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¿Cómo atiende Castilla-La Mancha a la diversidad del alumnado?: de la integración a la inclusión educativa

Inclusión educativa

Fidel Manjavacas

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Castilla-La Mancha ha dado un paso adelante este 2018 con la puesta en marcha de un nuevo decreto que regula la inclusión educativa del alumnado en la región, una norma que ya está en vigor desde esta semana y que introduce una novedad conceptual que cambia el paradigma de la respuesta especializada que se da a la atención a la diversidad en todos los niveles educativos.

Este nuevo paradigma implica un cambio de perspectiva a la hora de diseñar las estrategias educativas en los centros escolares por parte del profesorado y los equipos de orientación. Así, de la búsqueda de la integración de los alumnos en el sistema educativo se avanza a la inclusión como respuesta a todo el alumnado, es decir, a la búsqueda de un conjunto de actuaciones y medidas dirigidas a identificar y superar las barreras para el aprendizaje y conseguir la participación de todo el alumnado.

El objetivo, según establece este nuevo decreto, es “favorecer el progreso educativo de todos y todas, teniendo en cuenta las diferentes capacidades, ritmos y estilos de aprendizaje, motivaciones e intereses, situaciones personales, sociales y económicas, culturales y lingüísticas; sin equiparar diferencia con inferioridad, de manera que todo el alumnado pueda conseguir el máximo desarrollo posible de sus potencialidades y capacidades”.

La nueva normativa actualiza el anterior decreto aprobado durante el Gobierno de María Dolores de Cospedal en el año 2013, el cual aunaba la regulación de la atención especializada y la orientación educativa y profesional del alumnado en la Comunidad Autónoma. Esta normativa volverá a dividirse en dos decretos -al igual que se establecía antes del decreto de 2013-, el mencionado de inclusión educativa y otro en el que ya se está trabajando y que regulará la organización y estructura de la orientación educativa en Castilla-La Mancha.

Este último supone la elaboración de un documento del que, según afirma el director general de Programas, Atención a la Diversidad y Formación Profesional de la Consejería de Educación, Amador Pastor, su borrador podría estar listo antes de finalizar esta legislatura el próximo mes de mayo. A través de este decreto se impulsará, entre otras cuestiones, la creación de una red de mejora de la calidad educativa mediante la formación de una nueva estructura de orientación a través de los servicios que conforman la Red de Apoyo y Asesoramiento a la Orientación, Convivencia e Inclusión Educativa, con la intención de mantener “criterios uniformes en cuestiones de orientación”.

Hacia un diseño universal de aprendizaje

El enfoque inclusivo por el que se apuesta ahora supone un cambio de mentalidad que se enmarca también en la legislación internacional en materia de educación, así como en la propia demanda de la comunidad educativa ante la aparición de nuevas necesidades que requieren de dos decretos diferenciados que regulen en mayor extensión y profundización la atención a la diversidad y la orientación educativa en Castilla-La Mancha.

Los significativos cambios en la manera de entender la discapacidad y su conceptualización en el sistema educativo -y en el conjunto de la sociedad- obliga también a avanzar en los modelos de intervención con el alumnado. Así, la perspectiva de la integración con la que se acogía en los centros educativos a los alumnos diversos, diagnosticados o categorizados por las necesidades específicas de apoyo educativo que requieran -ya sea por tener una distinta cultura, lengua o características físicas, cognitivas, sensoriales o emocionales-, deja paso ahora a un modelo de inclusión en el que no es el alumno el que tiene que adaptarse al sistema sino que es este último el que ha de tener las herramientas para conseguir el pleno desarrollo del alumnado.

Este enfoque está ligado a la eliminación de las barreras de aprendizaje y a la implementación de un diseño universal para el aprendizaje, una teoría que busca “garantizar la presencia del alumnado y su participación, huyendo de las etiquetas”, explica Amador Pastor. El director general de Programas, Atención a la Diversidad y Formación Profesional señala que la puesta en marcha de esta orientación inclusiva se lleva a cabo mediante la elaboración de planes de actuación para “empoderar” al alumno y, también, al profesorado como un especialista capaz de desplegar estrategias y herramientas dentro del propio aula para que el aprendizaje sea accesible a “todo el alumnado”.

Como ejemplo, apunta Pastor, si un alumno presenta dislexia, el objetivo sería “no cargar con textos densos o complejos que desvirtúen el aprendizaje” sino buscar “vías más sencillas” para facilitar la accesibilidad de todos. Esta perspectiva se aplicaría también a la elaboración de pruebas estandarizadas -como las que recoge el informe PISA-, que se adaptan a todo tipo de alumnado para posibilitar su participación. “Hemos sido una comunidad autónoma referente” en este último aspecto, remarca el director general.

