Hace una semana, los Bomberos hacían visible su malestar en el Pleno que se celebraba en el Ayuntamiento. Sus camisetas, con el lema “Bomberos quemados”, pudieron verse también a las puertas del acto conmemorativo del Día de la Enseñanza, en el centro municipal de Aguas Vivas. Era una nueva fase en la acción reivindicativa de estos profesionales municipales que desde hace tiempo vienen denunciando la dejadez del equipo de Gobierno con este servicio de vital importancia para la ciudad.
El pasado viernes, comparecieron a las puertas del Parque de Bomberos de la capital para anunciar el inicio de una huelga indefinida. El reparto de octavillas en el mercadillo o la recogida de firmas en change.org no han servido para obtener una respuesta a sus inquietudes por parte del equipo de Antonio Román. “Acaban de imponernos un calendario de mínimos que supone una bajada para la seguridad tanto profesional como para todos los ciudadanos de Guadalajara”, ha denunciado el portavoz de los Bomberos, Julio Prego, esta misma mañana.
Contradiciendo la versión del alcalde, que en los últimos días les ha acusado de estar interesados solamente en una subida de sueldo, Prego ha asegurado que su mayor preocupación es “por la situación precaria de seguridad con la que trabajamos”. Han dejado claro, eso sí, que a pesar de la huelga no van a desatender sus obligaciones profesionales.
En las últimas semanas, habían alertado sobre la situación, denunciando que “el Ayuntamiento de Guadalajara, con Armengol Engonga y Encarna Jiménez a la cabeza, acaban de imponer un calendario laboral para el Cuerpo de Bomberos donde se reducen los mínimos, esto significa que en lugar de 9 Bomberos cada día, ahora vamos a estar 8, e incluso en días como hoy 7″. Calificaban de insuficiente esta dotación por turno para atender una ciudad de las dimensiones de Guadalajara. ”Siete u ocho bomberos para esta capital, con 87.000 censados (aproximadamente 100.000 habitantes) es algo tan insuficiente que a nadie en su sano juicio se le ocurre plantear algo así, y menos en un servicio como el de Bomberos“, criticaban.
Además, la ciudad de Guadalajara tiene más de 100 calles en las que, en caso de producirse una emergencia, el vehículo de rescate de los bomberos no podría entrar de ninguna manera, según datos desvelados por los propios bomberos. Se trata de una consecuencia directa de los 2.563 bolardos colocados en las calles del centro, con un coste de 345.000 euros, durante los siete años de gobierno de Román. La media de gasto ha sido de 135 euros por bolardo.