Jornada de reflexión y también de balance de los últimos cuatro años de legislatura. Desde que María Dolores de Cospedal ganó por mayoría absoluta las elecciones de mayo de 2011, Castilla-La Mancha ha experimentado una serie de cambios que han transformado profundamente algunos sectores básicos para la ciudadanía como los servicios sociales, la sanidad y la educación, pese a que durante la campaña electoral la propia secretaria general del PP y dirigentes del partido se han encargado de ofrecer un punto de vista y un balance totalmente inverso.
Pero son los datos recopilados durante esta legislatura por diferentes organismos oficiales y organizaciones de todo tipo los que realmente pueden ofrecer una radiografía objetiva de la región. Uno de los primeros y también más actuales es el aportado por la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), con un aumento de los castellano-manchegos que creen que la situación es “regular” y “mala”: el 65,2% por ciento en 2011 frente al 75,3% de 2015. Además casi la mitad de los encuestados consideran la gestión de Cospedal “mala o muy mala” y un 25,9% la considera “regular”. Solo la respalda un 22,2%.
Tampoco la labor del Gobierno de la comunidad en esta legislatura, aparte de Cospedal, recibe un aprobado por la ciudadanía. El 43,2% de encuestados considera “mala o muy mala” la labor del gobierno del Partido Popular en estos cuatro años, mientras que solo recibe una calificación positiva del 20,2% de los encuestados, uno de cada cinco.
Paro juvenil, PIB per cápita y renta media
Pero si hay un dato realmente importante por su tendencia en el tiempo es el del desempleo. En cuatro años, la tasa de paro general según la Encuesta de Población Activa (EPA) ha pasado del 22,13% de hace cuatro años al 23,78% del primer trimestre de 2015. Un aumento leve, pero que adquiere relevancia si se compara con la tasa de paro juvenil, la más alta de todas las comunidades autónomas de España: una espectacular crecida de 15 puntos en el desempleo entre menores de 25 años desde el primer trimestre de 2011 hasta el mismo periodo de 2015, del 48,3% hasta el 63,5%.
En términos macroeconómicos, el Producto Interior Bruto (PIB) per cápita de Castilla-La Mancha es uno de los más bajos de España y en los últimos cuatro años apenas ha variado, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En concreto, hace cuatro años el PIB regional era de de 18.575 euros por habitante, mientras que al terminar 2014 se situaba en 18.307 euros. Esta es una de las cifras que han determinado a su vez el aumento de tasas de riesgo de pobreza.
Concretamente, el INE refleja que la renta media anual por hogar en Castilla-La Mancha ha descendido en comparación con 2011 y que la tasa de riesgo de pobreza es superior a la media española y ha pasado del 29,4% de 2011 al 31,3% en 2013. Pero los datos que ofrecen algunos indicadores elevan este porcentaje. Save The Children, Unicef y la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN) sitúan la tasa de pobreza en torno al 37%, un porcentaje similar al del total de personas que se encuentran actualmente en situación de riesgo de exclusión social en Castilla-La Mancha.
Servicios sociales, sanidad y deuda
El estado de los servicios sociales y de la sanidad de la región son el reflejo de este contexto. El estudio de balance del Colegio Oficial de Trabajo Social desvela que se han recortado casi 5.000 millones de euros en sanidad durante esta legislatura, un 33,77%, lo que supone 101 millones al mes, casi 3,5 millones diarios y muchos miles de despidos. En cuanto a política social, se trata de una partida que se ha reducido casi a la mitad de lo que existía en 2011. En este sector se han recortado durante la legislatura más de 1.500 millones de euros, lo que supone más de un millón de euros diarios, que han dejado a cientos de miles de personas y familias sin ninguna o peor atención y alrededor de 25.000 profesionales del sector en desempleo.
Tampoco en los datos de la deuda los resultados han sido positivos. El porcentaje de deuda con respecto al Producto Interior Bruto (PIB) de Castilla-La Mancha está por encima de la media del resto de comunidades autónomas, según las cifras del Banco de España. La deuda de la región se ha doblado en estos cuatro años: de representar el 17,6% de su PIB en 2011 ha pasado a ser el 34%. Es más, el Gobierno de Cospedal ha batido el récord de deuda pública histórica en Castilla-La Mancha, siendo la segunda región de toda España más endeudada en relación con sus habitantes, solo por detrás de la Comunidad Valenciana y por delante de Catalunya.
Los 12.858 millones de euros de deuda de la región son un récord histórico en la historia de la comunidad, que nunca había llegado a semejantes cifras. De hecho en el último trimestre de 2014 la deuda ha crecido en otros 370 millones de euros, el mayor crecimiento desde el comienzo del mismo año 2014. El Gobierno del PP ha endeudado a la región en 4,11 millones de euros cada día de los últimos tres meses de 2014.
Posible pérdida de mayoría absoluta del PP y entrada en las Cortes de Podemos y Ciudadanos
Estos son los datos más significativos de una región en la que la última encuesta del CIS pronostica no solo la posible pérdida de la mayoría absoluta del PP conseguida hace cuatro años tras 28 años de Gobierno del PSOE, sino un hecho histórico: la ruptura del bipartidismo y la representación parlamentaria de nuevas fuerzas políticas como Podemos y Ciudadanos. En concreto, la encuesta dice que el PP obtendría entre 14 y 15 diputados, mientras que el PSOE lograría 13, Ciudadanos entre 3 y 4, y Podemos dos. Se trata además de las primeras elecciones regionales con el número de diputados a elegir reducidos al mínimo, un total de 33 tras la segunda reforma de la Ley Electoral de la región abordada por Cospedal (la primera los elevó a 54).
Un total de 1.575.743 electores de Castilla-La Mancha podrán votar en las elecciones autonómicas del 24 de mayo, 1.549.147 de ellos residentes en la comunidad y los 26.596 restantes residentes en el extranjero. De ellos, hasta un 15% representan el voto de los más jóvenes, de los cuales más de una cuarta parte aún no ha decidido su voto, según el CIS. Se trata de un porcentaje de la población decisivo, que podría inclinar la balanza de forma determinante.
Resulta además mucho más revelador que la intención de abstenerse (es decir, de no votar) sea el doble entre el voto joven (14%) que en el caso del total de votantes (7,7%). Estos porcentajes se disparan cuando hablamos de indecisos, que en Castilla-La Mancha alcanzan el 26,9% en nuevos votantes (una cuarta parte) y el 24,7% del total del censo electoral. En las elecciones de 2011, la abstención total en la región fue del 23% (más de 350.000 electores decidieron no votar).