El Plan de Limpieza y Conservación de Obras de Arte de la Catedral de Cuenca ya ha alcanzado su ecuador y lo está haciendo con nota. No en vano, el director de la seo, Miguel Ángel Albares, no duda en mostrar su satisfacción por el buen ritmo con que se están acometiendo estos trabajos, a pesar del parón de los tres meses del estado de alarma con motivo de la pandemia de la Covid-19.
Y es que en estos seis meses, se han podido concluir las intervenciones en el sepulcro de Gómez Ballo, el retablo barroco de la Virgen de las Nieves y en las capillas de los Caballeros y Santa Catalina, al tiempo que se está trabajando en la actualidad en la rejería de la capilla Muñoz, de la que ya dio cuenta este periódico la semana pasada, así como en las capillas de San Bartolomé y San Mateo.
Unas actuaciones que están ejecutando tres jóvenes restauradoras, Lucía Fidalgo González, Adriana Sánchez Martín y Eva Garde Jurado, bajo la dirección de Dr. Luis Priego y la coordinación de la restauradora conquense Mar Brox, y dentro del Plan de Limpieza y Conservación de Obras de Arte de la Catedral de Cuenca.
Una iniciativa que se puso en marcha en noviembre de 2019 y que está financiada por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Unión Europa, a través del Fondo Social Europeo y la Iniciativa de Empleo Juvenil, y la propia Catedral de Cuenca, que se encarga de completar los sueldos de las tres restauradoras contratadas por un año, además de aportar el material necesario. En total, unos 100.000 euros de inversión que Albares valora muy positivamente, porque “con este plan no solo estamos dando empleo durante un año a tres restauradoras, sino que, además, estamos contribuyendo a mantener las obras de arte de la Catedral y, de esta manera, posibilitar que puedan ser disfrutadas por conquenses y visitantes”.
No es de extrañar que el también capellán mayor de la Catedral muestre su deseo de que los trabajos puedan continuar con estas ayudas, una vez concluyan los doce meses estipulados. Entre tanto, en los seis meses que restan del proyecto se tiene planificado continuar los trabajos en la capilla de Santiago y proseguir con algunas de las capillas de la girola.
Actuaciones concluidas
En el sepulcro de Gómez Ballo, de principios del siglo XVI, se puso en marcha este plan en el mes de noviembre con una actuación que se prolongó durante tres semanas. Intervención que consistió en la limpieza superficial de este sepulcro de alabastro y piedra caliza, su reintegración matérica y cromática, así como la aplicación de una protección final con el fin de preservar durante más tiempo el aspecto de este sepulcro procedente de la desaparecida capilla de San Miguel, en cuya puerta de acceso se instaló al desaparecer ésta tras el hundimiento de la Torre del Giraldo en 1902.
El retablo barroco de la Virgen de las Nieves es otra de las actuaciones ya concluidas y que se puede contemplar en la nave del Evangelio de la Catedral. Construido en 1717 por Francisco Pérez y Fernando Martínez, este retablo ha sido sometido a una profunda limpieza, eliminando suciedad, humos y mucho polvo, que se ha culminado con un tratamiento protector, que, además de garantizar su integridad durante más tiempo, le otorga mayor vivacidad a sus colores y detalles ornamentales.
La capilla de Santa Catalina se abre este sábado por primera vez al público
Entre este retablo y el Arco de Jamete se encuentra la capilla de Santa Catalina, una de las más antiguas de la Catedral, que ya puede ser disfrutada tras la intervención ejecutada entre los meses de diciembre de 2019 y febrero de 2020. Fundada a principios del siglo XIV, esta capilla de planta cuadrangular se cubre con una bóveda de crucería simple, cuyos nervios, recorridos por finísimos baquetones, confluyen en el centro en una clave y descansan en los ángulos sobre cuatro ménsulas de forma troncocónica.
En su interior, destacan varios elementos del siglo XVI, como por ejemplo el retablo de Santa Catalina, que ha sido limpiado, al igual que las rejas de sus dos puertas de acceso del primer tercio del siglo XVII, obras del rejero Pedro de Arenas, a lo que hay que sumar la recuperación de dos laudas funerarias que flanquean dicho retablo.
Una capilla iluminada de manera ornamental que se incorpora desde este sábado al circuito de los visitantes, dejando abiertas las puertas de sus dos costados e instalando bolardos y un cordón en el perímetro del retablo con el fin de que pueda ser disfrutada por los visitantes, al tiempo que se protegen las distintas obras de arte.
Es la primera vez que esta capilla se abre al público, evitando así tener que ser contemplada tras unas rejas.
La capilla de los Caballeros completa las intervenciones concluidas hasta ahora dentro de este plan. Una espléndida capilla del siglo XVI, en la que ya se actuó hace unos años, tanto en la restauración de dos cuadros de Yáñez de Almeida, así como del retablo de la Crucifixión.
En esta ocasión, los trabajos se han centrado en la limpieza, retoque y protección de los sepulcros de D. Garci Álvarez de Albornoz y su hijo D. Alvar; ambas piezas del siglo XV. Del mismo modo, se han reconstruido los escalones de piedra de acceso al retablo de la Crucifixión, así como el pavimento, que presentaba un avanzado deterioro en algunas zonas muy concretas.
El sepulcro de Doña Teresa de Luna, madre del Cardenal Gil de Albornoz, ha completado la actuación en esta magnífica capilla. En concreto, se ha procedido a la limpieza y posterior protección de esta fantástica pieza de pizarra del siglo XIV, a la vez que se ha realizado la iluminación ornamental del sepulcro y la limpieza de la ventana arqueológica bajo la que se encuentra esta joya.
Un conjunto de trabajos que han otorgado mayor esplendor, si cabe, a esta bella capilla, que, sin duda, es uno de los grandes atractivos del templo conquense y que siempre llama la atención de conquenses y visitantes.