En víspera de Nochebuena, el Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha ha aprobado el proyecto de la nueva Ley de Caza de la región, una ley vilipendiada en el resto del país y que ha sido señalada por lo cruento de las prácticas que admite por numerosos organismos naturalistas y ecologistas.
Para aprobarla, el Gobierno regional, a través de su portavoz, Leandro Esteban, ha señalado las facilidades que dará a la caza y al sector cinegético, sin hablar especialmente de la conservación de la naturaleza y de las especies. Para Esteban la norma “tiene carácter social, puesto que favorece y facilita la caza a los aficionados de los municipios rurales y, además, garantiza la conservación de la naturaleza”.
En este medio ya explicamos qué hechos contempla esta ley de caza (en aquel momento un anteproyecto, ahora ya aprobada completamente). Se permite matar perros y gatos, la muerte de animales lanceados, el cerrar caminos para cazar, multar a ciclistas, recogedores de setas o paseantes por el campo por “molestar a los cazadores”, que se cierren elementos públicos para que se cace (sean empresas públicas o privadas las que organicen la caza), o no controlar la dirección del disparo (los cazadores deben disparar cuidando de no hacerlo hacia donde hay caminos donde puedan pasar coches, algo que ahora ya no será necesario pudiendo disparar también hacia los caminos).
No obstante para el Gobierno esta ley mejorará la naturaleza de la región porque mejorará la calidad genética de las especies, según Esteban. Se podrán crear cotos de caza con muchos menos trámites que ahora, algo que ha resaltado en portavoz en que repercutirá en la mejora del sector de la caza. “Adapta la actividad cinegética a la realidad social y económica de la región. La caza en Castilla-La Mancha es un importante sector económico generador de ingresos y de empleo, por lo que tanto merece una especial atención, como la que el Gobierno de Cospedal propone con esta normativa”.
El proceso para que ya en los campos se efectúen los cambios de esta ley es ahora pasar por las Cortes donde debe ser votada (mero trámite con la mayoría absoluta del Partido Popular) y debatida. El propio portavoz ha indicado que puede entrar en vigor antes de que acabe la legislatura y sean las elecciones, de cara ya a la siguiente temporada de caza.
Dicha ley también permite cerrar caminos, la caza con trampas, el cambio de modelo de la caza con más intensidad y comercial en cotos más cerrados y vallados, multas a cualquier distorsión de la actividad de la caza por parte de cualquier persona o prácticas masivas que atentan contra la seguridad no sólo de especies protegidas como el lince ibérico sino contra la de las propias personas. La nueva ley “premia” la actividad de la caza y de hecho la intensifica y subvenciona, implementando prácticas además que se consideran salvajes. Uno de los ejemplos es que se permite matar perros y gatos. El uso público de los montes castellano-manchegos pasaría a ser la caza y de hecho se castiga al que moleste en su práctica.
Se recogieron 100.000 firmas en contra de la Ley, que no han sido escuchadas a pesar de ser la mayor recogida de firmas hecha en Castilla-la Mancha en toda la historia.