La producción de almendros y pistachos en cultivo ecológico se consolida en Castilla La Mancha
Cada vez más agricultores de La Mancha diversifican sus cultivos incorporando a su producción almendros y pistachos y reconvirtiendo sus cultivos a producción ecológica. En el marco del proyecto financiado por Pur Project, desde 2012, se han plantado más de 25.000 árboles frutales en cultivo ecológico y 25.000 arbustos de porte arbóreo de diversas especies autóctonas para la formación de setos y linderos que favorezcan la biodiversidad.
Según datos de la Fundación Global Nature, en el interior de Castilla La Mancha se encuentra uno de los ecosistemas de humedales de mayor valor ecológico de la Península pero que actualmente se encuentra en importante peligro de conservación. Una de las principales amenazas que afectan a esta área es la degradación progresiva del territorio debido al modelo de agricultura intensiva predominante en la zona, principalmente de cereales y vides, con muy poca cobertura arbórea y que está causando graves problemas de deforestación, sequías y erosión del suelo.
La Fundación Global Nature, en el marco del proyecto Pur Project, que desarrolla junto a 120 agricultores locales y con el apoyo de entidades como AccorHoteles, Clarins, Parex España y To good to go, ha llevado a cabo diversas actuaciones en el terreno para conseguir una mejora en la gestión agrícola que permita reducir estos impactos ambientales, promueva la biodiversdad y ofrezca una solución al modelo económico local.
Reconversión a agricultura ecológica
La transformación de cultivos que cubran los suelos con sistemas de labranza mínima y la reconversión a modelos de agricultura ecológica son algunas de las medidas llevadas a cabo en este proyecto desarrollado en los municipios de Villacañas, Lillo, Madridejos y Villar de Cañas en la provincia de Toledo cuyas fincas se ubican en su mayoría en la Reserva de la Biosfera “La Mancha Húmeda” y donde la producción en cultivo ecológico de árboles frutales ha demostrado ser una herramienta perfecta para preservar la naturaleza. Además el proyecto se está ampliando y extendiendo a otros municipios como Navalucillos, en las inmediaciones de Cabañeros.
La plantación de almendros, pistachos y olivos suponen una diversificación del riesgo económico para los agricultores y, a nivel ambiental, estas actuaciones favorecen la disponibilidad de recursos alimenticios para las abejas y otros polinizadores altamente amenazados. Además, estos árboles frutales cultivados en secano no requieren de agua ni riego mínimo, por lo que se reduce la sobreexplotación de los acuíferos.
En los últimos años se están probando, con los agricultores más comprometidos, a incorporar cubiertas vegetales bajo los cultivos permanentes. Pese a que en esa región el déficit hídrico es un limitante, se ha comprobado que las cubiertas vegetales pueden ser un aliado de los cultivos al mejorar la estructura del suelo. Esto incrementa la capacidad de almacenar agua y de retener más nutrientes en el terreno y reduce la erosión y pérdida de suelo. Las cubiertas vegetales pueden ser espontáneas, o sembradas y se gestionan de modo que se evite la competencia hídrica con los cultivos, por ejemplo segándolas e incorporándolas al suelo al final del invierno o principio de primavera, dependiendo de como se presente el año meteorológicamente.
Se está trabajando para que cada vez más agricultores integren en sus cultivos la plantación de setos y linderos con especies autóctonas como el romero, el cambrón o el rosal silvestre, las cuales funcionan como islas de biodiversidad, que además de servir de refugio para fauna, favorecen la presencia de insectos y reducen la necesidad de pesticidas para tratamientos de plagas.
El proyecto continua en marcha ofreciendo asesoramiento personalizado a los agricultores interesados además de promover la comercialización diferenciada de los productos agrícolas generados a través de una cooperativa para almendras ecológicas que incentive su comercialización.
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