La Fundación Global Nature (FGN) ha estado trabajando durante todo el último año para acondicionar su vivero localizado en la localidad toledana de Villacañas y así facilitar la recuperación de la flora del agrosistema manchego mediante la producción de plantas beneficiosas para la agricultura y la biodiversidad.
Desde su puesta en marcha se ha logrado la producción de más de 29.000 plantas de las que un 30% ya han sido entregadas a agricultores, otro 40% se han utilizado para crear setos en márgenes de parcelas agrícolas y el resto se mantiene en el vivero para seguir produciendo nuevas plantas o esperando a ser plantadas.
El vivero, ubicado en el municipio de Villacañas (Toledo), cuenta con apoyo de Fundación Montemadrid y Bankia, además de la colaboración del Ayuntamiento de Villacañas y el proyecto LIFE Estepas de La Mancha, es la piedra angular del proyecto “Recuperación de la Flora del agrosistema manchego”, el cual permite dar continuidad a la trayectoria que tiene la Fundación Global Natura en la región.
A lo largo de todo el año, a pesar de las dificultades presentadas por la pandemia y tomando en cuenta todas las medidas sanitarias necesarias, la Fundación ha logrado impartir catorce talleres de sensibilización a más de 1.200 personas, principalmente escolares, pero también talleres específicos para la población adulta como el realizado junto a Cruz Roja Madridejos en el que participaron agricultores y voluntarios. Hoy día se pueden programar visitas a este vivero para impartir talleres de educación ambiental y de técnicas sobre producción de plantas y sirve para abastecer a la propia fundación en el desarrollo de sus proyectos de conservación y restauración ecológica.
Según ha recordado la Fundación, el paisaje agrario es un entorno natural que ha sido modificado por el hombre para cultivar diferentes variedades de plantas de consumo humano y animal, a este espacio se le suele denominar agrosistema. En particular, en Castilla-La Mancha hay zonas en las que predomina el paisaje agrario cerealista, es decir, un paisaje en donde el cultivo que más se utiliza es el de cereales (cebada, trigo, centeno, etc.); como es un paisaje que ha sido modificado durante miles de años, hay especies silvestre de animales y plantas que simplemente se han adaptado las condiciones y labores propias del uso agrícola; algo que ha convertido a La Mancha en el último refugio de aves esteparias.
Para que el binomio agricultura y biodiversidad sea sostenible, es fundamental el mantenimiento de buenas prácticas agrícolas, también conocidas como medidas agroambientales, que más allá de proteger a la biodiversidad, contribuyen a mejorar la producción agrícola. Una de las principales medidas que se recomiendan para garantizar la sostenibilidad del paisaje agromanchego es el mantenimiento de lindes entre cultivos con especies silvestres de plantas y la creación de setos con plantas arbustivas aromáticas. Sus beneficios son claros: contribuyen al mantenimiento del suelo (principal recurso de la agricultura), propicia la presencia de insectos polinizadores, sirven como controladores de plagas, y aumentan la conectividad del territorio, factor clave para la supervivencia de muchas especies.