Las lluvias que el pasado mes de marzo dejaba en Castilla-La Mancha la borrasca Nelson supusieron “un antes y un después” para casi todas las comarcas de Castilla-La Mancha. Esta salvación para muchas zonas dejaba de lado a una parte de la región, concretamente a la zona sur de la provincia de Albacete, las comarcas Centro, Manchuela, Almansa y sierra de Alcaraz, que se ha convertido en la zona cero de la sequía en la comunidad.
“Yo he pasado por Toledo, aquello era impresionante, nos da una envidia”, señala a AgroalimentariaCLM Andrés Constan, presidente de la Cooperativa de Montealegre del Castillo, al sureste de Albacete, y una de las zonas más castigadas por la falta de agua.
Y es que estos campo se han quedado anclados en la situación que ya tenían hace doce meses y encadenan dos años muy duros sin lluvias. En lo que llevamos de año hidrológico no se ha llegado ni a los 60 litros por metro cuadrado en algunas de estas zonas. José Joaquín Fernández, viticultor en Alpera en la comarca de Almansa, señala a este diario que este año están aún peor que el pasado. “Llevamos ya un año a la espalda, se juntan ya dos años y es que no ha caído nada ni en otoño ni inverno, ni en primavera”, asegura.
Los leñosos, los cereales y las leguminosas están muy afectados por la situación. “Los leñosos acumulan dos años sin humedad ninguna en la tierra, y prácticamente están muriendo las plantaciones, en algunas hectáreas de viña se están secando las cepas; el olivar está en una situación extrema, el almendro, igual. En el cereal damos por hecho que la cosecha está perdida, aquí están los peritos de Agroseguro y tenemos claro que aquí este año no se va a cosechar nada, daños del 100 por 100 de la cosecha”, describe este agricultor.
Lo peor cree que está por llegar ya que los meses lluviosos ya han pasado y a partir de ahora no puede esperarse nada. “Lo peor es que no hay previsión de lluvia y lo que viene en algunas zonas ya lo estamos viendo, granizo. De ahora en adelante lo que pueda venir es más peligroso”, apunta.
Es tal la situación que lo agricultores ya no piden salvar las cosechas que las dan por perdidas. “Lo que queremos es salvar no ya la cosecha que automáticamente la descartamos sino ya a salvar la vida de las plantas. Damos por hecho que no va a haber cosecha, que estamos en perdidas, pero por lo menos salvar la vida de las plantas”, apunta.
Y es que hay viñas que no han llegado a brotar, olivas que no ven cuajar la floración y jóvenes plantaciones de almendro o de la pistacho que necesitan agua para su primer desarrollo y ven peligrar la planta y la inversión realizada en estas plantaciones nuevas.
A la falta de agua se están sumando las altas temperaturas que están afectando a esta zona. “Ya la semana pasada en floraciones de la viña y el olivo estábamos a 34 y 35 grados, esto es malo para cuajar, las plantas tiran la flor al suelo. Todo esto acelera el proceso de sequía”, cuenta.
Bajo la primera capa de tierra lo que hay parece cenizas
“Hay mucho terreno de viña que no han llegado a brotar, o que han brotado con sarmientos de dos o tres centímetros”, y agricultores que no han podido iniciar plantaciones porque “bajo la primera capa de tierra lo que hay parece cenizas”, de lo seco que está, añade.
En situación parecida está la ganadería. Andrés Costan, que además de viticultor también es ganadero, y sabe cómo está viviendo la sequía este sector. Con ovejas en extensivo, “este es el segundo año muy duro”, asegura. Llevan desde diciembre sin sacar a pastar a las ovejas, menos unos 15 días que pudieron salir. En la zona la cosecha de forrajes, paja y cereales “se va a perder en un 98%, por lo que tenemos que traer forrajes de otros sitios y esto nos incrementa el gasto”. No hay pasto y las rastrojeras de las que también se alimenta el ganado “van a ser muy débiles”, señala.
También, en la cooperativa vitivinícola que presidente, la cosecha apunta bajísima. La media de la producción de la cooperativa está en 25-26 millones de kilos, ya el año pasado sólo se llegó a 17 millones y “este año estaremos en los 7-8 millones de kilos, tenemos una gran incertidumbre, hay cepas que yo creo que aunque llueva se van a morir”, se lamenta.
