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El campo dice basta. ¿Tiene razones para echarse a la calle?

Pilar Virtudes

10 de febrero de 2024 21:03 h

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Las protestas de los agricultores y ganaderos se han extendido por todas las carreteras del país y seguirán a lo largo de la próxima semana. Tanto con movilizaciones organizadas por ASAJA, COAG y UPA como otras que se convocan y organizan a través de las redes sociales, por la Plataforma 6F Sector Primario que 'reniega' de estas organizaciones agrarias.

Castilla-La Mancha está siendo de las comunidades más afectadas dada su cercanía a Madrid y la intención de los manifestantes de cortar las vías de acceso a la capital de España. .

¿Qué le pasa al campo? ¿Es un contagio del hartazgo expresado por sus colegas franceses, entre otros, cortando las carreteras y colapsado el país? ¿Están aprovechando la cercanía de las elecciones europeas para hacerse oír?

Que existe el hartazgo en el sector no es algo nuevo. Ya en 2020 el campo español había salido a la calle con una listas de reivindicaciones que son, prácticamente, las mismas que expresan hoy, lo que hace pensar que la situación que denunciaban entonces no ha cambiado.

Estas manifestaciones se tuvieron que interrumpir por la pandemia, aunque hubo algunas protestas puntuales en 2021 y 2022. Agricultores y ganaderos han lanzado avisos de distinto tipo en los últimos años sobre una situación que, decían, es insostenible. Ahora, el sector ha dicho basta, aunque la complejidad de la problemática también hace más difícil trasladar sus reivindicaciones a la opinión pública. De otro lado, entre sus mensajes se cuelan también otro de tinte ideológico, ajenos a esas reivindicaciones.

Las razones de las protestas son comunes para todos los agricultores europeos, con algunas diferencias según el país y la región. Una parte importante de estas reclamaciones tienen que ver con la Política Agraria Común (PAC) y con los acuerdos comerciales que suscribe la Unión Europea; otras son específicas de cada país como la subida de costes para España; y finalmente están aquellas que se circunscriben a una zona concreta, así por ejemplo en Castilla-La Mancha tiene mucho peso la falta de agua.

Estas son las razones de los agricultores y ganaderos de Castilla-La Mancha para tomar las carreteras:

1.- Simplificación y flexibilización de la Política Agraria Común.

Piden menos burocracia y de requisitos medioambientales, llegando incluso a pedir la derogación de los ecoesquemas y de la condicionalidad (obligaciones que deben cumplir las personas beneficiarias de las ayudas PAC relacionadas con las condiciones de trabajo).

La entrada en vigor de la nueva Política Agraria Común ha complicado la gestión y ha puesto sobre la mesa unos requerimientos medioambientales que dificulta y encarece la actividad, en algunos casos casi imposibles de cumplir, sobre todo cuando concurre circunstancias como la falta de agua, como ha ocurrido en este último año.

La responsable de ASAJA en Toledo, Blanca Corroto, pedía estos días la modificación del Plan Estratégico de la PAC (el que establece la aplicación de la nueva PAC para España) por parte del Ministerio “porque muchas de las medidas que contempla, como es el caso de los eco-esquemas, se están demostrando inviables para nuestra región”. Al mismo tiempo, ha defendido que “para conseguir una transición ecológica exitosa, la nueva fecha límite debería ser al menos el año 2050”, además de contar con un presupuesto específico fuera de la PAC para cumplir con las políticas medioambientales de la Unión Europea.

2.-Defensa del modelo europeo de producción

Una reivindicación que tiene mucho que ver con los acuerdos económicos que Europa establece con terceros países, lo que el sector está llamando “competencia desleal”, por la entrada de producciones de fuera de la Unión Europea a precios más bajo y que no cumplen los requisitos fitosanitarios que tienen que cumplir las europeas.

Por eso piden que se imponga las cláusulas espejo, es decir que se exijan las mismas normas y condiciones a los productos que vienen de fuera de la UE que a las producciones europeas.

Rechazan los acuerdo comerciales como el de Mercosur y por supuesto el de Marruecos, el que más está afectando a las producciones españolas, ya que Marruecos cuenta con un acuerdo preferencial con la UE por el que se liberalizan casi todos los productos, a excepción de algunos sujetos a contingentes (como las manzanas o las almendras dulces).

3.- Falta de rentabilidad debido al encarecimiento de los costes de producción.

La subida de los costes de producción (energía, fertilizantes…) sin que suban sus precios y, como consecuencia, la falta de rentabilidad de las explotaciones agrícolas y ganaderas, la venta a pérdidas es una de las denuncias constantes que está haciendo el sector desde el 2020, situación que se ha agravado en los últimos años.

Así denuncian la falta de unos precios justos que les permita alcanzar una mínima rentabilidad debido al desequilibrio de la cadena agroalimentaria y la imposibilidad de trasladar los costes de producción al precio de sus productos, con lo que están vendiendo por debajo de costes, abocando a las explotaciones al cierre.

El sector pide al Ministerio de Agricultura la aplicación de la Ley de la Cadena Alimentaria, que ya existe y que se aprobó precisamente para evitar los desequilibrios entre las distintas partes de la cadena. En concreto exigen la puesta en marcha de los organismos de control que prevé la Ley, modificar la Ley de competencia europea para que se permita la negociación colectiva en el sector primario y la puesta en marcha del observatorio de precios y de costes que establezca los precios mínimos que aseguren la rentabilidad del sector agropecuario.

4.- Política de sanidad animal

El sector ganadero está sufriendo especialmente la situación porque a la subida de costes de producción, la falta de rentabilidad y la sequía, se ha sumado en los últimos años las varias enfermedades que han afectado a la cabaña ganadera, lo que está abocando al cierre de explotaciones.

Por eso piden una política de sanidad animal coordinada, con planes de sanidad que afronten los retos de las enfermedades tradicionales, como la tuberculosis bovina, y las nuevas enfermedades como la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), consensuados entre el Estado y las comunidades autónomas, y compensando al ganadero.

Además, una protección frente a la fauna salvaje que pasa por sacar el lobo del Lespre (listado de especies silvestres en régimen de especial protección) e indemnizaciones justa por los lobos.

5.-Actuaciones para paliar la falta de agua

La falta de agua para Castilla-La Mancha es un tema recurrente año tras años, en los últimos se ha intensificado con el reto climático, que está llevando a un aumento de temperaturas y a una falta de precipitaciones. Los agricultores piden una política nacional del agua, con inversiones para regadíos eficientes, infraestructuras para almacenamiento de agua, reutilización y soluciones para afrontar las consecuencias de la sequía, con la creación y puesta en marcha de nuevas infraestructuras hidráulicas.

ASAJA de Castilla-La Mancha pedía hace unos días compromisos de las Administraciones para atajar el “agravio” que sufren los regantes de la región: “Somos los agricultores de toda Europa que tenemos menos dotaciones de agua por hectárea, tenemos posibilidades a través de las siete cuencas que pasan por la región, pero tenemos muchas limitaciones, persecuciones y sanciones”..