El número de explotaciones agrícolas en Castilla-La Mancha se redujo en un 7,78% en 2020 respecto al anterior censo, de 2009, hasta las 112.886 explotaciones, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Estos datos revelan que a nivel nacional el número de explotaciones se redujo un 7,6% en 2020 respecto al anterior censo, hasta las 914.871 explotaciones, al tiempo que la mano de obra en las explotaciones agrícolas disminuyó un 7,7%. La reducción del número de explotaciones se extiende a todo el territorio nacional, con la excepción de las Comunidades Autónomas de Andalucía y La Rioja, siendo algo más intensa en la cornisa Cantábrica.
Por su parte, la Superficie Agrícola Utilizada (SAU) estimada ha subido tanto a nivel nacional como regional. Así en Castilla-La Mancha ha crecido un 3,74%, lo que supone que las explotaciones han pasado de las 33,42 hectáreas de media en el año 2009 a los 37,60 hectáreas en el 2020.
Estas cifras están por encima de la media nacional. Así, la SAU nacional era en el 2009 de 23,9 millones de hectáreas, con un aumento un 0,7%. Como resultado, la superficie agrícola utilizada (SAU) media por explotación creció un 7,4%, al pasar de 24,56 hectáreas a 26,37.
El mayor incremento entre la SAU destinada a cultivos al aire libre corresponde a los frutales, otros leñosos y olivar, con alzas del 23,8%, 19,8% y 14,4%, respectivamente.
Por el contrario, los de huertos y pastos permanentes se redujeron un 10,5% y un 10,1%, respectivamente. Asimismo, la superficie de cultivo en invernadero creció un 42,1%, alcanzando casi 65.000 hectáreas.
Por su parte, la Orientación Técnico Económica (OTE) que concentró mayor número de explotaciones en 2020 fue la de cultivos leñosos, con 511.762 explotaciones agrícolas, el 55,9% del total, seguida de la de agricultura general, con 162.769 explotaciones (17,8%).
Asimismo, la tierra arable concentró el 48,9% del total de la SAU al aire libre en 2020, mientras que los pastos permanentes supusieron el 31,6% del total y los cultivos leñosos el 19,5%. El olivar fue el cultivo con mayor peso dentro de los leñosos, con el 10,3% del total.
Castilla y León, Aragón y Extremadura fueron las comunidades con mayores tamaños medios por explotación en 2020, con 63,02, 53,75 y 43,73 hectáreas, respectivamente. A continuación, se situaron Comunidad Foral de Navarra, Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha y Cantabria, todas con valores superiores a la media nacional.
Los cultivos predominantes en Castilla-La Mancha son el olivar y el viñedo y en cuanto a la ganadería, en La Mancha predomina el porcino, pero también destacan las aves, el ovino y el caprino.
Aumentan las jefas de explotación
Por otro lado, el total de jefes de la explotación disminuyó un 7,6% en 2020. El número de mujeres jefas de explotación aumentó un 22% entre 2020 y 2009, representando un 28,6% del total, mientras que el número de hombres jefes de la explotación decreció un 15,8%. En Castilla-La Mancha, actualmente el porcentaje es de 28,1.
Por su parte, cuando el jefe es distinto del titular, el número de mujeres jefas aumentó un 72,2%, mientras que el de hombres disminuyó un 26,4%. Asimismo, la mano de obra en las explotaciones agrícolas se redujo un 7,7% en 2020 respecto al anterior censo agrario.
La mano de obra del titular bajó un 3,7% y la referida a los familiares del titular un 49,8%. Por el contrario, la mano de obra contratada aumentó un 16,3% y la subcontratada un 13,9%.
En relación a las medidas de desarrollo rural, el 37,6% de las ayudas concedidas en el año 2020 correspondió a zonas con limitaciones naturales.
Se trata de pagos para compensar a los agricultores por la totalidad o una parte de los costes adicionales y las pérdidas de ingresos como consecuencia de las limitaciones que supone la producción agrícola en la zona en cuestión.
Por su parte, un 31,5% de las ayudas estuvo vinculada a agroambiente y clima y un 11,4% a la agricultura ecológica.