El asentamiento de temporeros de Albacete del que (casi) nadie se acordó hasta que llegó la pandemia
Tras década y media, el asentamiento de temporeros, ubicado en la conocida carretera que une Albacete Capital con la localidad de Las Peñas de San Pedro, será clausurado, tras confirmarse por las autoridades sanitarias un brote de la COVID-19 y registrarse algunos incidentes ocurridos el pasado fin de semana, cuando un grupo de migrantes subsaharianos, evitó el control de seguridad de su confinamiento y se dirigió hacia el centro de la ciudad de Albacete.
Este asentamiento, al que cada verano llegan más de 400 temporeros debido a diferentes campañas agrarias que se desarrollan en el entorno del término municipal de Albacete e incluso en pueblos y localidades próximas, es uno de los más conocidos de la ciudad debido a sus grandes dimensiones, a que está ubicado dentro del núcleo urbano, y porque es lugar de referencia para estos inmigrantes, que en la época estival, se alojan en la antigua fábrica de Cereales Saltó.
En las últimas semanas, diferentes colectivos y asociaciones ya venían advirtiendo de las malas condiciones de salubridad en las que se encontraban estos temporeros. Sin embargo, la alarma saltó el pasado jueves, cuando el Servicio de Epidemiología de la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha detectó a través de una prueba PCR, un positivo en este asentamiento.
Tras proceder a su aislamiento, el equipo sanitario de rastreo comenzó a realizar pruebas diagnósticas a estos inmigrantes, facilitando esta labor una resolución judicial que confirmaba el confinamiento de estos más de 400 temporeros, y que hasta la fecha arroja ya un brote de 23 positivos y 408 PCR realizadas.
Durante estos últimos días, las diferentes administraciones en colaboración con Cruz Roja, Protección Civil, Médicos del Mundo y la Asociación Colectivo de Apoyo al Inmigrante en Albacete (ACAIM) han desplazado a las personas con PCR positiva hasta el Pabellón Deportivo del Instituto de Educación Secundaria 'Tomás Navarro Tomás', situado en el distrito universitario de la ciudad de Albacete. Allí se encuentran diez de estas personas. Sin embargo, según ACAIM, aún quedan positivos en el asentamiento pendientes de realizar el trasladado a estas dependencias educativas.
El domingo por la mañana, un amplio grupo de estos temporeros se saltaron el confinamiento y las medidas de seguridad y control establecidas en el asentamiento de la carretera de Las Peñas, para alcanzar la Circunvalación de Albacete, y provocar diferentes altercados en algunos de sus establecimientos hosteleros, parando a vehículos que transitaban por este punto e increpando a los medios de comunicación. Al mediodía regresaron al asentamiento.
El jefe de la Policía Local de Albacete, Pascual Martínez, ha reconocido que no contaban con suficientes recursos en esos críticos momentos y se procedió a pedir refuerzos por parte de la Subdelegación del Gobierno a la Unidad de Intervención Rápida de Toledo y Murcia, así como UIP de Zaragoza.
Asentamiento en la fábrica abandonada de 'Cereales Saltó'
El asentamiento existe desde hace 15 años pero hay que recordar que en el año 2018 se procedió al cierre del 'Campamento La Dehesa', un albergue que acogía a más de 200 temporeros durante las campañas agrícolas en la ciudad de Albacete. Eso incidió en el rápido crecimiento de asentamientos en esta capital provincial, donde actualmente siguen existiendo diferentes concentraciones de temporeros y personas sin hogar en otros asentamientos, también dentro del límite municipal: el cementerio, en el Camino del Parque Periurbano de La Pulgosa donde hace algo más de dos años falleció una mujer de origen rumano en un incendio en su chabola, en algunos terrenos entre el barrio de Medicina y junto a las líneas del AVE Madrid-Valencia, entre otros.
El cierre de 'La Dehesa' provocó esta proliferación de asentamientos, y en el caso de la Carretera de Las Peñas, fue el propio Consejo Provincial de Inmigración el que consiguió que toda la entrada a 'Cereales Saltó' fuese limpiada y que se instalase una fuente de agua potable.
Los bomberos del Parque de Albacete ya tuvieron que sofocar un incendio el pasado tres de marzo en el asentamiento de Cereales Saltó, donde encontraron varias botellas de butano en su interior.
Los asentamientos irregulares en la ciudad de Albacete se han convertido en un grave problema social, acentuado ahora por un brote de COVID-19 que pone en jaque a todas las administraciones ante el peligro de propagación nuevamente del virus, en una ciudad que ha sido especialmente castigada y azotada por el coronavirus, en las semanas más complicadas de lucha contra la pandemia.
