La primavera de 2024 en Castilla-La Mancha ha sido cálida, con una temperatura media de 13,4ºC, una “anomalía” de casi un grado más y que la sitúa en el puesto número 10 de las más cálidas desde 1961. Así lo señala el balanceo meteorológico primaveral, cuyos datos han ofrecido la delegada, Milagros Tolón, y el nuevo delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología, Luis María Bañón.
Por meses, marzo fue un mes “cálido”, abril fue “muy cálido” (el 7º de la serie) y mayo fue “normal”, con una temperatura máxima de 39 grados en Almadén (Ciudad Real) registrada el 30 de mayo.
En cuanto a la lluvia, la delegada del Gobierno ha explicado que en el cómputo global ha sido una primavera considerada “normal”, con una precipitación media de 152 litros por metro cuadrado. El mes más lluvioso fue marzo debido al impacto de dos borrascas: Mónica, los días 9 y 10 de marzo; y sobre todo Nelson, del 27 al 3 de marzo.
Esta última, el día 27 de marzo dejó 79 litros por metro cuadrado en 24 horas en San Pablo de los Montes (Toledo) y rachas de hasta 91 kilómetros por hora en Los Llanos (Albacete), como registros más relevantes, ha explicado Milagros Tolón.
En resumen, “en Castilla-La Mancha hemos tenido una primavera cálida en cuanto a las temperaturas, con una media de 13,4 grados, lo que supone 0,9 grados por encima de lo normal. Y en precipitaciones ha sido un año que se califica de normal, con 152 litros por metro cuadrado, un valor que se encuentra en la media dentro de la serie de referencia 1991-2020 para este trimestre”.
¿Qué pasará en el verano?
Por su parte, el delegado de la AEMET ha avanzado que las predicciones para este verano apuntan a una alta probabilidad, entre el 70 y 100%, de que este verano esté en el 20% de los veranos más calurosos de la serie climatológica. Además, hay entre el 40 y 60% de probabilidad de que la precipitación del período esté en el tercil inferior de la serie climatológica.
Ante el verano, Milagros Tolón ha recalcado “la importancia de aplicar el sentido común y mitigar los efectos negativos que el calor excesivo puede tener sobre la salud de la ciudadanía, especialmente en los grupos de riesgo o más vulnerables, como personas mayores, mujeres gestantes, menores y personas con enfermedades crónicas, así como en aquellos colectivos que desempeñan su trabajo o realizan esfuerzos al aire libre”.
Por eso, ha hecho un llamamiento a toda la población “para que sea prudente y consulte las predicciones que con solvencia y rigor elaboran los profesionales de la AEMET para evitar riesgos innecesarios”. Igualmente, “hago un llamamiento a la responsabilidad de la ciudadanía para evitar los incendios forestales, que es una labor que nos incumbe a todos y debemos estar alerta”.