REPORTAJE

Arrecia el debate sobre los impactos ambientales de las ‘megaplantas’ solares: nuevos estudios, protestas y denuncias

Sigue sobre la mesa el debate que desde diferentes puntos de España se ha abierto entre la instalación de plantas fotovoltaicas como mecanismo de fomento de una energía renovable cada vez más necesaria y la necesidad de preservar la biodiversidad, el suelo y el paisaje ante la proliferación de estas instalaciones. Se trata de un debate complejo, con muchas variables y en el que siguen multiplicándose los argumentos a un lado y a otro. Investigadores e ingenieros se han sumado ahora con un nuevo estudio sobre los impactos de estas plantas solares, mientras que siguen sucediéndose las protestas, las denuncias y las alegaciones contra los ‘megaparques’ fotovoltaicos.

El ‘Informe sobre impactos ambientales asociados a la construcción de plantas solares en la Mancha’ lo ha llevado a cabo la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), la E.T.S.I. Agrónomos y de Montes de Albacete y el Instituto de Investigación en Energías Renovables. En este estudio el objetivo principal es elaborar un diagnóstico de los efectos ambientales positivos de las plantas solares fotovoltaicas en los ecosistemas agrarios de esta zona, aunque también se establecen algunas recomendaciones finales.

Según detalla, por ejemplo, la diversidad vegetal existente en una instalación fotovoltaica es “significativamente mayor” que la que albergan los agrosistemas de secano tradicionales, y similar a la de cultivos agrícolas sin tratamientos al suelo donde se permite el desarrollo de la vegetación espontánea. También apunta que no existen diferencias significativas en la diversidad vegetal bajo la cobertura de un panel solar o en el espacio entre paneles. “Por tanto, las especies vegetales se distribuyen según su temperamento en el lugar más conveniente para su desarrollo”.

Otra de las argumentaciones del estudio es que después de la construcción de una planta fotovoltaica, “la vegetación se recupera adoptando la composición florística de los alrededores de la instalación, por lo que en los límites interiores de un parque solar se forma un ecosistema de transición más rico y diverso, de características similares a los ecotonos naturales”.

Refugio de fauna

Asimismo, establece que las instalaciones fotovoltaicas pueden ser utilizadas por la fauna como refugio en diversas situaciones, tanto de forma natural como de forma artificial por medio de la instalación de cajas nido; o usando las mismas infraestructuras de la planta. Agrega el informe que dentro de las funcionalidades secundarias que pueden desarrollarse en una planta fotovoltaica se encuentra tanto el aprovechamiento o control de la vegetación por medio del pastoreo, como la apicultura, entre otros.

Algunas de las recomendaciones y buenas prácticas que se establecen son alterar lo menos posible el suelo, reducir los productos fitosanitarios, prevenir y mitigar derrames de aceites, combustibles u otros líquidos, controlar los residuos, crear pantallas vegetales y corredores biológicos, usar el ganado para el control de la vegetación o instalar cajas-nido para aves.

Este informe viene a poner del lado de la energía solar la balanza sobre los efectos en la naturaleza de las grandes plantas fotovoltaicas, después de que desde varios puntos del país, y especialmente desde Castilla-La Mancha, se hayan sucedido las críticas a construcciones de gran magnitud. Uno de los frentes más destacados ha sido el abanderado por vecinos y vecinas de la localidad toledana de Méntrida, donde la plataforma ‘Salvemos los Campos’ se ha plantado frente la “especulación masiva” por parte de algunos de estos proyectos y el daño que, según afirma, provoca en la biodiversidad.

Desde esta organización vecinal han esgrimido otras razones para rechazar los proyectos: pérdida del paisaje, perjuicio económico local y empeoramiento de la calidad de vida. También creen que supone “un ataque” a la agricultura y a la Denominación de Origen Méntrida y porque traerá consigo contaminación, residuos y empeoramiento de la calidad del aire.

Este colectivo ciudadano no es el único en Castilla-La Mancha que se ha mostrado en contra del 'boom' de la implantación de macrohuertos solares. Hasta 17 asociaciones, plataformas o entidades han mostrado su malestar bajo el paraguas de Alianza Energía y Territorio (ALIENTE) y reclaman una moratoria hasta que España no disponga de un marco regulatorio global. Una regulación que también ha reclamado el Gobierno de Castilla-La Mancha aunque, mientras tanto, sigue autorizando la instalación de plantas fotovoltaicas en toda la geografía regional.

De hecho, esta misma semana ‘Salvemos los Campos’ también ha registrado alegaciones a la iniciativa de Ebisu (promotora de la constructora fotovoltaica sevillana Prodiel), para ejecutar dos macroplantas fotovoltaicas denominadas 'ISF Ebisu' y 'Ebisu II', en los municipios toledanos de La Torre de Esteban Hambrán, Casarrubios del Monte y Méntrida. Contaría con una vía de evacuación de unos 65 kilómetros que atraviesa gran parte de la comarca toledana de La Sagra hasta la Comunidad de Madrid. En total, las alegaciones contra este proyecto de Prodiel han sido suscritas por 182 personas “en un tiempo récord, el fin de semana anterior al vencimiento para alegar” y, dicen, “son una muestra más del rechazo social en la zona a este tipo de proyectos”.