A la situación de insalubridad total, las condiciones infrahumanas en la que se encuentran estos temporeros, la amenaza para la Salud Pública que supone el brote, y la ya prolongada crisis humanitaria, se une ahora, este episodio en plena calle ante el impedimento de que estos migrantes confinados puedan volver, al menos en dos semanas, a su trabajo en el sector agrario.
Este lunes, la Junta confirmaba que asume los gastos de manutención de estos trabajadores, que en la mayoría de los casos son subsaharianos sin papeles y falta de documentación; la Diputación provincial ha procedido a ceder el Recinto del Instituto Ferial de Albacete (IFAB) para que a partir de este martes, comiencen a llegar estos temporeros con PCR negativa a estas instalaciones, y el Ayuntamiento asume la clausura y cierre del asentamiento de la carretera de Las Peñas.
En lo que respecta a los sindicatos, CCOO Albacete ha pedido hoy que se reúna de manera urgente el Consejo Municipal de Inmigración y la Comisión provincial de Flujos Migratorios para dar “una solución definitiva al problema de los asentamientos y a la situación inhumana de los trabajadores temporeros que malviven en espacios sin las mínimas condiciones de habitabilidad”.
La propia secretaria general de CCOO Albacete, Carmen Juste ha asegurado que este tipo de asentamientos “ es un problema grave de humanidad que no solo afecta a la población subsahariana, aunque el caso más conocido sea el de la carretera de las Peñas de Albacete, pero también de otros asentamientos que existen de población trabajadora de países europeos en nuestra ciudad y que se encuentran en las mismas condiciones de insalubridad”.
Otra de las perspectivas éticas, sociales y de responsabilidad laboral, añade Juste, “es la que tienen los empresarios de estas campañas de recolección agrarias, sumidos en el anonimato, sin asumir la necesidad de que a los jornales por estos trabajos, se unan también, la búsqueda de soluciones de habitabilidad y salubridad para estos temporeros, con la complicidad e intermediación de ACAIM, colectivo clave estos días por su colaboración con los sanitarios a la hora de traducir e interpretar la necesidad del confinamiento de estas personas”.
Un asentamiento “insalubre” consentido por la Administración: “Hasta ahora, como no molestaban, no pasaba nada”
El lugar en el que malviven los temporeros se sitúa en la zona de tránsito hacia el aeropuerto de Albacete, la base aérea de Los Llanos o las instalaciones de Airbus. Es un lugar con mucho tránsito y pegado al casco urbano. No pasa desapercibido para nadie.
Floren Alfaro, el presidente del Colegio de Trabajo Social de Castilla-La Mancha estuvo en el asentamiento hace ahora dos años. “Me sorprendió la cantidad de gente que había y las condiciones insalubres. Era increíble. Había ratas, basura…Cuando llegaba una persona, creo que de Cáritas, con bombonas de agua, todos salían corriendo a recogerlas para asearse”.
Ya por aquel entonces la Asociación Colectivo para el Apoyo del Inmigrante (ACAIM) venía reclamando al Ayuntamiento de Albacete proveer al lugar de contenedores de basura y alguna toma de agua. “Por aquel entonces ya había quejas del colectivo de que ninguna administración, por la que habían pasado todos los partidos políticos había tomado mucho interés en el tema”.
Alfaro relata cómo una de las cosas que más le impactaron fue ver a los temporeros llegar con sus bolsas de comida compradas en un supermercado vecino. “Me explicaron que eran trabajadores a los que los empleadores no dan alojamiento y además nadie les quiere alojar en una pensión o una habitación. Se ven obligados a quedarse en el asentamiento”.
El Colegio de Trabajo Social reclamaba este lunes a las administraciones “un trabajo integral, preventivo y continuado en todos los frentes con los temporeros migrantes”.
Su presidente explica que el problema se agudiza con el papel que juegan los intermediarios entre los temporeros y los empresarios para los que trabajan recogiendo ajos y cebollas en Albacete. “Algo parecido ocurrió en Fuentealbilla: intermediarios que negocian con los empleadores y así no se manchan las manos. Quizá ellos paguen más sueldo, pero se lo quedan quienes están en el medio”.
