No hay avances en las negociaciones. Ni desde Tragsa ni desde el Gobierno central están dispuestos a ceder en las peticiones de las Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF) que hoy cumplen una semana de huelga indefinida. Estos trabajadores piden una segunda actividad para complementar sus bajas laborales, su reconocimiento como bomberos forestales y una subida salarial sobre los 850 euros mensuales que ahora cobran. Ninguna de estas cuestiones ha sido aceptada, y tanto desde la empresa contratante como desde el Ministerio de Medio Ambiente siguen eludiendo responsabilidades y “pasándose la pelota”. Por eso este colectivo mantiene los paros y ha redoblado los esfuerzos para recabar apoyos sociales y políticos que les ayuden en su protesta.
En Castilla-La Mancha siguen de huelga un total de 114 trabajadores, 57 en la base de La Iglesuela (Toledo) y otros tantos en Prado de los Esquiladores (Cuenca). Sin avances en las negociaciones, estos trabajadores han decidido afrontar esta huelga en plena campaña de incendios, aunque en muchos casos están acudiendo como voluntarios a sus respectivas zonas.
“Desde Tragsa y el Ministerio están acostumbrados a alargar estas cosas, y a buscar el desgaste de quienes protestamos. Pero nosotros no somos abogados ni políticos. Nosotros trabajamos en la primera línea de los incendios y nos jugamos la vida por una miseria”, manifestaban a eldiario.es/clm estos trabajadores. Consideran que la petición de subida salarial de en torno al 33-35% en realidad no es tan significativa porque se parte de la base de su sueldo, de tan solo 850 euros (unos tres euros al día), en una profesión que es de riesgo y que contrasta con los “altos sueldos” de los directivos de la empresa contratante.
Las protestas en todo el país se materializaron el pasado lunes en Madrid con motivo del inicio de la huelga indefinida. En el manifiesto que las BRIF han hecho público a nivel nacional afirman que todas las reuniones mantenidas con la empresa Tragsa han sido un calco: “un 'no' rotundo a todo como norma general, sin avances significativos ni reseñables como para intentar desconvocar la huelga indefinida”. Protestan contra sus condiciones laborales, que han calificado de “pésimas” así como contra su salario, que han definido como una “cantidad irrisoria”. Han agregado que sus problemas parecen no importar a Tragsa y al Ministerio, que incluso “parecen hacer oídos sordos, queriendo solucionar el problema con parches y/o limosnas”.
Precisamente, la ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, afirma la semana pasada que existe margen para que las BRIF puedan llegar a un acuerdo con la empresa Tragsa. Pero después se limitó a afirmar que la empresa está “abierta al diálogo”, tras lo que ha explicado que otras cuestiones reclamadas como el aumento salarial del 35 por ciento son “inviables”, además de no ser competencia del Gobierno.
Las BRIF son unidades helitransportadas especialmente entrenadas y formadas para el combate de grandes incendios forestales, es decir, los de nivel 2 que superan las 500 hectáreas. También están a disposición de las comunidades autónomas realizando labores de prevención de incendios.