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La persona de moda

Amigo Drake, creo que ni usted ni yo podemos comprender del todo la situación. Tenemos un problema de punto de vista. Era lo que intentaba razonar en otroartículo, sin ningún éxito: que nuestros “derechos” son privilegios. En esta fase del capitalismo (en la forma de imperialismo que ahora llaman globalización), nosotros estamos en el lado de los poderosos e, incluso sin saberlo o aceptar que lo sabemos, defendemos nuestros intereses. Hace poco National Geographic publicó un número sobre población que contenía, además de un excelente artículo malthusiano de Paul Kunzig, el resultado de una curiosa investigación. ¿Cuál es la persona más típica del planeta?

Es un hombre, tiene 28 años y es chino. ¿Usted le conoce? Yo tampoco, pero son nueve millones como él. Gana poco más de 6.000 euros al año y es propietario de un teléfono móvil, pero no tiene una cuenta corriente en ningún banco. ¿Para qué la iba a necesitar? Es muy probable que se llame Lee o Li, que es el nombre más corriente del mundo: ya sabíamos que el número de gente que responde a ese nombre es mayor que la población del Reino Unido y Francia juntas. Este Li es la clase de ser humano más repetida en la actualidad, el hombre de moda (en el sentido estadístico del término), el tipo común y corriente.

¿Es posible lo que usted propone? Por supuesto que sí, sobre todo desde el punto de vista de Li. Quizá no sea posible para nosotros, que ocupamos un lugar al sol y defendemos otros intereses, pero recuerde que Li ni siquiera tiene una cuenta en un banco. Tampoco debe nada a los bancos ni ha pedido un crédito en la vida. Usted y yo hablamos en nombre de una pequeña parte de la humanidad. Y qué casualidad: de la parte de arriba, la que explota a todos los Lis del universo. Las medidas que tomamos nosotros para “salir de la crisis” no son otra cosa que la garantía de que vamos a continuar en el mismo sitio, es decir, viviendo a costa del trabajo explotado de Li y sus amigos.

A Marx no le habría sonado nada raro, esa es la conclusión que sacaba John Lanchester al comentar el caso de Li en la London Review of Books (http://www.lrb.co.uk/v34/n07/john-lanchester/marx-at-193). Porque el proletariado existe, aunque esté lejos de nuestra vista. Y en el mundo en que vivimos, por cierto, la persona más típica y repetida, nuestro amigo Li, ni siquiera celebra la Navidad. Feliz Navidad, amigos.

Amigo Drake, creo que ni usted ni yo podemos comprender del todo la situación. Tenemos un problema de punto de vista. Era lo que intentaba razonar en otroartículo, sin ningún éxito: que nuestros “derechos” son privilegios. En esta fase del capitalismo (en la forma de imperialismo que ahora llaman globalización), nosotros estamos en el lado de los poderosos e, incluso sin saberlo o aceptar que lo sabemos, defendemos nuestros intereses. Hace poco National Geographic publicó un número sobre población que contenía, además de un excelente artículo malthusiano de Paul Kunzig, el resultado de una curiosa investigación. ¿Cuál es la persona más típica del planeta?

Es un hombre, tiene 28 años y es chino. ¿Usted le conoce? Yo tampoco, pero son nueve millones como él. Gana poco más de 6.000 euros al año y es propietario de un teléfono móvil, pero no tiene una cuenta corriente en ningún banco. ¿Para qué la iba a necesitar? Es muy probable que se llame Lee o Li, que es el nombre más corriente del mundo: ya sabíamos que el número de gente que responde a ese nombre es mayor que la población del Reino Unido y Francia juntas. Este Li es la clase de ser humano más repetida en la actualidad, el hombre de moda (en el sentido estadístico del término), el tipo común y corriente.