La diversidad del alumnado en la región

A este decreto de inclusión educativa -elaborado con las aportaciones de diferentes colectivos referidos a personas con discapacidad como el Cermi, la ONCE, Plena Inclusión, asociaciones de autismo o de dislexía, entre otras- le acompañarán también distintas normativas y órdenes específicas para la regulación de los servicios de asesoramiento a la educación especial o a las modalidades de escolarización. La más inminente, apunta Pastor, será la reformulación de la guía de escolarización para el proceso de admisión de alumnado en centros educativos de la región que saldrá el próximo mes de febrero.

Las 'etiquetas' del alumnado a las que la inclusión busca restar protagonismo adaptando las estrategias y planes educativos distinguen actualmente, según el sistema educativo español, varios tipos de necesidades: necesidades educativas especiales asociadas a discapacidad, trastorno del Espectro Autista, trastornos graves del lenguaje y la comunicación y trastornos graves de la personalidad y la conducta, así como otras necesidades específicas de apoyo educativo como altas capacidades intelectuales, integración tardía en el sistema educativo, dificultades de aprendizaje y otras categorías.

Los últimos datos oficiales, reflejan que el porcentaje total de alumnos que requirieron de alguno de los apoyos educativos mencionados en el curso 2016/2017 en Castilla-La Mancha fue de 10.910 alumnos, excluidas enseñanzas universitarias, según datos del Ministerio de Educación.

La orientación educativa

La orientación educativa es entendida (en la legislación vigente), como un principio de la educación. Supone un medio necesario para el logro de una formación personalizada que garantice una educación integral en conocimientos, destrezas y actitudes. Con el orientador como una de las figuras clave en este proceso, junto a profesionales especialistas en pedagogía terapéutica o audición y lenguaje, entre otros campos, los principios de la orientación educativa se basan en la prevención, la contextualización -adaptada a las necesidades particulares del centro y su entorno, así como a la atención personalizada- y la intervención interdisciplinar.

Aunque la responsabilidad de prestar atención a la diversidad del alumnado corresponde a todo el profesorado y a los profesionales que trabajan en un centro educativo, son las estructuras de Orientación (Equipos de Orientación y Apoyo en Primaria y Departamentos de Orientación en Secundaria) las que se encargan de manera más específica de, entre otras funciones, prevenir dificultades de aprendizaje, colaborar en el ajuste de la respuesta educativa a las necesidades del alumnado, asegurar la continuidad educativa y prestar asesoramiento psicopedagógico a los órganos de gobierno y de coordinación docente de los centros educativos.

Como todavía está pendiente la aprobación del nuevo decreto que regule la organización de estos equipos de trabajo, aún continúa en vigor parte del decreto del año 2013 -su capítulo V- como base legal de la labor que llevan a cabo las estructuras de Orientación. Amador Pastor precisa que el texto que se elabore contará también con las aportaciones de la Asociación Profesional de Orientadores en Castilla-La Mancha (Apoclam), entidades o colectivos que representen este ámbito profesional, al margen de que se creen comisiones específicas para enriquecerlo.

Adjudicaciones

Uno de los problemas que buena parte de los docentes encuentran cada curso escolar es la premura con la que los interinos -los docentes que no tienen una plaza fija en un centro escolar- son avisados para incorporarse a los centros educativos, con muy pocos días de antelación al comienzo del curso escolar -en los últimos tres años, hay profesionales a los que han adjudicado su plaza definitiva un 29 de agosto cuando el curso comienza el 1 de septiembre-.

Esta situación, explica el director general de Programas, Atención a la Diversidad y Formación Profesional, está “condicionada por los procesos selectivos”. Recuerda Amador Pastor que las oposiciones se celebran durante el verano y que la adjudicación de destinos para el profesorado interino se lleva a cabo en el mes de agosto. Así, apunta que cuando hay oposiciones de Primaria -se alternan cada año con las de Secundaria, si se convocan-, los interinos del cuerpo de maestros reciben sus adjudicaciones de destino definitivas a final de agosto, mientras que los de Secundaria a principios del mismo mes, y viceversa cuando las oposiciones son de Secundaria. “Esta legislatura hemos mejorado los plazos”, recalca Pastor sobre este trámite que en otras regiones del país sí se lleva a cabo con más antelación.

La interinidad del profesorado supone, en muchas ocasiones, una desventaja para los centros educativos y, por ende, para el alumnado. El profesorado tiene que adaptarse curso tras curso a nuevas situaciones, algo que supone una desventaja a la hora de atender a la diversidad del alumnado, ya que es más complicado poder proporcionar la mejor respuesta educativa a las necesidades particulares de cada uno.

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