto de un niño ahogado y por las imágenes de los refugiados a los que se impide el paso, que hemos decidido dar la bienvenida a los refugiados, quizá hasta aplaudirles, como han hecho en Alemania. Y me parece muy bien, pero quiero aprovechar para recordar la existencia en nuestro país de Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE), que se han vuelto de nuevo visibles gracias a un motín en el de Valencia, sofocado por la policía con material antidisturbios.

¿Qué son? Pues en esencia campos de concentración en los que se hacinan inmigrantes en situación irregular, es decir, personas que no han cometido delito alguno, pero que son encarceladas en los CIE mientras se tramita su expulsión, lo que constituye una clara violación de los derechos humanos.