El cultivo del azafrán de La Mancha, en peligro de extinción

El Patronato de la Fundación Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Azafrán de La Mancha ha alertado de que el cultivo del azafrán en Castilla-La Mancha está en una situación límite, tanto que actualmente existe un evidente riesgo de extinción de la especia, a no ser que se adopten medidas de apoyo financiero que incentiven la puesta en marcha de nuevas plantaciones y el mantenimiento de las actuales.

En un comunicado, la DO alerta que “a las razones que históricamente se vienen arrastrando y que nunca se han tratado de forma eficaz por parte de ninguno de los actores involucrados en este sector, Administración incluida”, hay que añadir dos factores determinantes: la ausencia de un mercado de cormos con las suficientes garantías sanitarias y de control, lo que condiciona considerablemente la decisión de realizar una nueva plantación, y la vertiginosa caída del rendimiento de la producción de azafrán asociada a la disminución de la floración.

Señalan que hay indicios que apuntan al cambio climático como uno de los principales motivos de esta disminución, ya que el evidente incremento de las temperaturas del otoño estaría provocando el aborto floral, tal y como se recoge en los estudios científicos realizados por el ITAP (Instituto Técnico Agronómico Provincial de Albacete) desde finales de los años 90 que ponen de manifiesto que unas temperaturas medias superiores a 17ºC en otoño limitan seriamente la floración del azafrán, y con ello la producción de la especia.

En este sentido, en el seno del Consejo Regulador se viene registrando una caída en el rendimiento superior a 5 kg/ha entre los años 2015 y 2021 y una producción en 2021 que es la menor obtenida en la zona de Denominación de Origen desde su constitución en 1999, teniendo en cuenta el valor relativo de la superficie de cultivo.

Ayudas directas

Por todos estos motivos, desde el Patronato de la DOP se exige de forma urgente al Gobierno de Castilla-La Mancha, y concretamente al consejero de Agricultura, Agua y Medio Ambiente, Francisco Martínez Arroyo, que dentro de los Planes de Desarrollo Rural de la PAC que se abre en 2023, se incluyan, como medida agroambiental, ayudas tanto para la puesta en marcha de nuevas plantaciones de azafrán como para el mantenimiento de las ya existentes que den el espaldarazo definitivo a este icónico sector.

Con la idea de poder alcanzar una superficie de 500 hectáreas de este cultivo en un plazo máximo de cinco años, desde el CRDO se calcula que si los costes actuales para plantar una hectárea son de 50.000€, la ayuda para nuevas plantaciones debería cubrir el 50%. De esta forma, sería necesario un incentivo de 25.000€ para al menos llegar hasta las 500 ha., lo que supondría una inversión de 12,5 millones de euros. Asimismo, para el mantenimiento anual, cuyos costes ascienden desde los 5.000€ hasta los 15.000€ dependiendo de la producción, entendemos que al menos deben cubrir el 50% de la cifra inferior, por lo que el incentivo debería ser de 2.500€ por ha.

Señalan que serían necesarios 18,75 millones de euros en el periodo de cinco años del PDR, una inversión que para los Patronos resulta imprescindible para salvar el cultivo, bandera de nuestra región en el mundo entero.

“Observamos atónitos como en otras comunidades autónomas, como por ejemplo Andalucía y Aragón, existen ayudas directas para fomentar el cultivo de azafrán. Sin embargo, en Castilla-La Mancha, que representa al menos el 90% de la producción de azafrán español, a la que pertenece la única DOP a nivel nacional para esta especia, y cuyo nombre ”La Mancha“ es desde hace siglos referencia del máximo prestigio a nivel internacional para el azafrán, prácticamente no existen”, han afirmado los Patronos.

De hecho, el último apoyo económico realizado por la Administración de la Comunidad Autónoma para contribuir a la supervivencia de este cultivo data de 2022 y está contemplado en la Orden de 15/07/2002 de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente, por la que se regula un plan de ayudas para el cultivo del azafrán en Castilla-La Mancha, publicada en el DOCM núm. 97 el 7 de agosto de 2002.

Según señala la DO, en esta orden ya se planteaban algunos de los problemas que lastran este sector actualmente y que se han agudizado como son la disminución de la superficie dedicada a su producción, incluyendo su extinción en comarcas donde era característica su presencia; las importaciones masivas de azafranes de otros orígenes; la elevada exigencia de mano de obra acompañada de la mínima mecanización del cultivo y del proceso de transformación (monda y tostado); la pequeña dimensión de las parcelas; la limitada integración de los productores en los sistemas de comercialización nacional e internacional o el carácter social y familiar de este cultivo.

“Entendemos desde este Patronato que si nuestro preciado bien patrimonial desaparece, cuestión que no es en absoluto exagerada dadas las condiciones actuales, todos tendremos una cuota de responsabilidad, pero la misma será menor cuanto mayor sea la posibilidad de adoptar medidas económicas para poder reconducir la situación”, finaliza el Patronato.