Profesores en defensa de la enseñanza pública de calidad, bomberos “quemados” por las condiciones laborales impuestas por el alcalde de Guadalajara, Antonio Román, y miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Son algunos de los guadalajareños que se acercaron hasta la inmediaciones del Centro Municipal Integrado de Aguas Vivas para recibir a María Dolores de Cospedal, la presidenta de Castilla-La Mancha.
El teatro auditorio Buero Vallejo ha sido tradicionalmente el escenario designado para celebrar el Día de la Enseñanza y algunos otros actos que la Junta organiza en Guadalajara. Sin embargo, el anuncio por parte de Izquierda Unida, el Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza (STE) y Podemos Azuqueca de una concentración en las proximidades del teatro para recibir a Cospedal con una protesta pacífica hizo cambiar los planes del Gobierno regional. El Centro Municipal Integrado Eduardo Guitián, en Aguas Vivas, con una capacidad ridícula para un acto regional de estas características, acogió la celebración del Día de la Enseñanza. Decenas de dotaciones policiales se desplegaron en este barrio residencial de la capital. Ni el exceso de policías, ni el cambio de ubicación del acto le sirvieron finalmente a Cospedal para sortear el malestar ciudadano que en Guadalajara existe contra sus políticas.
“Hemos decidido venir a este acto con las camisetas verdes con las que llevamos años defendiendo una educación pública de calidad”, anunciaba Nacho Monreal, de STE, antes de entrar al acto. Bastó el color verde de sus camisetas para que los policías procedieran a identificar a este grupo de profesores, invitados al acto formalmente, y les escoltaran hasta el interior del recinto con la advertencia de que ante cualquier gesto de protesta no dudarían en sacarles fuera. “Lo que sí hemos hecho ha sido abandonar el salón de actos durante el discurso de Cospedal”, explicó Monreal tras el acto, “es la única manera que nos han permitido de mostrar nuestro rechazo a las políticas educativas del Gobierno de Castilla-La Mancha, que han supuesto el despido de miles de profesores y la rebaja en la calidad de la enseñanza pública”.
Los profesores no fueron los únicos que se acercaron hasta los alrededores del centro municipal con sus protestas. “Bomberos quemados” es el lema que figuraba en las camisetas de un grupo de trabajadores del servicio de extinción de incendios de la capital que, ya previamente, acudieron al Pleno del Ayuntamiento con su protesta. “Reducir los mínimos de 9 a 7 bomberos en Guadalajara es una barbaridad”, aseguraban a las puertas del acto. En apenas dos días han conseguido recoger un millar de firmas para solicitar al alcalde, Antonio Román, que mantenga los equipos con 9 profesionales, e incluso que los mejore, para así poder garantizar la seguridad de los cerca de 100.000 ciudadanos a los que deben prestar servicio en cada turno.
También un grupo de ciudadanos con camisetas de “Stop Desahucios”, vinculados a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y la Plataforma Anti represiva de Guadalajara acudieron a la visita de Cospedal a la capital, para manifestar su descontento con sus políticas de recortes y su “falta de respuestas efectivas ante los abusos cometidos por los bancos”. Pasadas las tres de la tarde aún podía verse en los alrededores de la Comisaría Provincial de Policía la envergadura del dispositivo de seguridad que es necesario poner en marcha en Guadalajara cada vez que la visita la presidenta de Castilla-La Mancha. El único objetivo; que Cospedal no tenga que enfrentarse al malestar ciudadano que generan sus políticas en la provincia.