Y a todo ello se ha sumado la última denuncia realizada por Unidas Podemos en Guadalajara sobre el proyecto Cifuentes/Trillo que abarcará más de 1.000 hectáreas de terreno, junto con otras iniciativas similares en la provincia. “Si consiguen las autorizaciones, el paisaje de nuestra provincia se transformará drásticamente. Los extensos campos de cultivos podrán ser sustituidos por una sucesión de huertos solares vallados perimetralmente”, afirman Teresa Bartrina, Licenciada en Geología por la Universidad Complutense y presidenta de la asociación La Campiña Verde; y Daniel Touset, Diputado provincial por Unidas Podemos Izquierda Unida. Subrayan que el último ejemplo es el megaproyecto de más de 800 hectáreas que se quiere construir en los términos municipales de Cubillo de Uceda, Casa de Uceda, Villaseca de Uceda y Viñuelas.

“Sin duda, hay que apoyar la energía solar como alternativa a los combustibles fósiles. De hecho, en toda Guadalajara se han instalado plantas fotovoltaicas de tamaño medio que ayudan a la descarbonización del planeta, pero ¿podemos realmente acoger grandes proyectos fotovoltaicos? ¿Cuántos megaproyectos nos esperan?”, se preguntan.

Para “suministrar electricidad” a Madrid

Argumentan asimismo que las nuevas plantas solares son megaproyectos para “suministrar electricidad” a Madrid y para ser rentables necesitan abarcar mucho terreno. Debido a que estas extensiones se encuentran valladas, las megaplantas provocan “una gran fragmentación del territorio y la desaparición de extensos terrenos utilizados tradicionalmente para la agricultura de secano y para la ganadería extensiva”.

El debate sobre la implantación de huertos solares se remonta en el tiempo. Dos proyectos en la provincia de Ciudad Real, donde no existe ese vínculo con Madrid, surgieron acompañados de estas protestas. El primer caso se produjo con el anuncio de la construcción de una planta fotovoltaica en la superficie del volcán de La Arzollosa, también conocido como Manoteras, en el término municipal de Piedrabuena. El Grupo de Investigación en Geomorfología, Territorio y Paisaje en Regiones Volcánicas (GEOVOL) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) dio la alerta sobre la iniciativa, no solo porque en sus laderas hay suelos muy aptos para cultivos sino por considerar que se produjo un “atentado ecológico” en la zona al rellenar las coladas del volcán con tierra de otros sitios para la siembra.

La cuestión de origen es que este volcán está declarado Monumento Natural y la legislación que lo regula establece algunas disposiciones, entre ellas que “no se puede hacer ningún tipo de actividad de extracción, generación o distribución de energía”.

Por su parte, el alcalde de Piedrabuena, José Luis Cabezas, que fue director general de Industria, Energía y Minería del Gobierno regional en la pasada legislatura y actualmente lo es de Programas de Empleo, aseguró en su momento que nunca ha estado en su voluntad “desproteger” como Monumento Natural el volcán de La Arzollosa. Lo que persigue el Ayuntamiento es “hacer compatible el monumento natural con otros usos, con la generación de energía limpia”.

Otras iniciativas las denunció Ecologistas en Acción en los límites del Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona: varios proyectos de instalaciones fotovoltaicas en la zona central de esta área, que no está bajo la figura de protección ambiental. Según la evaluación previa ambiental realizada por las promotoras, se trata de 15 instalaciones en 1.620 hectáreas entre los términos municipales de Brazatortas y Almodóvar del Campo. “Supondrían una grave alteración del paisaje, con un grave impacto también histórico y cultural, ya que varios de ellos se pretenden construir al lado de la vía pecuaria más importante del país –la Cañada Real Soriana Oriental- y junto al histórico Camino Real de la Plata de Toledo-Córdoba”, afirman desde la asociación. Alertan así de que bajo el “paraguas” de utilizar una energía renovable, se pretende “destruir el paisaje de una de las comarcas ganaderas más importantes de Europa”.

Desde la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) consideran que es “una falsa dicotomía estar contraponiendo la conservación del territorio y de la biodiversidad a la energía fotovoltaica”. “Es un gran error porque esa problemática no existe”, ha dicho en varias ocasiones su director general, José Donoso. Esta asociación representa al 85% de las empresas del sector en España y ante las críticas acumuladas argumenta que “la mayor amenaza para la biodiversidad en este momento es el cambio climático”. “No hacer nuevas plantas fotovoltaicas nos lleva a que ese cambio climático siga ahí. Es decir, es no hacer nada contra esa gran amenaza”.