Según este agricultor, hijo también de agricultor, ni los más viejos del lugar recuerdan unas sequía cómo estas con estas altísimas temperaturas. “Mi padre dice que ha vivido años de sequía pero como esta. Hay mucho desánimo entre los mayores y entre los jóvenes”.
Demandas del sector
La pasada semana, las organizaciones agrarias mantuvieron una reunión con la viceconsejera de Política Agraria Común y Políticas Agroambientales de Castilla-La Mancha, Gracia Canales Duque, y con el delegado de Agricultura en la provincia de Albacete para buscar soluciones a la situación.
Según Julián Morcillo, secretario general de UPA en Castilla-La Mancha, entre las demandas que se han puesto sobre la mesa está que se pueda ampliar el ámbito de aplicación del decreto del año pasado de ayudas por la crisis de Ucrania y la sequía al 2024 para que pueda haber ayudas directas.
Además, para atender la situación de los ganaderos, que se puedan aprovechar todas las parcelas que no se van a poder cosechar y que puedan tener ayudas para paliar el incremento de costes que están teniendo ya que no pueden sacar a los animales a pastar.
También han solicitado mantener reuniones con las confederaciones del Júcar y Segura o a través del Ministerio de Transición Ecológica para ver si hay posibilidades de dotaciones de agua para socorro de los cultivos leñosos, “porque si no muchos se pueden ir al traste”. En este sentido, proponen que permitan ampliar las hectáreas que se pueden regar con las mismas dotaciones asignadas, para poder regar más parcelas con los mismos metros cúbicos de agua. El objetivo es dar riegos de socorro en los terrenos más secos no para salvar las cosechas sino salvar las plantaciones.
Precisamente, AgroalimentariaCLM se ha puesto en contacto con las confederaciones hidrográficas del Júcar y del Segura para recabar su valoración, sin que por el momento hayan contestado a la petición.
También solicitan los afectados medidas de financiación para las cooperativas que están en estas zonas que llevan varios años soportando disminución importante de la cosecha y que necesitan de herramientas para poder pasar estos años, porque los costes son los mismos y no hay producción.
Pero el responsable de UPA va más allá y apunta que “independientemente de la situación que tenemos estos momentos, nos tenemos que plantear y hay que hacer un reflexión porque en algunas zonas de nuestra comunidad esta situación se viene repitiendo año a año y las soluciones no son para ahora sino hay que hacer un planteamiento estructural a largo plazo porque si no estas zonas de ven abocadas a la desertización”.
Mesa de la Sequía
Esta situación está afectando no sólo a la provincia de Albacete sino a comarcas de otras Comunidades Autónomas, por eso Asaja, COAG y Cooperativas Agroalimentarias de España han reclamado ya al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación la convocatoria “urgente” de la Mesa de la Sequía ante la crítica situación de miles de agricultores y ganaderos.
La situación en las provincias de Zaragoza, Teruel, La Rioja, Lérida, Castellón, Valencia, Alicante, , Murcia, Almería y Granada, es muy similar a la descrita en Albacete. Peligran las cosechas de cereales, frutos secos y leñosos de secano (viñedo, olivar y frutales).
Así, estas organizaciones señalas que en las comarcas con menor nivel de pluviometría las pérdidas se elevan por encima del 70% respecto a un año normal, mientras que también se encuentra en una situación “muy delicada” los ganaderos de extensivo de las principales comarcas del sudeste español, en el que la falta de pastos amenaza seriamente la viabilidad de las explotaciones.
Muchas cooperativas de estas provincias atraviesan situaciones complicadas debido a las circunstancias climáticas, ya que han visto reducido drásticamente el volumen de producto a comercializar.
Piden, como ya lo están haciendo en Castilla-La Mancha, un paquete de ayudas directas para los agricultores y ganaderos profesionales de las zonas más afectadas, así como a las cooperativas afectadas por el descenso del volumen comercializable.
También pedirán que tramite ante la Comisión Europea la excepcionalidad por sequía de dichas comarcas para que tanto las ayudas estatales y/o regionales que se puedan aprobar no computen en el régimen de 'ayudas de minimis'.
Las organizaciones agrarias señalan que esto es “fundamental” para que no queden excluidos de las ayudas aquellos productores que ya recibieron apoyos económicos en años anteriores (y pueden rebasar el tope establecido por la UE).