Los vecinos de la zona explican que nunca ha habido problemas con los temporeros. Ni siquiera en invierno, cuando el asentamiento lo habitan apenas medio centenar de personas, ni en verano cuando esa cifra puede llegar a los 600. Algo que ratifica el propio Alfaro. “No hay constancia de que los vecinos hayan denunciado problemas” y, de hecho, sostiene el trabajador social, ese ha sido quizá uno de los motivos por el que el asentamiento haya funcionado durante más de una década como ‘alegal’.
“Supongo que para el ayuntamiento poner servicios era un poco como legalizarlo, pero claro, no puede ser aquello de ojos que no ven corazón que no siente. Ya hace dos años lo denunciamos para intentar sacarle los colores a la Administración y no sirvió de nada”.
“El hacinamiento es terreno abonado al virus, como en una discoteca de Córdoba, pero aquí, como son negros, surge el racismo”
“Son supervivientes que van de unas zonas a otras de España a las campañas agrarias y no molestaban. No se cumplen los requisitos sanitarios en el asentamiento y los tenemos ahí aparcados. Como no molestan, no pasa nada”, asegura.
Pero eso era así “hasta ahora”. Con la pandemia, Alfaro cree que “era blanco y en botella”. El trabajador social explica que “el hacinamiento es terreno abonado para el virus. Esto no es diferente a lo que ha pasado en una discoteca de Córdoba, pero aquí como son negros y pobres, surge el racismo y la aporofobia”.
“Es la propia Administración la que está fomentando que se trabaje sin papeles”
En los acontecimientos del domingo cree que no solo pudo influir la imposibilidad de trabajar para estos temporeros confinados “que viven al día y que si no ganan no comen”, sino el miedo a las consecuencias. “Muchos no tienen papeles, otros están a la espera de asilo, y la cita previa la están dando ya con fechas de 2021. Se pusieron nerviosos, saltaron el confinamiento hacia la ciudad perseguidos por la policía, los medios de comunicación…Hubo lío, no lo justifico, pero no entiendo el racismo. No hubo ni detenidos ni parte de lesiones o daños”.
Alfaro achaca gran parte de la culpa a las administraciones. “Estas personas tienen que permanecer durante tres años en la más absoluta oscuridad en España hasta que consiguen el arraigo demostrando su empadronamiento para conseguir un contrato. Es la propia Administración la que está fomentando que se trabaje sin papeles”.
Pide “autocrítica” al conjunto de la ciudadanía. “Esta gente es la que nos está recogiendo nuestras cosechas. Son personas no animales”, recuerda, para pedir “un tratamiento digno y si los empleadores no están en ello pues a lo mejor hay que hacer inspecciones, a ellos o a las ETT que se quedan con parte de su sueldo” porque las ONG que trabajan con estos colectivos “solo pueden poner parches”.
En cuanto a las medidas tiene claro que “no pueden ser las policiales. Estas personas son las víctimas de la situación” y recuerda que su realojo en la Institución Ferial de Albacete (IFAB) “es provisional”.
Médicos del Mundo: “Estamos facilitando la interlocución entre las personas del asentamiento”
Por su parte, desde Médicos del Mundo consideran que la situación en los asentamientos es “insostenible” desde hace mucho tiempo porque no reúnen las condiciones de habitabilidad mínimas. “A raíz de la pandemia, contactamos con las autoridades sanitarias, tanto locales como regionales, para visibilizar la situación y para buscar una solución entre todas las partes”, asegura Idoia Ugarte, vicepresidenta de Médicos del Mundo de Castilla-La Mancha.
A primeros de julio, la organización mantuvo una reunión con diferentes administraciones y entidades sociales en la que pusieron sobre la mesa “la extrema gravedad” de la situación y en la que solicitaron la tarjeta sanitaria para todas las personas que estaban en el asentamiento, una solución para la mejora de la habitabilidad y una coordinación para implementar las medidas preventivas de la pandemia de carácter urgente. “En ese proceso estábamos, las autoridades dijeron que sí, que tenían voluntad de atajar el problema hasta que saltó el brote y a raíz de ahí seguimos trabajando de manera coordinada con el resto de administraciones y estamos facilitando la interlocución entre las personas del asentamiento y acompañando a las autoridades en lo que sabemos hacer”.
Además, desde Médicos del Mundo quieren visibilizar el “injusto” tratamiento que está haciendo parte de la ciudadanía albaceteña con estas personas, cuando en realidad, explica, son víctimas de la situación. “Hemos sido testigos de brotes racistas culpando a los inmigrantes y en realidad estas personas son las víctimas. Donde hay que poner el foco es en esta situación socio-sanitaria y de la que el Gobierno tiene que dar una respuesta”, concluye.
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