La sequía y el abejaruco mermarán la cosecha de miel un 30% en Castilla-La Mancha
La cosecha de miel se reducirá entre el 40% y 50% a nivel nacional por los efectos de la sequía en España y por las pérdidas provocadas por el abejaruco, aunque en Castilla-La Mancha está reducción se quedará en torno al 30%, según las estimaciones realizadas por el sector apícola de COAG.
En concreto, la menor presencia de insectos por la escasa floración y la ausencia de charcas ha convertido a las abejas melíferas en el principal alimento de esta ave migratoria. Además, las bandadas de abejarucos acuden a cazar abejas a los colmenares próximos y su canto espanta a las abejas, que se quedan sin salir, en el interior de las colmenas.
La organización agraria ha señalado que este comportamiento es “peligroso” para las colmenas a finales del verano, ya que las abejas no salen hasta que los abejarucos desaparecen, perdiendo las mejores horas de pecoreo, lo que disminuye la cría y, por tanto, merma la población que ha de invernar.
Por comunidades autónomas, destacan las pérdidas en los colmenares de Andalucía, Región de Murcia y Comunidad Valenciana, en las que se estiman una reducción por encima del 50% de la cosecha de miel. En Castilla la Mancha la caída de la cosecha estará en torno al 30% de la producción respecto a una campaña normal, según las estimaciones de COAG.
En Andalucía, la miel de azahar se ha mantenido en la provincia de Córdoba, pero en Málaga ha sido “mediocre”, mientras que la del tomillo es desigual y la de castaño tiene serias pérdidas. En la girasol, la campaña se puede calificar de buena en las zonas del bajo Guadalquivir, pero bastante mala en el Alto Guadalquivir.
Respecto a Cataluña, la producción es de un 15-20% respecto a la de un año normal, debido a tener “muchos problemas con el abejaruco” y en Castilla y León, los apicultores que hicieron trashumancia a Extremadura y Portugal tuvieron una cosecha de miel de primavera aceptable, pero la de roble ha sido nefasta al tener también serios problemas con el abejaruco.
En Extremadura, la producción de polen se sitúa por debajo del 50% de un año normal. Los apicultores que subieron pronto de Castilla y León pudieron recoger miel de roble y encina pero, después, prácticamente nada.
Mientras que en Valencia, la campaña ha sido “desastrosa”, ya que las lluvias de primavera estropearon romero y azahar y muchos enjambres. Así, se estima en la del romero una pérdida al 90% y la del azahar es muy escasa en el sur de Valencia y en el norte, algo más de la mitad respecto a campaña normal, mientras que la miel de tomillo se la llevó el incesante calor.
Según COAG, entre enero y junio, los operadores españoles adquirieron un total de 20.243 toneladas de miel (4.221 toneladas más que en el mismo semestre del año 2021). El nivel de compras de miel durante este primer semestre se situó en niveles muy superiores a los de primeros de años anteriores, por lo que nunca se había importado tanta miel en España durante un primer semestre como este año.
De esta forma, las empresas españolas vuelven a elegir China y Portugal como principales países abastecedores de miel en 2022. Durante el primer semestre del año, compraron a operadores chinos un total de 4.851 toneladas de miel a un precio medio de 1,42 euros/kg y a operadores portugueses 3.642 toneladas a un precio medio de 2,08 euros/kg.
Ante este panorama, COAG reclama a las comunidades autónomas una ayuda específica para los apicultores que sirva para amortiguar el “brutal impacto” de la subida de costes en la actividad y las importantes pérdidas por la extrema sequía y la incidencia del abejaruco.
La organización agraria señala que esta ayuda se podría articular a través de los Programas de Desarrollo Rural regionales, tal y como ya ha anunciado el Gobierno de Castilla La Mancha.
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