Las previsiones de una cosecha muy corta, el escaso enlace de la pasada campaña, la subida de los costes de producción, entre ellos fertilizantes, energías y combustibles, y la buena comercialización del aceite de oliva español en los mercados internacionales parecen la tormenta perfecta que está haciendo que los precios de este producto se disparen en los mercados.
Según han señalado a elDiarioclm.es las organizaciones UPA y ASAJA de Castilla-La Mancha, cuando apenas está arrancando la campaña las “expectativas no son buenas” y en la región, la segunda en producción por detrás de Andalucía, “con suerte tendremos una producción al 50% del año pasado”.
Las estimaciones apuntan que la cosecha en Castilla-La Mancha no superaría las 90.000 toneladas, por ejemplo, en la provincia de Ciudad Real, que suele acaparar el 40% de la producción regional, se quedará en unas 34.000 toneladas, frente a las 53.000 toneladas de la campaña de 2020, la única de las consideradas “normales”, puesto que la del 2021 estuvo lastrada por los estragos de la tormenta Filomena y ya fue considerada corta. No obstante, las organizaciones apuntan que aún es pronto para valorar puesto que la campaña está empezando en algunas zonas y hay otras que no comenzarán hasta diciembre.
Las causas de esta baja producción son climatológicas, heladas de primavera, una sequía extrema y olas de calor, lo que ha afectado a la floración y al fruto. Tanto Elisa Fernández, secretaria de UPA en Toledo, como Florencia Rodríguez de ASAJA Ciudad Real, consideran que “hay muchos olivares que no tienen aceituna, está perdida” y en otras zonas “la sequía ha provocado que la aceituna sea tan pequeña que no se pueda recoger”.
Los productores aún esperan que las lluvias de los últimos días puedan recuperar algunas zonas productivas y hagan engordar el fruto.
En Castilla-La Mancha, las comarcas son dispares, hay zonas de Toledo como La Jara donde la producción se va a quedar entre un 25 y un 30% de lo que se recogió el año pasado y otras zonas de Cuenca, menos afectadas por la climatología adversa, que se quedará al 60% del año pasado.
La calidad, sin embargo, será muy buena porque no ha habido plagas importantes, incluso hay zonas con un buen rendimiento del fruto.
Precios altos
Respecto a los precios, según Florencio Rodríguez, la aceituna de almazara se está pagando este año por encima de 1 euro por kilo de aceituna, con oscilaciones según las variedades, por ejemplo, la aceituna ecológica pueda estar entre los 1,15-1,20 euros, aunque “aún se están definiendo, no están consolidados, va a ser el rendimiento graso que tenga la aceituna lo que lo van a terminar de definir los precios”.
Estos precios son superiores a los del año pasado, cuando se pagó entre los 60-65 céntimos/kilo y hasta 85 euros/kilo de media en la región.
Igualmente, las cotizaciones del aceite de oliva están muy por encima de los del año pasado cuando la campaña ya finalizó con precios un 27% superiores a la anterior.
Elisa Fernández ha señalado que “ahora mismo ya estamos hablando de unos precios altos con respecto al año pasado, por encima de los 4,30 y 4,50 por el kilo de aceite de oliva” y ha apuntado que “los costes de producción se han incrementado por tres”.
La responsable de UPA en Toledo ha señalado que “el productor nunca recibe por encima de lo que le cuesta producir. La comercialización del aceite de oliva es excepcional, cada año mejor, haya mucho o poco. Pero el incremento de los precios no va a repercutir en los agricultores, porque aquí hay una especulación ente medias que es quien se beneficia de estas crisis, de las guerras, de que la meteorología haya ido mal”.
“El agricultor tiene unos costes de producción muy elevados porque los hemos multiplicado por tres en dos años con el agravante de que los costes son los mismos para el agricultor si tiene mucha aceituna como si tiene poca, solo hay una diferencia, en la mano de obra, porque si hay poca tienen que contratar menos gente, pero los costes de tratar y cuidar el olivar son los mismos”, ha recalcado.
Fernández ha recordado que “los agricultores ahora recogen su cosecha, lo llevan a su cooperativa o a la almazara, pero se liquida al año que viene, ese es otro agravante: nosotros recogemos nuestra producción y luego no sabemos a cómo la vamos a liquidar”, y ha pedido que se “cumpla la Ley de la Cadena Alimentaria que para eso existe, una norma muy clara que dice ninguna eslabón de la cadena puede recibir menos dinero de lo que le cuesta producir o de los costes que tiene”.