Los bomberos de Guadalajara pasan de la huelga indefinida a la huelga de hambre

Los bomberos de Guadalajara, en vista de la falta de soluciones que ofrece el consistorio municipal de Antonio Román, han decidido tras tres meses de huelga indefinida intensificar sus acciones y han anunciado que comienzan una huelga de hambre también indefinida. Una huelga que solo seguirán parte del equipo para que los otros compañeros puedan atender las urgencias necesarias en plenas condiciones y que esta huelga no afecte a posibles emergencias que tengan que asistir.

“No nos han dado otra solución desde el Ayuntamiento. Tampoco podemos aguantar ya el estado de estrés y de ansiedad del conflicto actual. Tenemos miedo a que cuando pasen las elecciones se abandone otra vez el servicio de bomberos y con ello la seguridad de los ciudadanos”, explicaba el portavoz de los mismos, Julio Prego. Hace unas semanas los bomberos ya emitieron un comunicado en el que anunciaban que no podían asegurar la efectividad de su trabajo en más de la mitad del término urbano de Guadalajara y sus pedanías. Esto ocurría no por el personal humano, sino por el estado de los hidrantes y las canalizaciones de agua de la ciudad, y avisaban del peligro que corren una treintena de centros públicos e incluso casi una decena de gasolineras a las que las canalizaciones de agua para bomberos no llegan, con la posible desgracia que se puede producir sin que puedan hacer nada.

Las peticiones de los bomberos son que se les aumente un 20% el sueldo actual, ya que aseguran son el cuerpo de bomberos de Castilla-La Mancha peor pagados. Un bombero de Guadalajara cobra 400 euros menos que la media del resto de bomberos de la región y 300 menos que los bomberos de la Diputación de Guadalajara. Por otro lado pedían reformas en sus instalaciones, que actualmente tienen goteras y humedades. Por último pedían un aumento de personal ya que los actuales no pueden cubrir todos los turnos sin hacer horas extra y que tuvieran acceso a mayor formación. “Luego cuando hacemos las horas extras nos llaman peseteros el alcalde o algún concejal, por eso nos negamos ya a hacerlas”. El detonante de esta decisión, además, fue la decisión del gobierno local de bajar el mínimo de bomberos trabajando por turno de 9 a 8.

El Ayuntamiento por su parte dice que acepta todos los requisitos menos el de la subida de sueldo. “No lo permite la ley. Sería injusto para el resto de funcionarios de Guadalajara. Sería una subida de entre el 20 y el 25%, es una propuesta que no puedo aceptar”, indicaba el alcalde, Antonio Román.

Hace dos semanas, en plena precampaña electoral, Román anunciaba que se convocarían doce plazas más para bomberos. Una maniobra tildada de electoralista por los bomberos por el momento en que llega atacando al Ayuntamiento de “haber puesto en peligro la integridad de los habitantes de la ciudad bajando a un mínimo inadmisible los bomberos que trabajan en cada turno. Han jugado con la seguridad ciudadana”.

A estos tres meses de huelga se han sumado por otro lado acusaciones del Ayuntamiento de que la huelga que realizaban era “encubierta” porque los bomberos seguían cobrando su sueldo, de dañar el mobiliario público al eliminar los bomberos la cámara que tienen en sus instalaciones del parque o por pintar sobre vehículos municipales y la apertura de informes disciplinarios que los bomberos consideran “ilegales” y contra el derecho de los trabajadores.