El oficio de resinero, de la desaparición total a la resurrección en las zonas forestales de Castilla-La Mancha
Un curso de GEA forestal formará nuevos resineros de un oficio que hoy contabiliza más de un centenar en la región al amparo de los buenos precios y el cambio hacia productos más sostenibles
Resinero, un oficio que a principios de este siglo XXI estaba prácticamente desaparecido, está resurgiendo con fuerza y con buenas perspectivas de futuro. Así lo asegura Basilio Rodríguez, técnico de GEA Forestal y que del 22 al 26 de noviembre, , con la financiación de la Diputación de Guadalajara y la colaboración del Ayuntamiento de Molina de Aragón, impartirá un curso gratuito para aprender a resinar cuyas 15 plazas ya están cubiertas desde hace días.
El oficio de resinero que fue muy importante en zonas de Castilla-León y Castilla-La Mancha en todo el siglo pasado, desapareció prácticamente con excepción de algunas zonas de Segovia entre finales de los años 80. Las razones que llevaron a este abandono fueron el inicio del mercado globalizado, un petróleo barato en los años 80 que hace que los productos derivados de la resina (la colofinia y el aguarras) se empiezan a obtener de los hidrocarburos, y al éxodo rural de los años 60 y 70.
Todo ello hace que se abandone la explotación de las masas forestales de las provincias castellanomanchegas. Sin embargo, en el año 2010 se produce un cambio, suben los precios de la resina a nivel nacional y las empresas que compraban resina fuera (principalmente a China y Brasil), empiezan a subir los precios de compra de la resina a nivel nacional.
Según Basilio Rodriguez, actualmente el sector está viviendo “un momento interesante potenciado por la tendencia europea de políticas de sostenibilidad, de comprar productos verdes y de reducción de los hidrocarburos minerales como petróleo”.
Esto ha hecho que en estos pocos año haya resucitado un oficio completamente abandonado. “Ahora en España hay 1.500 resineros, la mayoría en Castilla y León que es la principal productora nacional. La segunda es Castilla-La Mancha, donde hay algo menos de 100 resineros la Cuenca, unos pocos, alrededor de una docena en Guadalajara, unos 16 en Albacete que han comenzado a resinar en los últimos años y ”este año se han abierto matas (explotaciones) en Toledo por primera vez desde el siglo pasado“, asegura.
En estos momentos, considera que es rentable la extracción de resina. “El precio se ha estabilizado alrededor de un euro por kilo de resina recogida, alrededor de precio la vida del resinero es más o menos rentable aunque depende también de la zona donde se trabaje, porque Segovia era rentable incluso con preciso menores , pero en zonas donde las producciones no son tan grandes a un euro/kilo es rentable y muchos resineros han vuelto”, señala.
Actualmente, según las cifras publicadas por el Ministerio para 2019, la producción en España se sitúa en las 11.000 toneladas de resina, de las cuales en Castilla-La Mancha se producen 11.000 toneladas. Según Basilio Rodríguez, actualmente “hay infinito margen para crecer, en Castilla-La Mancha se podría producir diez veces más de lo que se produce ahora”, asegura, ya que hay masas forestales de pino resinero principalmente en Guadalajara y Cuenca, pero también en Albacete y Toledo.
“En España, en las mejores épocas se llegaron a producir 60.000 toneladas de resina al año y buen parte venía de Castilla-La Mancha porque tanto Cuenca como Guadalajara eran productoras de primera nivel”, asegura.
Fijar población en el medio rural
Pero además la explotación de recursos forestales, entre ellos la resina, es, a juicio de Rodríguez, un buen elemento para el desarrollo rural y para fijar población en este medio.
“El potencial que tiene la resina como promotor de desarrollo rural y como alternativa económica para implantas población en zonas que tienen masas forestales es bastante grande”, asegura.
“El potencial que tiene la resina como promotor de desarrollo rural y como alternativa económica para implantas población en zonas que tienen masas forestales es bastante grande”
“Hay muchas zonas rurales sobre todo de las dos Castillas donde el recurso forestal es el principal que tenemos a disposición y en muchas de nuestras zonas la producción forestal no es solo de resina sino de madera y otros productos no maderables como los hongos, las trufas, están prácticamente olvidados. Si vemos la cifra de lo que incide en el PIB de la provincia de Guadalajara, ejemplo, a el sector forestal es insignificante”, asegura.
Considera que “existe un potencial ahora mismo para las zonas rurales y despobladas bastante importantes ya no no solo de la resina, sino también de las setas, las aromáticas, la misma madera”.
Además, la resina tiene un componente importante de fijar población porque “la madera puede venir una empresa de otra zona a explotarla, pero la explotación resinera tiene que hacerla una persona que tiene que vivir como mínimo en la comarca y para que la explotación sea rentable yo diría que tiene que vivir en el pueblo donde está el pinar” apunta.
Treinta horas para aprender a resinar
El curso se celebrará los días 22 al 26 de Noviembre, impartido por la empresa GEA Forestal, con la financiación de la Diputación de Guadalajara y la colaboración del Ayuntamiento de Molina de Aragón. Es gratuito y se impartirá de 8:30 de la mañana a 15:30 de la tarde, se divide en dos días de teoría y 3 de practica a realizar en los pinares del municipio.
“En una semana, los alumnos no pueden aprender la profesión, pero el objetivo es que salgan con una idea bien formada de lo que supone el trabajo, de las técnicas a aplicar y del sector de la resina”, comenta Basilio Rodríguez, técnico de GEA Forestal. “Tras el curso los alumnos tendrán las herramientas y conocimientos suficientes para decidir si es un oficio para ellos o no”, señala.
El curso tiene un máximo de 15 plazas y está dirigido a público en general. No hay requisitos previos para la inscripción. Para más información se puede consultar en el 688990181 o inscribirse directamente rellenando el formulario que se puede conseguir aquí.