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Arqueólogos hallan restos en Guadamur de una residencia visigoda “monumental”

Los últimos restos hallados por el equipo de arqueólogos que trabaja en la localidad toledana de Guadamur con el hallazgo del llamado 'Tesoro de Guarrazar' indican que en la localidad pudo haber una residencia de reyes visigodos con un edificio de una planta de 1.500 metros cuadrados junto a un monasterio-basílica que pudo ser, según el propio arqueólogo del complejo, “monumental”.

Además de este edificio cuyas pruebas hacen afirmar a los arqueólogos que puede ser uno de los restos visigodos más importantes de España, los investigadores han hallado joyas de importante valor que están ligadas directamente al tesoro hallado hace 150 años (que parte de sus restos están desaparecidos desde hace décadas, robados o perdidos). Así, un zafiro que creen pudo pertenecer a algunas de las joyas de los reyes también ha sido descubierto. Pertenecería al conjunto de cruces, coronas y al tesoro original que fue un exvoto de los reyes en el reino visigodo de Toledo.

En 1858 se recuperaron de este tesoro las coronas de Suitila y Recesvinto, reyes visigodos. Estos restos estarían en Guadamur, según las investigaciones del arqueólogo Juan Manuel Rojas, porque en la localidad había una iglesia muy rica (este edificio descubierto), concretamente en la finca de Guarrazar; se pensaba en un primer momento que habían sido llevados ahí desde Toledo en la época de la invasión musulmana para evitar que fueran robados y para ser enterrados en Guadamur. Sin embargo ahora consideran que no fue así, sino que el traslado se hizo por el monasterio que había allí. Esa teoría deja además en el aire un futuro hallazgo que podría ser histórico: el de una iglesia “muy rica” en Toledo que aún no se habría descubierto. Es la única pieza que falta para entender cómo se encontró el tesoro y por qué estaba allí.

Eso explica por qué había dos coronas visigodas en Guadamur. Además explica que esos restos tan valiosos estuvieran en la localidad sin un gran edificio que lo avalara. Y por otro lado se sigue el patrón de las cortes visigodas donde los reyes solían tener una segunda residencia aparte de la propia de la corte, que habría estado situada en Toledo.

En este yacimiento trabaja un equipo arqueológico con muchos profesionales, entre ellos estudiantes y graduados que dedican cientos de hora al mantenimiento de los restos. Son también encargados de evitar posibles saqueos, desperfectos y deterioros en unos restos que son únicos en el país. A ellos se suman trabajos de expertos internacionales o del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que serán los que daten la fecha del zafiro encontrado (se estipula que podría ser el siglo VII y que podría estar engarzado en alguna de las joyas).