Un producto reconocido, apreciado por el consumidor, que vende toda su producción y que además es rentable para el agricultor; y, sin embargo, todo esto no es suficiente para asegurar que este cultivo de huerta no se vea abocado a la desaparición.
Se trata de la berenjena de Almagro, un fruto perteneciente a la familia de las solanáceas que comienza en el Campo de Calatrava donde se cultiva esta variedad autóctona, restringido a siete pueblos de esta comarca de Ciudad Real; tras la recogida se encurte con una receta tradicional que se remonta a los árabes y se envasa. Todo este proceso está amparado por una Indicación Geográfica Protegida, la IGP Berenjena de Almagro.
El problema es que cada vez hay menos cultivadores, menos hectáreas dedicadas a su cultivo y las industrias envasadoras no tienen suficiente producto para surtir un mercado que lo aprecia, de hecho, es uno de los alimentos de Castilla-La Mancha con mejor salida en los mercados.
Así lo asegura a AgroalimentariaCLM el presidente de la IGP Berenjena de Almagro, Ramón González, que además de envasador también se ha lanzado a cultivar sus propias berenjenas con el fin de tener materias primas para su marca. “Durante los últimos años la demanda ha ido creciendo, porque tiene una clientela muy fiel, se ha mantenido el mercado tradicional y se han abierto otros mercados, mientras que en producción cada vez hay un poco menos. La curva de producción y la de ventas son totalmente opuestas porque las ventas cada vez van a más y es una frustración porque no hay producto en el campo”, asegura.
Falta agua y mano de obra
Los problemas que apunta son varios, a parte de tener una zona de producción muy pequeña, “no hay relevo generacional en el campo y los cultivadores de esta zona tienen ya cierta edad, muchos se han ido jubilando y no hay quiénes continúen el cultivo”. Así los productores han pasado en diez años de 60 a 15 en la actualidad y la producción ha pasado de dos millones a 1.200 toneladas de media por la falta de productores.
“Otro problema importante es la escasez de agua. Si queremos conseguir explotaciones para sembrar, el problema es que no hay fincas con agua porque las concesiones por parte de la propia Confederación se han ido limitando, no solo a nosotros sino a todo el mundo, y eso ocasiona que no haya más berenjena”, apunta Ramón González.
El agua junto con la escasez de mano de obra son los principales problemas que señala también Miguel Díaz, agricultor dedicado a la berenjena de Almagro desde hace 15 años. “Las parcelas que tenemos necesitan más agua porque no podemos regar y luego la mano de obra, cada vez hay menos gente para trabajar”, señala.
La berenjena es un cultivo complicado, se tiene que recoger totalmente a mano, sin ninguna mecanización. Se planta en mayo, comienza a recogerse en julio y termina a finales de octubre e incluso a primeros de noviembre. “Este es un cultivo que con tres o cuatro hectáreas da trabajo a 10 u 11 personas” señala este agricultor, “y con mucho menos gasto de agua que el maíz o la alfalfa”, asegura.
Tras quince años se plantea dejar el cultivo porque, aunque el precio de la berenjena en origen ha subido, “me planteo dejarlo porque yo tengo compañeros que están sembrando cebollas u otros tipos de cultivos que estas mecanizados y se recoge con una maquina y no hay problema de mano de obra”, sentencia.
También el presidente de la IGP apunta el problema del sector para encontrar mano de obra como algo que desanima al agricultor. “Los agricultores que hay aquí en el Campo de Calatrava son pequeños, la mano de obra cuesta mucho conseguirla, la gente no quiere trabajar en el campo. En una hectárea de berenjena puede haber hasta 7 u 8 personas trabajando y si fallan las personas en tres días las berenjenas engordan y se pierde producción porque alcanza un calibre que ya no vale”, asegura.
Esto está llevando a los industriales como él a convertirse también en agricultores. “Es un cultivo que es complicado, siempre ha sido un cultivo familiar, y ahora los mismos fabricantes nos tenemos que meter a agricultores porque si no no tenemos berenjena”, dice.
Ampliar la zona
La limitada zona de producción que ampara la IGP Berenjena de Almagro es uno de los hándicaps. Sólo siete municipios (Aldea del Rey, Almagro, Bolaños de Calatrava, Calzada de Calatrava, Granátula de Calatrava, Valenzuela de Calatrava y Viso del Marqués) están dentro de la zona de la IGP donde puede cultivarse este producto de huerta muy ligado al territorio.
Por ello, el Consejo Regulador de la IGP y la Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha están buscando soluciones para potenciar un producto que es un éxito en los mercados.
Según ha confirmado la directora general de Producción Agroalimentaria y Cooperativas, Elena Escobar a AgroalimentariaCLM, “como las industrias podrían procesar más cantidad de berenjena y tendría mercado porque es un producto muy apreciado por los consumidores, lo que estamos trabajando desde el Gobierno y la IGP es ampliar la zona de cultivo de esta berenjena siempre que se respete que tiene que ser la variedad Almagro y no otra”.
Actualmente se está “preparando un pliego de condiciones para que la Comisión Europea apruebe no solo cultivar en estos siete municipios sino en toda la provincia de Ciudad Real y esto creemos que sería una solución” para dotar de berenjena a la industria, señala.
Y es que el mercado puede absorber más berenjena. “Si ampliamos a toda la provincia de Ciudad Real estamos seguros de que habrá más agricultores dispuestos a cultivar berenjena”, señala, ya que es un cultivo rentable para el agricultor.
Actualmente, “estamos trabajando para que esté en vigor en la próxima campaña, estamos preparándolo para presentarlo lo antes posible porque lo tenemos que justificar para que la próxima campaña ya se pueda cultivar berenjena de Almagro en toda la provincia de Ciudad Real”, asegura.
Un buena campaña
Por lo que respecta a la campaña actual, los productores ya han empezado la recolección en el campo. Según Miguel Ruiz, “parece de momento que el fruto viene bastante bien, si sigue así el verano va a ser un año bueno”, aunque señala que al ser un producto con un periodo de recolección muy amplia “puede haber complicaciones, pueden pasar muchas cosas en estos meses”.