Faltan horas para saber si, finalmente, el CEIP Antón Díaz de El Bonillo, gana en los I premios de Innovación Educativa por su aula ‘Wearable Methodology’. Se trata de un aula diferente en la que no hay pupitres, no se usan bolígrafos,…, “el aula no tiene nada”, salvo un suelo de césped y lo que parecen varias casetas. Y todo con el objetivo de que el aprendizaje se haga de otra forma: conectando con el entorno, relacionando los conceptos y fomentando la cooperación, saliendo de la normalidad de las clases en las que el docente explica y ellos permanecen sentado en el pupitre y con un escaso nivel de interactuación.
La metodología de aprendizaje es algo diferente.“Tenemos objetos que llamamos inteligentes porque llevan un chip y las pulseras que son lo que llamamos weareables”, dice Lola Haya, coordinadora del proyecto Erasmus+ Wearable Methodology. Con estas herramientas cada equipo tiene su pulsera y se proyecta en cada pantalla qué tarea tienen que hacer. “Ellos buscan la solución entre los objetos inteligentes, los que llevan el chip, y lo van pasando por la pulsera que les va dando la solución”.
¿Qué se consigue con esta novedosa metodología? Motivación. Y es que “rompe los esquemas del aula tradicional, los niños pueden interactuar con los compañeros” lo que los hace llegar al aula Wearable más motivados. Pero además, esta forma de aprendizaje fomenta el trabajo cooperativo ya que “entre todos tienen que llegar a la solución”, algo que no sucede en la metodología tradicional.
Entre los 7 finalistas
Del total de 650 centros educativos españoles que se han presentado a estos I premios de Innovación Educativa el CEIP Antón Díaz, está entre los siete finalistas. El plazo para votarle se cierra este viernes, 18 de mayo.
Lo que hace diferente a este centro educativo del resto son varios factores: se trata de un colegio rural, es decir, en un municipio con poca población y el que apenas cuentan con 160 alumnos. Además, a diferencia de la gran mayoría de centros que se han presentado a estos premios, “somos un centro público”. Y es que, tal y como explica Haya, “casi todos los nominados son escuelas privadas”, de ahí la implicación que está teniendo el municipio entero con la nominación ya que “se trata de demostrar que una escuela pública puede estar a la altura de una escuela privada y además en el entorno rural”.
El aula que compite por llevarse este I premio a la Innovación Educativa forma parte de un proyecto más amplio, el ERASMUS+ “Wearable Methodology” que se está desarrollando entre cuatro socios europeos, dos en España, el colegio Antón Díaz de El Bonillo (Albacete) y la Universidad de Castilla La Mancha, concretamente el Instituto de Investigación de Informática Ia3 de Albacete, además, el colegio St. Kliment Ohridski de Bulgaria y el colegio Petar ZoraniÄ Nin de Croacia.
Los tres colegios pertenecen a zonas rurales y escolarizan a alumnos con necesidades educativas especiales. “Todos compartimos las mismas inquietudes innovadoras y transformadoras en educación y la necesidad de adaptar las metodologías de enseñanza-aprendizaje a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación”. Además les sirve para intercambiar experiencias y buscar, entre todos, nuevas fórmulas que les ayuden a mejorar el rendimiento de los alumnos. , así como a adquirir las competencias básicas, especialmente la competencia en lengua extranjera (inglés).