Producir un kilo de aceite de oliva en España varía entre los 2,81 euros/kilogramo (€/kg) del olivar en seto de regadío, hasta los 4,61 €/kg del olivar de montaña, pasando por los 3-4 euros en olivares tradicionales de baja pendiente según regadío o secano.
Esta es la conclusión del informe que AEMO (Asociación Española de Municipios del Olivo) ha presentado en Bruselas con motivo de la primera reunión del nuevo ‘Observatorio de Mercado de Aceite de Oliva y Aceituna de Mesa de la Unión Europea’ y que pone de manifiesto que el olivar tradicional, mayoritario en España y en Castilla-La Mancha, mantiene unos costes de producción altos.
Invitados por Gabriel Vigil, Jefe de la Unidad de Aceite de Oliva de la UE, se expuso el Estudio de Costes de producción de aceite de oliva de AEMO, actualizado a 2023, al grupo de miembros de esta comisión de expertos pertenecientes a todos los países productores de aceite de oliva de la UE.
El estudio de costes de AEMO, desde su la primera versión que se elaboró en 2010, ha considerado los costes de explotación para la obtención de un kilo de aceite de oliva en los distintos escenarios de cultivo (montaña, tradicional de baja pendiente, intensivo y seto). Para este último informe se ha querido determinar los costes totales, sumando a los costes de explotación también la renta de la tierra y los costes de amortización de la plantación, para acercarse más a la realidad y considerar así todos los costes involucrados.
Conclusiones
El estudio concluye que la subida de costes unitarios en la campaña 2023, respecto al último estudio que se publicó en 2020, han sido de 9% salariales, 71% inputs agrarios (fertilizantes, fitosanitarios, etc.) y 39% la energía. Todo esto supone una subida de costes medios de explotación, en solo tres años, superior al 32%.
El resultado, según AEMO, “arroja la cruda realidad derivada de la intensa subida de costes unitarios de los últimos tres años”.
Esta realidad, según las conclusiones del informe, es que los costes de explotación del cultivo del olivo, y de la obtención derivada de un kilogramo de aceite, son en general altos si se comparan con los precios que marca el producto en origen promedio de las últimas 10 campañas.
Existen diferencias significativas en los costes de producción entre los distintos sistemas de cultivo, resultando los sistemas intensivo y superintensivo los más ajustados debido a que su mecanización optimiza la producción.
Los olivares tradicionales, tanto mecanizables como no mecanizables, se encuentran en una franja de costes superiores a los precios estructurales de mercado. El informe apunta que “esta circunstancia es grave si consideramos, como se expone en el presente trabajo, que suponen más del 65% de la superficie de olivar cultivada en España”.
Y apunta, que “ante esta circunstancia sólo caben tres soluciones: el aumento del precio del aceite vía promoción y aumento de la demanda, la reducción de los costes optimizando la mecanización, o el cambio del sistema de cultivo mediante una reconversión racional a olivares más intensivos y mecanizables”.
Reparto de costes
En el reparto de costes de los distintos sistemas de cultivo, la recolección es el más importante, acercándose al 40% en sistemas tradicionales, y su optimización mediante la máxima mecanización resultará clave en la búsqueda de la rentabilidad de la explotación.
Los costes de riego deben ser tenidos en cuenta, según señala el estudio, considerados y optimizados al suponer hasta un 20% del total de gastos en una explotación de regadío.
El coste de mantenimiento del suelo “resulta de gran importancia en porcentaje siendo además la tarea de cultivo de más complejidad técnica. Para su optimización y mejor manejo económico y medioambiental se recomienda el asesoramiento profesional”, señala.
El coste de fertilización suponen únicamente un 12% del total. “Esto probablemente no sea así en la realidad del olivar español sino que son sensiblemente superiores”, argumenta el informe en sus conclusiones.
Presentación en Bruselas
Para AEMO es muy importante comunicar en Bruselas, centro de decisión política, esta realidad, “porque los responsables comunitarios deben conocer que producir la grasa más sana y más rica de todas las conocidas, el AOVE, tiene unos altos costes propios de un cultivo leñoso como es el olivar”.
Además, en la actualidad “se está produciendo una bajada demasiada acelerada de los precios del aceite en origen, que no debería nunca desembocar en los precios finales que tuvimos hace pocas campañas y que se situaron por debajo de estos altos costes”, señala AEMO.