El desequilibrio entre oferta y demanda lleva al sector vitivinícola a pedir ayudas para activar la destilación de crisis
El desequilibrio entre oferta y demanda en el sector vitivinícola debido a la inflación derivada de la guerra de Ucrania, el significativo aumento de los costes de los insumos, así como de una reducción tanto de las exportaciones como del consumo en el mercado interior ha llevado a dos de las principales organizaciones agrarias, ASAJA y la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), a pedir un paquete de ayudas para aplicar medidas urgentes en el sector vitivinícola.
Durante la reunión bilateral que esta semana mantenía COAG con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, pedía que se disponga de forma urgente un paquete de ayudas para activar la destilación de crisis en el sector vitivinícola, al igual que acaba de hacer el Gobierno francés para mitigar el impacto de la guerra de Ucrania en su sector.
En el mismo sentido se manifestaba ASAJA Castilla-La Mancha, que ha pedido medidas para el sector vitivinícola “siempre y cuando vayan acompañadas de una partida presupuestaria definida que evite consecuencias sobre el precio de la uva”. Así se pronunciaba el vicepresidente primero de la organización agraria, Florencio Rodríguez, ante la posibilidad de aplicar una destilación de crisis para el vino, es decir, de retirar del mercado una cantidad de producto para equilibrar la oferta y la demanda.
Ambas organizaciones han punto el foco sobre la parálisis en la que se encuentra el mercado. Según Rodríguez, las operaciones del mercado nacional e internacional están paralizadas, sobre todo en los tintos, lo que, sumado al incremento desmesurado de los costes de producción y a los efectos de la pandemia y la guerra de Ucrania, han provocado un desequilibrio en los precios del vino. También hay que apuntar que, como consecuencia de la inflación, el sector ha sufrido una importante caída del consumo de vino en España, que ha descendido un 8% en el último año.
Desequilibrio
COAG apuntaba que con los datos disponibles de la actual campaña la producción hasta este punto de la campaña es de 35 millones hl (+1%). Sin embargo, el mercado interior se ha reducido en 0,95 millones hl. respecto a la campaña 2021-2022, representando los tintos/rosados a granel un 59% de dicha reducción. Con todo ello, tal y como se muestra en el Informe Económico mensual de diciembre la Interprofesional del Vino de España, las salidas netas nacionales se encuentran en disminución desde febrero de 2022. A nivel de exportaciones también se ha producido un reducción del 4,2% respecto a la campaña 2021-2022, con una tendencia a la baja desde diciembre de 2021. Destaca la reducción en volumen de exportación el vino a granel con 1,5 millones hl. menos (-11,5%) respecto a la campaña anterior.
Además, por lo que se refiere a la oferta, las existencias finales, a 31 de enero, son de 52 millones hl. La campaña anterior, a 31 de julio de 2022, finalizó con 34,6 millones hl. Si comparamos los datos de dichas existencias respecto a las 6 últimas campañas podemos apreciar que, tras un ligero descenso de los stocks tras la intervención del sector por el COVID-19, las existencias se encuentran en cifras muy superiores a las que se encontraban en las campañas previas a la intervención.
Estas existencias, unidas a la fuerte detracción de la demanda, están provocando una paralización del mercado y el hundimiento en las cotizaciones, de forma muy acusada en los tintos, según apunta COAG.
Para solventar esta situación que atraviesa el sector, ASAJA considera que “es importante que se apliquen medidas, ya sea la destilación u otras medidas de apoyo y promoción, con el fin de estabilizar los precios de la uva y conseguir liquidaciones adecuadas para los productores, es decir, que les paguen la uva por encima de los costes de producción tal y como marca la Ley de la Cadena Alimentaria. Pero para evitar el efecto contrario, cualquier medida complementaria debe ir acompañada de una partida presupuestaria definida”.
Sequía
Por último, de cara al futuro, el Florencio Rodríguez señala que el sector está preocupado “pues la campaña se puede ver afectada por la situación de sequía, con una cosecha que, si no llueve, puede ser corta y puede generar cambios en las operaciones de mercado, en las existencias y en los precios de la uva de la próxima campaña. Por eso, es importante contar con toda la información posible, incluida la relativa a los fondos destinados a las medidas de apoyo, que el sector esté unido y que se siga promocionando, abriendo mercados e incentivando el consumo a nivel nacional”.
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