El balance del programa Life+Iberlince es rotundo: “un proyecto de éxito”. Así lo aseguró el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, quien estuvo acompañado del director técnico de FOMECAM, Rodrigo Julián Fuentes, Juan Francisco Ruiz Alba, coordinador del proyecto y el director general de políticas forestales, Rafael Cubero.
Martínez Arroyo ha querido destacar “fundamentalmente” la colaboración público-privada que ha hecho posible el desarrollo muy positivo de la introducción del lince ibérico en territorio castellano-manchego. “Hemos sido capaces de colaborar con el sector privado que ha podido adaptarse también a las vicisitudes de la normativa de la gestión pública”, aseguró el responsable. El consejero recordó así que cuando el Gobierno del PP “abandonó” el LIFE+Iberlince, la empresa Fomecam “asumió” el trabajo de la administración.
Por otro lado, Martínez Arroyo recalcó también el apoyo de los habitantes de los núcleos rurales cercanos a las zonas de introducción de los linces, Sierra Morena y los Montes de Toledo, que han participado en variadas actividades de concienciación alrededor del felino con la ayuda de los Agentes Medioambientales y también de Fomecam. Entre otros, unos mil escolares han acudido a las charlas impartidas por personal técnico acerca de la importancia del animal en el territorio español. Finalmente, también se ha agradecido el papel de las fincas privadas donde se ha liberado a los ejemplares, al resultar el hábitat más adecuado debido a la presencia del conejo de monte.
El lince en cifras
En total, desde el 2014, se ha introducido un total de 59 ejemplares de lince ibérico, de los cuales los últimos 16 en el último año. “En este momento, Castilla-La Mancha es la región donde más lince se está reintroduciendo”, aseguró Martínez Arroyo. Además, destacaron la importancia del nacimiento de camadas en los últimos dos años, un total de 49 cachorros han nacido en la región, 30 en el último año. “Datos espectaculares” debido a la “dificultad” de introducción de la especie.
Las dos zonas del lince se han consolidado y ambas cuentan con el número deseado de hembras territoriales, 7 en los Montes de Toledo y 5 en Sierra Morena Oriental, en Ciudad Real. “Estos son los indicadores que marcan el éxito en Castilla-La Mancha”, afirmaba Martínez Arroyo. Es por ello que la administración trabaja ya en colaboración con Andalucía para crear “corredores ecológicos” que darían continuidad al proyecto Iberlince en las zonas con presencia estable de la especie y poder así mejorar la seguridad de los animales al trasladarse de una zona a otra y también la variabilidad genética de la especie.
Rodrigo Julián Fuentes, director técnico de Fomecam, concedió que los datos “empiezan a ser favorables” y que permiten sacar “con mucha prudencia” consecuencias positivas del proyecto. La empresa está especializada en servicios ambientales y fue la encargada de analizar las variables y del diseño de las zonas de introducción. Fuentes recordó que el número de hembras es el “impuesto” desde la Unión Europea para el proyecto y que la tasa de supervivencia actual es “espectacular” llegando a ser 9 de cada diez linces.
Muertes de los ejemplares
Fuentes señaló también que desde el programa se está “luchando” para que “deje de ser noticia” cuando mueren. Han sido 19 los linces que han muerto de los 59 introducidos, nueve de los cuales atropellados, tres por furtivismo, dos ahogados, uno por enfermedad y otros tres por motivos desconocidos que las necropsias no han logrado esclarecer.
“Es un porcentaje bajo sobre el número de ejemplares introducidos, además de tener en cuenta el dato de la introducción con las crías, que garantizan la supervivencia de la especie. El dato se compensa”, aseguraba Martínez Arroyo. Sin embargo, se están llevando a cabo trabajos de mejora en la carretera CM420 de Mazarambroz, donde más muertes se han producido, ampliando los cerramientos a lo largo de la carretera. En 2018 también se realizarán trabajos de este tipo en la carrertera CR50 de Viso del Marqués. En total, el programa ha supuesto una inversión de 2,5 millones de euros desde su puesta en marcha.