Arriaca celebra su aniversario con la cerveza con más graduación de España alcanzada por un proceso natural
La cervecera artesanal Cervezas Arriaca, con motivo de décimo aniversario, ha lanzado lo que ellos denominan “su cerveza más ambiciosa hasta la fecha”: una barleywine edición limitada y de alta graduación para conmemorar el lote número 1.000 en su fábrica de Yunquera de Henares (Guadalajara).
Con 15,7% de alcohol, esta barleywine se posiciona como “la cerveza comercializada en España con la graduación más elevada alcanzada de forma natural y sin recurrir a métodos de congelación”, según ha señalado Jesús León, CEO de Arriaca.
Durante su elaboración, esta cerveza ha pasado por un proceso de maduración en frío durante más de siete meses, incluyendo el uso de virutas de roble francés, lo que confiera a la cerveza un marcado toque a madera.
Según el CEO de Arriaca, “esta Barleywine representa una experiencia sensorial completa. Cada sorbo de esta edición limitada es un tributo a nuestra trayectoria y a todos los que han confiado en nosotros a lo largo de estos diez años”.
Esta barleywine está ya disponible en formato de botella premium de 75 cl (centilitros) de las que solamente se han dispuesto 1.000 unidades, además de barriles de 20 litros.
Esta cerveza es fruto de un proceso de fermentación escalonada a lo largo de más de un mes, acompañada de recebados de mosto y nutrientes específicos de levadura en cada fase para soportar altos niveles de alcohol.
La receta incluye maltas base, maltas especiales, azúcar y lúpulos de nueva generación que aportan un equilibrio moderado entre amargor y dulzura.
Según las notas de cata, esta nueva elaboración de la fábrica alcarreña presenta un profundo color caoba y un cuerpo completo y masticable, con espuma es densa y de color marfil, con una persistencia moderada que acompaña la degustación.
En nariz, ofrece un perfil aromático intenso donde destacan notas dulces de moscatel, acompañadas de matices de frutos rojos, caramelo y vainilla, provenientes de la madera de roble.
En boca, se presenta sedosa con presencia del sabor a moscatel y notas de caramelo, pasas y ligeros toques especiados y de frutas rojas. La madera de roble aporta complejidad y el final es profundo, largo, cálido y persistente.
Como maridaje, Arriaca señala que es ideal para acompañar postres como tarta de frutos secos, quesos curados, chocolates oscuros y tartas de caramelo y crema o platos como foie gras, carnes asadas, estofados intensos y pato confitado.
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