Nueve cursos para formar a los futuros profesionales de la hostelería de Castilla-La Mancha en el conocimiento del vino y su consumo responsable

La Fundación Tierra de Viñedos, comienza el próximo 6 de octubre los cursos dirigidos a futuros profesionales de la hostelería y la restauración, con el fin de situarles en el contexto vitivinícola e iniciarles en la gestión de la bodega y servicio del vino en sala, sin olvidar ofrecer conocimientos sobre consumo responsable y el vino en la dieta mediterránea.

Esta formación, organizada por la Consejería de Agricultura, a través de la Fundación Tierra de Viñedos, y por la Organización Interprofesional del Vino de España en virtud del convenio firmado entre ambas organizaciones, tienen como principal objetivo fomentar la profesionalización del sector de la hostelería y la restauración.

Una formación intensa que se ofrece en una jornada dividida en varias sesiones impartidas por sumilleres y profesionales de la enfermería, y que se va a llevar a cabo en nueve cursos que recorrerán las cinco provincias. Darán comienzo el próximo 6 de octubre en Guadalajara capital y concluirán a finales de noviembre en Toledo. A lo largo de estos dos meses, los cursos pasarán por Ciudad Real capital el día 11 de octubre, por Valdepeñas (Ciudad Real) el 18 de este mismo mes; posteriormente llegarán el 25 de octubre a Las Pedroñeras (Cuenca) y el 3 de noviembre a la capital conquense. También se ofrecerá un curso el próximo 8 de noviembre en Tembleque, en la provincia de Toledo y otros dos municipios que se confirmarán próximamente.

Según los ponentes, el perfil del alumnos que acude a estos cursos es en 90% una persona joven, estudiantes de módulo de hostelería o gastronomía de entre 18 y 21 años. Aunque también acuden personas de más edad que están en reciclaje o que ven en la hostelería una salida profesional dado que es un segmento con mucha demanda.  

Los cursos se abren con una primera sesión teórica sobre producción vitivinícola en Castilla-La Mancha que imparte el sumiller José Carlos Rodríguez. “Lo que hacemos es ubicar al alumno en un contexto vitivinícola, es decir, hacerle que descubra todo lo que hay detrás de esa botella de vino; explicamos la importancia que tiene el sector en la región y también a nivel nacional, hablamos de superficie, de climas, microclimas que afectan a las denominaciones de origen, figuras de calidad del vino, variedades autóctonas de cada una de las zona que componen el panorama vitivinícola de nuestra región y todos los parámetros que condicionan el mundo del vino. Incluso hablamos también del perfil de empresa más frecuente en Castilla-La Mancha, de exportación, bodegas de tamaño mediano, consecuencias del cambio climático y de enoturismo”, señala.

Posteriormente se pasa a una fase práctica sobre cata y servicio del vino que está en manos de Adán Israel, presidente de la Asociación de Sumilleres Manchegos (ASUMAN) y sumiller en Restaurante Granero de Quintanar de la Orden (Toledo). En su mano está ofrecer conocimientos sobre “qué es la sumillería, la atención, guarda, compra y el servicio del vino y todo de una manera amena. Hablo de la compra profesional de vino, del perfil del cliente, del análisis del mercado, análisis de DAFO, cómo guardarlo, cómo conservarlo y, por supuesto, el servicio en sala, los tipos de copas. Es difícil resumir una carrera de sumillería que es de toda una vida en una hora”, asegura.

Ambos formadores coinciden en afirmar que los alumnos llegan a estas clases con muy poca formación sobre el vino en la mayoría de los casos. Según José Carlos Rodríguez, “el año pasado en estas sesiones nos dimos cuenta de lo importante que es seguir con este proyecto en las escuelas de formación profesional porque, a parte de algunas excepciones por parte de alumnos que, por su cuenta o con sus profesores, han visto ciertos temas de manera más profunda, a nivel general no hemos encontrado que haya un conocimiento de la importancia del sector en la región, y se sorprenden de la complejidad y la importancia del panorama vitivinícola”.

Pero si detectan una alto interés por parte del alumnos. Ambos formadores consideran que estas sesiones de formación “levantan bastante inquietudes porque ellos académicamente sí que adquieren muchísimo fundamentos a nivel teórico y prácticos, pero luego a la hora de plantearse salidas profesionales no conocen el magnífico campo de oportunidades que ofrece el mercado laboral para una personas especializada en el mundo del vino”.

Y en este sentido apuntan no sólo “las posibilidades que tiene un profesional formado en sala para construir la bodega del local, sino también para ser contratado por una gran superficie para llevar el departamento de vino y bebidas, para una bodega, un centro de formación, hoy por hoy es una profesión con un campo realmente amplio”.

La formación se completa con un último módulo teórico dedicado a vino y salud, que está impartido por un profesional de la enfermería y que ofrece las pautas sobre el vino en la Dieta Mediterránea y los beneficios del consumo moderado de vino.

Este es el segundo año que se imparte esta formación dirigida a los profesionales de la hostelería. El pasado año unos 125 futuros profesionales de la hostelería y la restauración pasaron por algunos de estos cursos.